domingo, 29 de julio de 2012

MUSRÍ, MUSRITAS.

Ciudad de Cilicia que pobló con sus productos las célebres caballerizas de Salomón (1R 10,28, cf. 26; 2Cró 2,16, cf. 14. Un caballo valía entonces de 50 a 150 siclos de plata -es decir, entre 570g y 1700g aproximadamente-. Los servicios reales de Israel exportaban el excedente de producción a los principados hititas que aún subsistían y a Aram; cf. 1R 10,29; 2Cró 2,17). El texto hebreo propone en su lugar Misrayin, que no es otro que Egipto. Pero Musrí es un suministrador más probable, como Cué en Capadocia, citado con ella; estas dos localidades eran reputadas por su cría de caballos. Los reyes musritas estaban "a sueldo" de Oseas, rey de Israel durante el segundo asedio de Samaría por Ben-Hadad, rey de Aram (2R 7,6) Se ha buscado también esta Musrí en la región de Nínive, donde se encontraba una Musrí... sin ninguna relación con ella.

MÚSICA.

(heb. generalmente shîrâh; gr. sunfÇnía). El arte de disponer los tonos de modo agradable, practicado desde el comienzo de la humanidad. El 1er músico del que tenemos registro fue Jubal, "padre de todos los que tocan arpa y flauta" (Gn. 4:21). Hay evidencias de que la música era un arte altamente desarrollado en Egipto y Mesopotamia por el 2000 a.C., por lo que se debe haber gozado de ella mucho tiempo antes. El canto y la Música instrumental, solos o combinados, se empleaba en diversas ocasiones, como fiestas (Gn. 31:27; Is. 24:7, 8; Lc. 15:25), adoraciones idolátricas (Ex. 32:18, 19), coronaciones (1 R. 1:39, 40; 2 Cr. 23:13), celebraciones de victorias (Ex. 15:1-21; 1 S. 818 18:6, 7), para alabar a Dios (Sal. 33:2, 3; 150; etc.), y las mujeres frívolas para seducir (véase Is. 23:15; cf Pr. 7:7-21). David separó a ciertas personas para que "profetizasen" acompañadas por diversos instrumentos musicales (1 Cr. 25:1), y el profeta Eliseo usó la Música en una ocasión a fin de recibir inspiración profética (2 R. 3:14, 15). El efecto terapéutico de la Música fue comprendido y aplicado en tiempos antiguos (1 S. 16:14-17, 23). David, "el dulce cantor de Israel" (2 S. 23:1), era un músico distinguido (1 S. 16:18) y compositor (véanse los títulos o sobrescritos de los Sal. 69; 109; etc.). Cuando el arca fue llevada a Jerusalén, David (2 S. 6:12, 15) designó músicos para ministrar ante ella (1 Cr. 15:16; 16:1-6, 42). Más tarde, organizó a los músicos y a los cantores para el templo que construiría Salomón. Designó instrumentistas (23:5) y directores de Música (25:1-7). Cuando se consagró el templo, un gran grupo de músicos y cantores alabaron a Jehová (2 Cr. 5:12, 13). Los músicos y los cantores participaron del regocijo por la colocación del fundamento del templo de Zorobabel (Esd. 3:10, 11) y, más tarde, cuando los muros reconstruidos de Jerusalén fueron dedicados (Neh. 12:27, 28, 35, 36, 42). De este modo, el canto desempeñó un papel destacado en la adoración de los israelitas. Pablo exhortó a los cristianos efesios y colosenses a cantar "con salmos, con himnos y cánticos espirituales" (Ef. 5:19; Col. 3:16). En visión, Juan el revelador vio arpistas y oyó cantos (Ap. 5:8, 9; 14:2, 3); entre los cantores estaban los que entonaban "el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero" (15:2, 3). Véanse Himno; Instrumentos musicales; Salmos, Los; también los nombres de los instrumentos individuales y los términos musicales que aparecen en los salmos.

FORTIFICACIÓN.

