jueves, 9 de agosto de 2012

RAZÍAS.

Héroe de la resistencia judía en época de los Macabeos. Era un noble respetado por todos, llamado por ello "padre de los judíos" y que se había consagrado a la defensa del judaísmo ante las tentativas de helenización por parte del ocupante sirio. Éste conocía su notoriedad y la influencia que ejercía, ya que Nicanor decidió detenerlo de forma ejemplar, y, para hacerlo envió no menos de quinientos soldados.

Amenazado por todas partes, Razías, antes de caer en manos del enemigo, decide darse muerte y se traspasa con una espada. Al errar el golpe, se arroja desde una muralla, tras lo cual, estoicamente, se levanta, corre hacia una roca escarpada y, desde allí, se arranca las entrañas.

El autor del segundo libro de los Macabeos, el único que relata el episodio, no deja de precisar que antes de morir invoca al Señor y confiesa su fe en la resurrección (2M 14,37-46).

El suicidio para escapar a una muerte ignominiosa es un gesto magnánimo a ojos de los antiguos, y el Antiguo Testamento lo considera como tal: Sansón sacrifica su vida para destruir el templo de Dagón y arrastrar con su muerte a un buen número de filisteos (Jc 16,2-30). Saúl, al verse vencido, se arroja sobre su espada (1S 31,4). Más próximo a Razías, Eleazar Avarán, el hermano de Judas Macabeo, va al encuentro de la muerte "para salvar a su pueblo y adquirir un nombre eterno (1M 6,43-46)". Pero los moralistas del judaísmo tardío y del cristianismo, aunque rinden homenaje al valor, rechazaron toda justificación del suicidio, incluso por una buena causa.

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