jueves, 9 de agosto de 2012

RAMSÉS.

Los arqueólogos, los egiptólogos, están muy seguros de haber localizado definitivamente la faraónica ciudad de Pi-Ramsés, que según parece fue mandada construir por el gran Ramsés II. Han localizado las posibles ruinas en una zona del Delta oriental, junto a los restos de Tanis, Aváris y Qantir. Yo no voy a discutir la realidad de estas ruinas, que ciertamente pudieran haber sido el asiento temporal del gran Ramsés II, pero sí diré que algunos creen que las probables ruinas de Pi-Ramsés son los restos de una famosa ciudad mencionada en la Biblia. En la Biblia leemos: “ De modo que pusieron sobre ellos jefes de trabajos forzados con el propósito de oprimirlos mientras llevaban sus cargas; y ellos estuvieron edificando ciudades como lugares de depósito para Faraón, a saber, a Pitom y Raamsés”, Éxodo 1:11. De modo que según el registro histórico de los hebreos, aquellos esclavos edificaron una ciudad llamada Raamsés, ¿es la bíblica ciudad de Raamsés la misma ciudad del Delta identificada como Pi-Ramsés?
Entre las ruinas del Delta identificadas como Pi-Ramsés se encontraron palacios, arsenales, almacenes y tumbas, pero no se encontró ninguna nota autobiográfica que demostrara que aquella ciudad fuera Pi-Ramsés, esta clase de identificación no se encuentra en casi ningún sitio, pero algunos dedujeron que podía ser la Pi-Ramsés de los documentos por la cantidad de objetos hallados relacionados con el gran faraón. ¿Podría significar eso que fuera la ciudad mencionada en la Biblia?
Bueno, la posible localización de la ciudad Raamsés mencionada en la Biblia no parece que estuviera en el Delta oriental, aunque sí bastante cerca. ¿Qué cómo puedo decir esto? Vamos a suponerle veracidad al relato bíblico, yo creo que sí es un relato verídico, dicho esto diré que la región del Delta oriental en donde estaban confinados los esclavos hebreos era bastante grande, y casi llegaba a los límites del actual El Cairo si es que no incluía ese mismo territorio también. El registro histórico de los hebreos permite creer que la capital egipcia de aquellos días estaba fuera del territorio descrito como Gosén, estaba fuera pero al mismo tiempo muy cerca, y una ciudad capital que estuviera en las afueras de Gosén pero al mismo tiempo cerca solo podía ser Menfis, en la orilla occidental del Nilo. 
El registro histórico de los hebreos dice que el famoso éxodo comenzó en la ciudad llamada Ramesés o Raamsés, Éxodo 12:37. El que la famosa marcha comenzara en esta ciudad podría indicar que la ciudad, también, fuera el centro logístico del propio Moisés, aquí es en donde el Libertador residía en esta su segunda estancia en Egipto. Teniendo esto presente, y según los relatos hebreos, Moisés tuvo varias audiencias delante del Faraón, algunas de estas audiencias fueron solo de un día para el otro. Si la capital egipcia fuera Menfis, y la Raamsés bíblica fuera la ciudad que los arqueólogos creen haber identificado en el Delta, entonces algunas de esas audiencias entre el Faraón y Moisés no hubieran podido tener lugar tan rápidamente como de un día para el otro. Claro, es perfectamente posible que hubieran existido dos ciudades casi con el mismo nombre, es posible; una ciudad hubiera estado en el norte del Delta oriental y la otra ciudad en el extremo sur del Delta, justo en la orilla contraria de la capital Menfis.
El historiador Flavio Josefo, en su obra “Antigüedades de los judíos”, tomo I, libro II, capítulo XV, sostiene que el éxodo partió de un lugar llamado Letópolis, lugar que más tarde se llamó Babilonia, durante la invasión de Egipto a cargo del emperador Cambises. Se da la circunstancia de que Letópolis o Babilonia es, exactamente, el mismo punto en donde actualmente se levanta la mastodóntica ciudad de El Cairo. Así pues, si la Raamsés de la Biblia es la Letópolis que menciona Flavio Josefo, y ésta fue el núcleo de lo que ahora es El Cairo, entonces tendríamos que las ruinas de la Raamsés construida por los esclavos hebreos por orden del faraón Ramsés II (?) están debajo de los cimientos de la actual El Cairo, y en ese caso jamás la sacarán al aire libre los arqueólogos y egiptólogos, salvo que un terremoto derribe varios edificios de la ciudad y en el desescombro dejen al descubierto las ruinas de la bíblica Raamsés.

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