(heb. bîrâh, bîrânîth, mibsâr, mâ{ôz, misgâb, metsûrâh; gr. parembole, ojúrÇma; todos los términos significan "Fortificación [fortaleza*]", "ciudadela fortificada", "castillo", "baluarte", "refugio seguro", "campamento protegido", etc.). Desde tiempos remotos hasta comparativamente recientes, los habitantes de las ciudades se protegían rodeándolas con fuertes muros.* En tiempos de guerra, quienes vivían a campo abierto o en las aldeas buscaban protección dentro de las ciudades amuralladas o fortificadas. Hubo diversos tipos de fortificaciones en los diferentes períodos de la historia. I. Antes del 1800 a.C. Las excavaciones, en Jericó muestran que esta ciudad tuvo una sucesión de muros desde tiempos muy tempranos. Por otro lado, lugares como Teleilât el-Ghassûl, que floreció antes del fin del 3er Milenio a.C., no muestran rastros de muros. La ciudad de Tell el-Fâr{ah (probablemente Tirsa), al norte, tenía un muro circular de 8 a 9 m de espesor que consistía de una cara interior y otra exterior hecha de piedras de tamaño mediano; el espacio entre las caras estaba relleno de tierra y piedras. Tenía refuerzos en el interior de la ciudad. Además, había una muralla menor fuera del muro principal como protección adicional. II. Edad Media del Bronce (1800-1600 a.C.). Las fortificaciones más sólidas de todas las épocas se construyeron en el Período Medio del Bronce. Sólidos muros, más anchos en la base, con una cara inclinada en el exterior, estaban fundados sobre excavaciones de poca profundidad para hacer más difícil el trabajo de cavar debajo de ellas. La parte inferior estaba hecha de piedra, la superior, de ladrillos. En este período, los muros de Jericó consistían de un revestimiento o muro de contención de piedra, de unos 3,60 m de altura, encima del cual había un muro de ladrillos enlucidos de unos 11 m con una inclinación de 35º. Culminaba con una pared de ladrillos de altura desconocida, que hacía difícil, si no imposible, escalarlo. El resultado era un sistema defensivo imponente, similar al de los castillos medievales. Los hicsos, que aparecieron en la Media Luna Fértil en este período e introdujeron los caballos y los carros, construyeron grandes campamentos fortificados para sus fuerzas de carros. Estaban protegidos por muros en forma de rampas inclinadas de tierra apisonada 466 recubierta de piedras. Alrededor del muro en Tell el-{Ajjûl, cerca de Gaza, había un foso de 6m de profundidad cuya pared interior estaba inclinada hacia el campamento con un ángulo de 35 grados. En ningún otro período de la antigua Palestina hubo muros que igualaran a las fortificaciones de este período en fortaleza y grandiosidad. III. Edad Tardía del Bronce (1600-1200 a.C.). Este fue el último período cananeo antes que las ciudades fueran conquistadas gradualmente por los hebreos en el período de los jueces. Las técnicas del período precedente continuaron, pero se usaron piedras más grandes; y a los muros se añadieron torres sobresalientes que permitían a los defensores barrer a los atacantes con ataque cruzado. Del mismo modo, las puertas se construyeron con 2 ó 3 pares de torres que reducían el ancho útil de la puerta a la mitad, lo que facilitaba construir barricadas en casos de ataques. A este período pertenecen las ciudades descritas en la Biblia como "fortificadas con muros altos, con puertas y barras" (Dt. 3:5; cf Nm. 13:28; Jos. 14:12). Túneles subterráneos protegían el acceso a los manantiales. En la mayoría de los casos, estas fuentes de agua estaban fuera de los muros de la ciudad, al pie de los cerros o colinas sobre los que estaba construida la ciudad. Este tipo de provisión de agua se ha encontrado en Jerusalén, Gezer, Meguido, Gabaón y otros lugares. IV. Edad del Hierro, durante el cual los israelitas tuvieron el control de Palestina (1200-600 a.C.). Los israelitas, asombrados por las inexpugnables ciudades cananeas (Nm. 13:28), intentaron imitar, después de la conquista de Canaán, sus fortificaciones. Sin embargo, las excavaciones muestran que los muros construidos por los israelitas fueron de mampostería ordinaria y mucho más delgadas y menos sólidas que las de sus predecesores. La pequeña fortaleza de Saúl en Gabaa* es un ejemplo. No es hasta el tiempo del gran constructor de ciudades, Salomón (1 R. 9:17-19), cuando los muros de las ciudades israelitas muestran la misma solidez y excelencia de construcción que las de los cananeos (fig. 495). Los muros de Meguido, Ezión-geber y Gezer revelan que los hebreos, tal vez con ayuda fenicia (5:18; 7:13, 14), en el s X a.C. dominaron el arte de la construcción de muros de piedra bien hechos y sólidos. Se registra expresamente que Roboam, el hijo y sucesor de Salomón, fortificó muchas ciudades (2 Cr. 11:5-12). Asa y Jotam también construyeron ciudades fortificadas (14:2, 6; 27:1, 4). Jotam y Ezequías fueron especialmente activos en fortalecer los muros de Jerusalén (27:3; 32:2, 5). La misma actividad también se registra entre los reyes de Israel. Jeroboam I construyó Siquem y Penuel (1 R. 12:25); Baasa hizo un intento fallido de fortificar Ramá (15:17, 21); y Omri fundó y construyó la sólida fortaleza-capital de Samaria (16:24). Uno de los muros mejor conservados del período de los reyes hebreos es el de Tell en-Natsbeh, tal vez la antigua Mizpa. Las fortificaciones, construidas c 900 a.C., tenían unos 4 m de espesor, el que estaba muy aumentado por muros de contención o apoyo en la base. Once torres rectangulares, a intervalos, daban fortaleza adicional a la muralla. La única puerta de la ciudad no se abría directamente en el muro, sino entre 2 secciones paralelas de muro y en ángulo recto a ellas (fig 417; cf la fig 357). El propósito de esta disposición era forzar a los soldados atacantes de la puerta a exponer ante los defensores su lado derecho, generalmente no protegido por un escudo. Las puertas de Meguido y de Laquis usaban el mismo sistema, aunque diferían en detalles. Los relieves asirios que muestran ciudades palestinas de los ss VIII y VII a.C. también permiten tener una idea de las fortificaciones construidas por los hebreos durante el reino dividido (figs 241, 308). V. Períodos posteriores. No se han encontrado restos de muros del período persa, aunque tenemos informes detallados de la restauración de la muralla de Jerusalén en días de Nehemías, que vivió durante ese tiempo (Neh. 3:4, 6). Del helenístico nos queda una torre circular excavada en Samaria, las fortificaciones de Bet-sur, y la fortaleza o estructura del templo de los Tobíades, en la Transjordania occidental. Se encuentran restos monumentales de fortificaciones construidas en el período romano en varios lugares, como la así llamada "Torre de David", edificada por Herodes el Grande e incorporada a la ciudadela actual (fig 282); las hiladas inferiores de mampostería de la Fortaleza Antonia; las hiladas inferiores de bloques de piedra del famoso Muro de los Lamentos, que formó parte de la muralla del templo en tiempos de Cristo; y varios restos de estructuras en Hebrón, Samaria, Masada, etc. Este período se distingue por el extraordinario tamaño de los bloques de piedra (hasta de 7 m de largo), que daban a los muros la impresión de invulnerabilidad. Bib.: A. G. Barrois, Manuel darchéologie biblique [Manual de arqueología bíblica] (París, 467 1939), t 1, pp 127-212; AWBL 16-24, 32-35.

MURO.

(heb. generalmente jômâh; gr. téijos). Las ciudades y los pueblos antiguos estaban rodeados por sistemas de fortificación* que usualmente consistían en muros de piedra, ladrillos o tierra apisonada. Los más antiguos encontrados hasta hoy en Palestina son los de los niveles inferiores de Jericó, construidos con piedras en un período anterior al invento de la cerámica. Los de la Edad Temprana del Bronce (3er milenio a.C.), como los de Hai. Tell el-Fâr{ah (quizá Tirsa) y Meguido, eran estructuras formidables con un espesor de entre 7,5 y 9 m. Consistían en 2 paredes de piedra paralelas y un núcleo de tierra y piedras entre ellas. 370. Parte inferior del Muro de la antigua ciudad de Siquem. Durante la Edad Media del Bronce (c 2000-c 1600 a.C.) se desarrollaron nuevas formas de fortificaciones, que se pueden dividir en 3 tipos: 1. Un muro inclinado, que consistía en una pared de piedra edificada con varias hileras de grandes bloques de piedras cortadas en forma irregular, que se ponía como fundamento en una zanja poco profunda (fig 370). Sobre esto se construía una pared de ladrillos. La parte inferior se rebocaba con un mortero de arcilla o caliza bien compacto para que fuera difícil, si no imposible, escalar el muro. Se han encontrado murallas de este tipo en Siquem y Jericó. 2. Un foso exterior y un muro. El foso de Tell el-{Ajjûl tenía 6 m de profundidad en el lado exterior y una inclinación de 35 grados hacia la ciudad. (Algunos eruditos creen ver en este complejo la mención encontrada en Dn. 9:25; otros, que sólo se refiere al foso.*) 3. Muros enormes, inclinados, de tierra apisonada, conocidos como fortificaciones 817 hicsas. Generalmente rodeaban campamentos rectangulares lo suficientemente grandes como para albergar fuerzas de carros de número respetable; éstos fueron introducidos en el Cercano Oriente en esa época. Ejemplos de estas fortificaciones son las murallas de Qatna, en Siria; Ascalón, en Palestina del sur; y Tell el-Yehãdîyeh, en el Egipto inferior. Durante la Edad Tardía del Bronce (c 1600-1200 a.C.) los cananeos perfeccionaron más los muros de las ciudades añadiéndoles fuertes torres,* y estructuras monumentales en las puertas,* reforzadas con torres. Los bloques de piedra que se usaron durante este período eran usualmente mayores que los empleados anteriormente, y en algunos casos (Bet-sán) se levantaron paredes dobles en forma de casamata; es decir, 2 paredes paralelas conectadas con paredes trasversales formando como pequeñas habitaciones. Los israelitas quedaron muy impresionados por los sólidos muros de los cananeos (Nm. 13:28), pero durante la primera parte de su historia en Palestina no hicieron intentos de edificar ciudades fortificadas para sí mismos. Aparentemente, estaban satisfechos de vivir en campamentos como lo habían hecho durante su peregrinación por el desierto, y dejaron las ciudades fuertes en manos de los cananeos (Jue. 1:21, 27-33). Sin embargo, gradualmente tomaron algunas de esas ciudades y comenzaron a imitar las técnicas de construcción de los cananeos; pero la evidencia arqueológica muestra que su edificación, al principio, fue muy inferior a la de éstos, como lo demuestra claramente, por ejemplo, el pequeño castillo de Saúl en Gabaa, pobremente construido. No obstante, rápidamente mejoraron sus técnicas, y los muros de Salomón son bastante buenos. Ejemplos de sus fortificaciones han aparecido en Meguido, Hazor y Gezer. También se construyeron sólidas murallas de ciudades durante el reino dividido. Por ejemplo, la de Tell en-Natsbeh tiene un espesor promedio de unos 4 m y fuertes torres a intervalos regulares (figs 357, 417). Los muros israelitas que rodeaban a Laquis también muestran gran fortaleza y buena artesanía (figs 306, 308). Véase Mizpa 4. El período persa, durante el cual el judaísmo postexílico reorganizó su estructura política, nos ha dejado muy pocos ejemplos de murallas de ciudad. En ese período Nehemías reconstruyó la de Jerusalén, pero la Biblia describe sólo su recorrido (Neh. 3), y no dice nada de las técnicas empleadas. Más se sabe de las fortificaciones del período helenístico, ejemplos de las cuales se han conservado en Samaria, como la sólida torre circular, en Betsur; y el fuerte castillo de los Tobías, en Transjordania. Del período herodiano temprano, en el que se levantaron muros de gran fortaleza, han sobrevivido algunos, como el Muro de los Lamentos, en Jerusalén (fig 371), una gran parte de la llamada Torre de David (fig 282), y también las murallas en ruinas de Masada, Maqueronte y otros lugares. 371. El Muro de los Lamentos, en Jerusalén, remanente del Muro exterior del templo de Herodes. La muralla actual que rodea la Ciudad Antigua de Jerusalén fue construida por Solimán II, el Magnífico, en el s XVI d.C., quien usó mucho material de construcción de estructuras antiguas, como todo visitante puede apreciar. Aunque esta obra no es antigua, probablemente su apariencia no difiera mucho de la ciudad en tiempos de Cristo (figs 121, 211, 279). Bib.: A. G Barrois, Manuel darchéologie biblique [Manual de arqueología bíblica] I (1939):127-212; M. Burrows, What Mean These Stones? [¿Qué significan estas piedras?] (New Haven, 1941), pp 136-156. 

MULADAR.

Los traductores griegos (los Setenta) y los latinos (Vulgata) han hecho famoso "el muladar del santo hombre Job (cf. Jb 2,8)". Según el texto hebreo, el autor bíblico habla de un montón de cenizas: el de la basura pública, saneada a menudo por el fuego, generalmente arrojada a cierta distancia de los lugares habitados y a donde se relegaba gustosamente a los individuos que padecían enfermedades muy contagiosas.

Pero los términos hebraicos que equivalen a los nuestros designan, sin duda, como muladar, tanto el montón de desechos y estíércol de animales como el detrito y basura de todo tipo en putrefación más o menos avanzada o los dos a la vez. Proporcionan de todos modos imágenes susceptibles de inspirar el desprecio (ej.: 2R 9,37; Jr 8,2; etc), la repugnancia (ej.: So 1,17; Mi 2,3; etc), o la execración (ej.: 1R 14,10; Is 25,10; etc). El término griego scybala ("inmundicia") tiene el mismo uso: el apóstol Pablo lo emplea para denunciar la vanidad relativa (respecto de su fe en Cristo) de todo lo que podía gloriarse (Flp 3,8). Jerusalén tuvo su "puerta del Muladar (cf. Ne 2,13)".

MUJER FUERTE (La)

Título tradicional del poema acróstico que concluye el libro de los Proverbios y que celebra a la mujer perfecta (Pr 31,10-31), según el ideal de los sabios de Israel en el s.V. antes de nuestra era. Naturalmente, hay que entender en sentido moral el vocablo "fuerte" (transcripción del término latino fortis que emplea la Vulgata); los traductores de hoy escriben de mejor grado "mujer hacendosa" o "virtuosa".

Canto de alabanza entusiasta, el pasaje subraya ciertamente más las virtudes domésticas de la mujer que su brillo intelectual, pero testimonia, a pesar de todo, un "feminismo" relativamente ilustrado en el mundo oriental de la época. Con este talante se guarda en el mismo libro un equilibrio, por una parte, entre las salvaguardias o los juicios severos formulados sobre las prostitutas, o las esposas infieles, las zalameras de todo tipo (Pr 2,16-19; 6,23-35, 7,5-27), las que su belleza no disculpa el error (Pr 11,22) y sobre las que son fieles, sobre las esposas rencillosas, desabridas o apesadumbradas (Pr 21,9 y 27,15). Mas, por otra, el libro completa las anotaciones lisonjeras sobre la mujer llena de gracia, "que adquiere honores (Pr 11,16)"; sobre la mujer virtuosa, "corona del marido (Pr 12,4)"; sobre la mujer prudente, "mujer que es un don de Yahvé (Pr 19,14). Al lado de tal mujer, en una existencia conyugal iluminada por la dicha y el amor (cf. Pr 5,15-20), "el hombre encuentra la felicidad (Pr 18,22)".

La "mujer fuerte" es el arquetipo de esas esposas cuyo valor se estima al precio de la sabiduría misma: "Es mucho más valiosa que las perlas (Pr 31,10; cf. Jb 28,18)". Tal mujer merece la plena confianza de su esposo, cuya felicidad labra "todos los días de su vida (Pr 31,11-12)"; ama de su casa, prudente, hacendosa, hábil en los negocios y contribuyendo así en gran medida a la prosperidad familiar, caritativa con los indigentes, atenta a las necesidades y al bienestar de los suyos en todas las circunstancias, distribuye también, con discernimiento, "lección de bondad (Pr 31,13-27), que en otros pasajes de los Proverbios invitan a no olvidar la educación de los hijos (cf. Pr 1,8; 6,20; 31,1-9). Todas estas cualidades espiritualizadas por el "temor de Dios", que es el principio de la sabiduría (Pr 31,30, cf. 1,7; Sal 111-Vulg. 110,10; Ez 1,14 ó 16 según las vers), le valdrán ser alabada por sus hijos y por su esposo; y públicamente: "en las puertas de la ciudad (Pr 31,28-31)", lugar de encuentros y reuniones donde se consagran las reputaciones.

MOSERÁ, MOSEROT.

Etapa del pueblo hebreo en el curso de sus peregrinaciones por el desierto, entre Jasmoná y Bené-Yaacán, según los Números (Nm 33,30-31). La palabra hebrea moserot es el plural de moserá y significa "los lazos". Este Moserá o Moserot podría ser el lugar que presenta el Deuteronomio como el de la muerte y sepultura de Aarón (Dt 10,6), que el libro de los Números sitúa en Hor de la Montaña (Nm 33,38). Pero tanto allí como aquí el contexto permite suponer que el sitio está relativamente cerca de Bené-Yaacán o de Beerot-Bené-Yaacán, que deben ser identificados entre sí. Quizá estos dos nombres designan un mismo macizo montañoso al norte de Cadés.

MORTERO.

Traducción del: 1. Heb. jÔmer y tît. Material de construcción plástico para unir las piedras o los ladrillos (como lodo, argamasa, etc.). En la Biblia se mencionan varias clases de Mortero o mezcla: a. Un Mortero hecho con arcilla y agua, sin cal, que los campesinos del Oriente usan hasta hoy. Tal vez a esto se refiera Nah. 3:14, donde se implica una situación de emergencia. b. Una mezcla que consistía en arcilla, cal y agua, a la que a veces se añadía cenizas y paja. Se usaba mucho en Palestina y Egipto, donde había grandes cantidades de piedra caliza. Se empleaba para construir casas de mejor nivel y edificios públicos (Ex. 1:14; Is. 41:25). c. El asfalto, utilizado en lugar de mortero en los edificios públicos de la antigua Mesopotamia, porque el material era de fácil obtención en pozos abiertos. En Jer. 43:9 se traduce la palabra heb. melet como "barro" ("cemento", BJ), pero no se sabe 810 qué tipo de mezcla se sugiere. El "barro" de Lv. 14:42 (heb. {âfâr) literalmente significa "polvo". Véase Blanqueado. 2. Heb. medÔkâh y maktêsh. Recipiente fuerte de piedra (Nm. 11:8; Pr. 27:22) en el que se molían o pisaban sustancias como granos, pintura, especias, droga, y otros productos mediante una mano de Mortero o pisón (heb. {elî). Se han excavado numerosos utensilios como éste en Palestina. Eran generalmente de basalto y tenían unos 90 cm de alto. Para el Mortero de Sof. 1:11 (BJ) véase Mactes (RVR).

MORIA.

(heb. Môriyyâh, "Yahweh ve [lo ha hecho ver; provee]"). 1. Lugar adonde fue enviado Abrahán para sacrificar a su hijo Isaac (Gn. 22:2). El nombre Moriah parece haber sido muy poco común, porque aparece en sólo un pasaje más (2 Cr. 3:1), donde se lo usa para designar el monte sobre el que Salomón construyó el templo. La "tierra de Moriah" debió haber sido, entonces, la región montañosa alrededor de Jerusalén, y el monte Moriah, el monte específico. Josefo llama al monte sobre el que Abrahán debía sacrificar a Isaac "el monte Moriah". Los samaritanos, que consideran el Gerizim como el monte santo de Dios, ubican el sacrificio de Isaac sobre él, y creen que Moriah era Moré, cerca de Siquem, y que era el lugar donde Abrahán hizo su 1er campamento en la tierra de Canaán, donde construyó un altar al verdadero Dios (Gn. 12:6, 7). Tal identificación, creen, justifica su separación de Jerusalén, y su derecho a adorar a Dios en el monte Gerizim (Jn. 4:20, 21). Por supuesto, esta idea no tiene ninguna base bíblica. Bib.: FJ-AJ i. 13.1. 368. La roca del monte Moriah, donde Abrahán iba a ofrecer a Isaac, y que también fue el sitio del altar del holocausto de Salomón. El lugar hoy está cubierto por el Domo de la Roca (véase la fig. 281). 2. Monte donde estaba situada la era de Ornán, el jebuseo. David compró la era y más tarde la eligió como el sitio para la construcción del templo que su hijo Salomón edificó (2 Cr. 3:1; cf 2 S. 24:18). La colina del templo en Jerusalén estaba entre los valles del Cedrón y de Tiropeón, al norte de la antigua ciudad de David (fig 278 ), a unos 744 m s.n.m. Su forma original ha sido alterada por los escombros y por enormes cimientos y plataformas sobre las que está el área del sagrado santuario musulmán, Haram esh-Sherîf. Véanse Jerusalén; Moriah 1. Una inscripción grabada en la pared rocosa de una tumba cerca de Laquis, que procede de c 700 a.C., contiene las palabras: "El (monte de) Moriah tú has favorecido, la habitación de Yahweh". Esta es la única referencia no bíblica al monte Moriah antes del tiempo de Josefo. Bib.: J. Naveh, IEJ 13 (1963):85. 86.

MORESET-GAT.

(heb. Môresheth Gath, "posesión de Gat [del lagar]"). Otro nombre para Moreset* (Mi. 1:14).

MORESET.

(heb. Môresheth, "posesión"; môrashtî, "moresita" o "de Moreset [Moreset-gat]"; Cartas de Amarna, Mujrashti). Pueblo del profeta Miqueas (Mi. 1:1, 14; Jer. 26:18). Se lo menciona en conexión con otros pueblos de Judá (vs 13-15), en cuya vecindad debió estar. Se lo ha identificado con Tell ej-Judeideh, a unos 22,5 km al noreste de Hebrón; excavado en 1899 y 1900 por Bliss y Macalister. Bib.: M. Broshi, EAEHL III 694-696.

 

MORÉ.

(heb. Môreh, "maestro"). 1. Nombre de un árbol grande o un bosque en Siquem donde Abrahán acampó al llegar a Canaán desde Mesopotamia (Gn. 12:6). El nombre tal vez le fue dado por causa de algún maestro que había vivido allí antes. La palabra "encino" significa "árbol grande", y quizás aquí se lo use con el sentido de bosquecillo, porque una referencia posterior al lugar (Dt. 11:30) contiene la palabra heb. {êlÔn en plural. El lugar exacto no se conoce, pero 809 de acuerdo con el contexto estaba cerca de Siquem. 2. Colina en el valle de Jezreel, al norte de la fuente de Harod (Jue. 7:1), identificada con Neb§ Da1§ , también llamado Pequeño Hermón, un monte frente a Gilboa en el lado norte del valle de Jezreel, y al sur del monte Tabor, a unos 5,5 km al este noreste de Afula.

MOLOC.

(heb. Môlek; gr. Molój). Nombre de un dios a quien se ofrecían sacrificios humanos; no identificado. Originalmente el nombre probablemente fue Melek, "rey", que era un título que los hebreos también aplicaban al verdadero Dios (véase Sal. 5:2; 10:16; etc.). Si es así, parecería que los judíos posteriores, considerando vergonzoso referirse a una deidad pagana con la misma palabra que empleaban para el verdadero Dios, cambiaron la pronunciación a Môlek, al tomar las vocales o y e de la palabra heb. bôsheth, "vergüenza". Algunos eruditos han negado que existiera este dios en la antigüedad; sin embargo, textos descubiertos, en varios luagares, documentan su existencia. Un dios Malkûm, mencionado por 1a vez en 4 textos de Drehem (fines del 3er milenio a.C.), aparece como Mulûk en los de Mari, y como, Malik en 3 escritos asirios que lo identifican con Nergal, la divinidad asirio-babilónica del mundo subterráneo. Un texto recientemente descubierto de Ugarit habla claramente de un "sacrificio a Mlk", con lo cual no quedan dudas de que Mlk era un dios. En la lengua púnica, estrechamente emparentado con el hebreo, môlek aparece con el significado de "voto", "promesa". En consecuencia, algunos eruditos explican la expresión "pasar por el fuego a Moloc" diciendo que significa "pasar por el fuego como cumplimiento de un voto a cierta deidad". La palabra môlek pudo haber tenido este significado en Cartago, pero en el uso bíblico parece limitarse a designar a un dios pagano a quien se ofrecían sacrificios, entre los cuales también los había humanos. La ley mosaica prohibía terminantemente dedicar los hijos a Moloc (2 R. 23:10) y con denaba a muerte a quienes transgredieran esta ley (Lv. 18:21; 20:1-5). Sin embargo, los israelitas con frecuencia siguieron esta práctica (Jer. 7:31; 19:4, 5; 32:35; Ez. 16:21; 23:37, 39). Acaz y Manasés quemaron a sus hijos en el alto de Tofet, en el valle de Hinom, al sur de Jerusalén (2 Cr. 28:1, 3; 33:1, 6), pero el piadoso rey Josías destruyó este lugar para que no se lo pudiera usar más (2 R. 23:10). Una declaración del profeta Amós (Am. 5:26) citada por Esteban (Hch. 7:43) parece indicar que los hebreos tuvieron alguna vez un santuario portátil dedicado a este dios. Sin embargo, algunos comentadores entienden que el heb. sikkûth, traducido "tabernáculo" en la RVR, es un nombre propio: Sakkut (BJ). En consecuencia, ponen vocales diferentes en el término traducido "vuestro Moloc" para que se lea "vuestro rey", de modo que la frase diga: "Sakkut vuestro rey". En 1 R. 11:7, el nombre Moloc quizá se deba leer Milcom (cf vs 5, 33). La diferencia podría haber surgido por haberse omitido sin percibirlo la letra m final del nombre hebreo. Bib.: A. R. W. Green, The Role of Human Sacrifice in the Ancient Near East [El papel del sacrificio humano en el Antiguo Cercano Oriente] (Missoula, Mont., 1975).

MOHAR.

Según las costumbres de Israel, una especie de indemnización compensatoria debida por un pretendiente al padre de su futura esposa (ej.: 1S 18,25, cf. Éx 22,15-16 ó 16-17 según vers), o a su familia (ej.: Gn 34,12), en razón de la privación del "bien" que representa para ellos la hija de la que se van a privar aceptando así el matrimonio.

MODÍN.

Aldea cuyo nombre bíblico se reencuentra en Modiím, designación antigua del pueblo cisjordano de Al-Midya, que ocupa hoy el lugar: a menos de 10 km al sureste de Lod (Lydda), en el límite del país bajo. Al pie de la colina que domina la localidad una serie de tumbas fue excavada en la roca, quizás desde la época helenística. Una tradición ve ahí las "tumbas de los Macabeos".

Es en Modín en efecto donde se estableció con los suyos el sacerdote Matatías (1M 2,1-4), padre de los cinco hijos que fueron, después de él, héroes de la revuelta judía contra los perseguidores seléucidas (véase Antíoco), y de los que el más célebre, Judas, legó a toda la familia su propio nombre de guerra: Macabeo ("el Martillo"). Y es en Modín donde Simón, uno de esos "Macabeos", levantará en memoria de sus parientes (cf. 1M 2,70) y de sus hermanos muertos antes que él (Jdas -cf.1M 9,19- y Jónatan -cf. 1M 13,23-25-) un suntuoso monumento funerario (1M 13,27-30) (del que las simples fosas que se muestran hoy a los peregrinos no dan la menor idea).

En la propia historia de la resistencia del pueblo judío a la helenización, Modín permanecerá como el lugar alto en el que frente a las "gentes del rey" y a su altar pagano, Matatías escogió peligrosamente "irse a la guerrilla" antes que sacrificar a los falsos dioses (1M 2,15-28). Cuatro o cinco años más tarde, Judas Macabeo obtenía sobre sus muros un fulgurante éxito sobre el ejército real del opresor (Finales del 163 a.C o principios del 162; "el opresor" es entonces Antíoco V Eupátor, 2M 13,14-17). Y Simón Macabeo aún, convertido en etnarca de su nación, estableció allí sus cuarteles con sus hijos (1M 16,4) en la víspera de otra victoria sobre un ejército sirio: el que mandaba Kendebeo, gobernador militar de la zona costera de Palestina (1M 16,8-10).

MOAB.

(heb. Môâb, "de su padre"; Piedra Moabita, Mb; cun. Maaba, Maab y Muaba; jeroglíficos egip., Mib). El nombre parece ser una combinación de mô (= min, "de") + âb ("padre"), con lo que se hace referencia al hecho de que el antepasado de la tribu nació de un incesto. 1. Hijo de Lot con su hija mayor (Gn. 19:30-37). 2. Nación de los moabitas;* los descendientes de Moab. Eran una nación hermana de los amonitas (Gn. 19:37, 38), y ambos parientes lejanos de los israelitas, ya que Lot, el padre de Moab, había sido sobrino de Abrahán (12:5). La tribu se desarrolló en la Transjordania del sudeste, donde Lot habría vivido después de la destrucción de Sodoma. Cuando fueron lo suficientemente fuertes desplazaron a los emitas y ocuparon su territorio (Dt. 2:9-11) desde el Arroyo Zered (Wâd§ el-Hes~), que entra al Mar Muerto en el extremo sur, hasta los "campos de Moab" (Nm. 22:1), que estaban al noreste del Mar Muerto. Sin embargo, poco antes de la llegada de los israelitas, Sihón, un rey amorreo, tomó de Moab el territorio al norte del Arnón (Wâd§ el-Môjib) y estableció su capital en Hesbón (21:13, 26-30). Moab entonces se extendía desde el Zered hasta el Arnón, Mapa VI, F-4. Cuando los israelitas llegaron a la frontera sur de Moab, pidieron permiso para cruzar el país, pero se les negó (Jue. 11:17). Como los edomitas, los moabitas y los amonitas estaban emparentados con los israelitas, no se le permitió a Moisés atacarlos o tomar partes de sus países (Dt. 2:4, 5, 9, 18, 19). Sin embargo, Balac, el rey de Moab, se alarmó cuando los israelitas conquistaron el territorio del rey Sihón, con lo que llegaron a ser sus vecinos del norte. Temiendo no poder enfrentarlos con éxito por las armas, alquiló a Balaam con la esperanza de debilitar a los hebreos mediante maldiciones. Por intervención divina, éstas se transformaron en bendiciones. Más tarde, por consejo de Balaam, los moabitas sedujeron a los israelitas a participar de la licencia sexual y la idolatría (Nm. 22-25). Por esta causa, fueron excluidos de la congregación de Israel hasta la 10ª generación, e Israel recibió la orden de mantenerse apartados de ellos (Dt. 23:3-6; Neh. 13:1,2). Durante el período temprano de los jueces, los moabitas, bajo el rey Eglón, invadieron Canaán occidental, tomaron posesión de Jericó la "ciudad de las palmeras", y oprimieron al pueblo de Israel durante 18 años. Al final de ese período, Aod, un benjamita, asesinó a Eglón en su palacio, empujó a sus súbditos hacia el este y libertó al pueblo (Jue. 3:12-30). Más tarde, durante los jueces, cuando un hambre azotó la Palestina occidental, Elimelec, ciudadano de Belén, se mudó a Moab, donde sus 2 hijos se casaron con mujeres del país: Orfa y Rut. Después que los 3 hombres murieron, Noemí, la esposa de Elimelec, regresó a Belén con Rut, donde ésta llegó a ser la esposa de Booz y, con ello, antepasada de David, y por éste de Jesús (Rt.1-4). Saúl tuvo dificultades con los moabitas y peleó con éxito contra ellos (1 S. 14:47). Cuando persiguió a David, el rey de Moab protegió a sus padres (22:3, 4), posiblemente un pariente lejano de los antepasados de Rut. Sin embargo, luchó contra los moabitas después que fue rey (2 S. 8:2, 11, 12; 1 Cr. 18:2, 11), y quizá recibió tributos del país. Luego de la división del reino unido, parece que Moab aprovechó la debilidad de Israel para reconquistar cierta independencia. Sin embargo, Omri, un rey fuerte, los subyugó una vez más y los obligó a pagar un alto impuesto anual (Piedra Moabita,* líneas 4-8; 2 R. 3:4). Después de la muerte de Acab, Mesa, rey de Moab, se rebeló contra Israel (2 R. 1:1; 3:4, 5). Probablemente poco después de este evento, Joram de Israel hizo un intento de recuperar su dominio sobre el país. Indujo a Josafat y al rey de Edom (de quien no se da el nombre) a unirse con él en la campaña. Aunque los ejércitos aliados derrotaron a sus enemigos en la batalla, invadieron su territorio, destruyeron muchas ciudades y sitiaron la fortaleza de Kir-hareset (Kerak), regresaron a su tierra poco antes de una victoria decisiva (3:6-27). Aparentemente, por ese tiempo, el rey Mesa extendió su frontera hacia el norte y ocupó mucho territorio de Israel, como sabemos por la Piedra Moabita. Hacia el fin del reinado de Josafat, los moabitas junto con los amonitas y los edomitas invadieron Judá. Sin embargo, Dios hizo que se destruyeran unos a otros, de modo que Josafat, rey de Judá, sólo tuvo que recoger los despojos (2 Cr. 20:1-30). Grupos moabitas devastaron partes de Israel durante el tiempo de cosecha después de la muerte de Eliseo (y tal vez también antes; 2 R. 13:20). Estas incursiones probablemente ilustran su hostilidad hacia sus vecinos hebreos. Nuevas invasiones contra Judá se registran en tiempos del rey Joacim (24:2). Los profetas denunciaron severamente a esta 796 nación hostil (ls. 15; 16; 25:10; Jer. 9:25, 26; 25:17, 21; 48:1-47; Ez. 25:8-11; Am. 2:1, 2; Sof. 2:8-11). Sin embargo, algunos de los judíos encontraron refugio en Moab cuando su país fue devastado por Nabucodonosor y regresaron después del nombramiento de Gedalías como gobernador (Jer. 40:11, 12). Los moabitas son mencionados en forma tan convencional y ambigua en los libros postexílicos del AT, que es difícil decir si por entonces existían como nación. Mapas VII, E/F/G-4; VIII, F-4; IX, E/F/G-4. 358. Vista a vuelo de pájaro de las montañas situadas al sur de Moab. Durante el período del Imperio Asirio, cuando prácticamente toda Siria y Palestina le estaban sometidas, Moab también fue su vasallo, y se lo menciona con frecuencia en los registros asirios pagando tributos. Figuran los nombres de los siguientes reyes moabitas: bajo Tiglat-pileser III (745-727 a.C.) el rey Salamanu de Moab; bajo Senaquerib (705-681 a.C.) el rey Kammusunadbi (ANET 287); y bajo Esar-hadón (681-669 a.C.) y Asurbanipal (669-627? a.C.), los reyes Musuri y Kamashaltu . Cuando Babilonia se apoderó del reino asirio, también incorporó Moab a su territorio. Durante el dominio de los persas hubo un ingreso de árabes en él, con el resultado de que los habitantes eventualmente perdieron su identidad y se confundieron con los árabes nabateos, formando parte del reino nabateo en tiempos de Cristo. Después del 105 d.C., el antiguo territorio moabita fue parte de la provincia romana de Arabia. Mapas X, E/F/G-4; XI, C-4; XVI, F-4. Su religión era politeísta, y su dios principal, Quemos (Jer. 48:13), cuyo nombre aparece en la Piedra Moabita (líneas 3, 5, 9, etc.) y en nombres personales como Kammusunadbi y Kamashaltu, ya mencionados. En Nm. 25:3 y en otros pasajes se menciona a Baal de Peor, presumiblemente un dios local. El nombre de la diosa Astar también aparece en la Piedra Moabita;* y la estela de Balua, descubierta en Balua, muestra un dios similar a una deidad egipcia. Que ocasionalmente ofrecían sacrificios humanos a sus dioses está documentado en 2 R. 3:27. Su lengua estaba estrechamente emparentado con la hebrea, y había sólo variaciones de dialecto con el hebreo bíblico, como lo muestran las inscripciones de la Piedra Moabita. Mapa VI, F-4. Bib.: ANET 282, 291, 294, 298; FJ-AJ x.9.7. 3. Campos [estepas, llanos] (heb. Ñdêh [arbôth] Môâb) que forman parte del valle del Jordán. Está entre las montañas de Transjordania y el río Jordán, al noreste del Mar Muerto, frente a Jerico (Nm. 22:1; 26:3, 63; 31:12; 33:48-50; 35:1; 36:13; Dt. 34:1, 8; Jos. 13:32). Recibió su nombre quizá por el hecho de que había sido parte de Moab antes que el rey amorreo Sihón se apropiara de ellos (Nm.21:26). Mapa I, C-2. 4. Ciudad (heb. îr Môâb) mencionada en Nm. 22:36 como el lugar donde Balac, rey de Moab, se encontró con Balaam, que había venido para maldecir a Israel. En otras referencias se la menciona como "la ciudad que está en el valle" o "la ciudad que está en medio del valle" (Dt. 2:36; Jos. 13:9, 16; 2 S. 24:5). Como los hijos de Israel aparentemente se acercaron a ella durante su peregrinación por el desierto alrededor de Moab, generalmente se la ha buscado en algún lugar próximo a las fuentes del río Arnón (Mapa VI, F-4), pero hasta ahora no se ha sugerido ningún sitio con certeza. Algunos eruditos identifican Ar (=r) de Nm. 21:15, Dt. 2:18 e Is. 15:1 con la "ciudad" (Îr) de Moab. Mapa VI, F-4. Bib.: A. H. Van Zyl, The Moabites [Los moabitas] (Leiden, 1960). 5. Desierto ubicado en la rejión de Moab (Dt. 2:8; etc.).

MNASÓN.

Cristiano originario de Chipre, aparentemente entre los primeros convertidos. Residente según parece en los alrededores de Cesarea, en la ruta a Jerusalén, albergó a Pablo y a varios discípulos que le acompañaban, al retorno del tercer viaje misionero del Apóstol (Hch 21,16). Su nombre es una transcripción griega del hebreo Manasés.

MITREDAT.

Este nombre persa, el mismo que el del famoso Mitrídates VI Eupátor que combatieron Sila y Pompeyo en el siglo I a.C., significa "consagrado al dios Mitra". El libro bíblico de Esdras se refiere a dos "Mitredat" que pertenecen a la administración del imperio persa.

El primero es el tesorero de Ciro II el Grande que puso fin al obligado exilio de los judíos en Mesopotamia. Ese Mitredat recibió la orden de retomar, en un templo pagano de Babilonia, los objetos sagrados saqueados por Nabucodonosor, y de devolverlos para su repatriación a Sesbasar, "príncipe de Judá", nombrado gobernador de la primera comunidad del Retorno (Esd 1,8 y 5,14).

El otro es un alto funcionario destinado en Jerusalén bajo el reinado de Jerjes I (486-465 a.C) o Artajerjes I (465-423); es uno de los firmantes de la carta al "Gran Rey" acusando a los judíos de fomentar una revuelta, cuando reconstruían su Ciudad Santa (Esd 4,7).

Es a decir verdad poco probable, aunque posible, que se trate de un solo y el mismo Mitredat.

MITILENE.

(gr. Mitulene, "mutilado"). La ciudad más importante de la isla de Lesbos. Jugó un papel destacado en el período persa. Pablo se detuvo allí mientras regresaba a Jerusalén de su 3er vaje misionero (Hch. 20:14, 15). Mapa XX, B-4.

MITCÁ.

Etapa del Éxodo citada únicamente por el libro de Números (Nm 33,28-29): entre Téraj (que es también el nombre del padre de Abrahán -cf. Gn 11,24-) y Hasmoná, cuya localización es incierta. La de Mitcá no ha sido jamás identificada. De hecho, esa Mitcá (término hebreo que significa "dulzura") pertenece a una serie de doce etapas de las que no hay referencia más que en ese único pasaje (Nm 33,18-29), y quizás tan simbólica como los nombres que les prestan.

MISREFOT-MAYIN.

(heb. MiÑrefôth mayim, "lugar de quemazón de cal junto a [abrasamientos de] las aguas" o "aguas [fuentes] calientes"). Sitio en el territorio controlado por Sidón, hasta donde Josué persiguió a los reyes derrotados junto a las aguas de Merom (Jos. 11:7, 8). Estaba en la frontera de la tierra de "los sidonios" (13:6), y ha sido identificada con Khirbet el-Mutsheirefeh, a unos 17,5 km al norte de Aco (Acre) sobre la costa fenicia, donde hay manantiales termales. Mapa VI, B-3.

MISRAYIN.

La lista de los pueblos del Génesis, que utilizan también las crónicas, presenta a Misrayin como hijo de Cam, segundo hijo de Noé (Gn 10,6; 1Cró 1,8). Es de hecho el nombre hebreo de Egipto, cuya forma árabe, Misr, devuelve el eco.

Ese Misrayin es llamado "padre" de numerosos pueblos (Gn 10,13-14; 1Cró 1,11-12): los luditas, que son ciertamente los lidios; los anamitas, que podrían ser los habitantes del Alto Egipto; los nafruritas, cuyo nombre evoca el egipcio Na-patûh, "los del Delta"; los patrusitas, que traen el suyo de Patros, en egipcio "tierra del sur", es decir Alto Egipto; los casluhim, que guardan su secreto; y los caftoritas, habitantes de Caftor, la cual es generalmente identificada con Creta... de donde serían originarios los filisteos (Gn 10,14 y 1Cró 1,12; Jr 47,4; Am 9,7; cf. Dt 2,23). En sí misma la palabra Misrayin es un plural. Tiende también a designar a los dos Egiptos: Alto y Bajo.

MISPÁ, MISPÉ, MASFÁ.


Nombre de varios lugares en la Biblia. Los Setenta transcribe Masphá, Massephá, MassephátVulg.Maspha y Masphath(una vez Masphe, Masepha, Mespha); Hebreo: Míçpeh y Míçpah; la última casi invariablemente en pausa. La palabra, con muchos otros nombres, se deriva de ÇPH = vigilar, observar, y significa "atalaya" (speculum, skopía), cuyo sentido lo lleva dos veces en la Biblia (Isaías 21,8; 2 Crón. 20,24). Josefo la interpreta como katopteuómenon or (Antt. VI, II, 1). Es, por lo tanto, un nombre natural para un pueblo en una posición dominante (cf. el Crusading Belvoir, y el-Múshrífeh (Palmer, Desert of the Exodus, II, 513). Como la última, casi siempre lleva el artículo.

Contenido

 [ocultar]

Mispá de Galaad

Historia
Para ratificar su pacto con Labán “Jacob tomó una piedra y la erigió como estela. Y dijo Jacob a sus hermanos ‘Recoged piedras.’ Tomaron piedras, hicieron un majano y comieron allí sobre el majano” (o en él V.R.). “Labán dijo, ‘Este majano (gal) es hoy testigo (´ed) entre nosotros dos.’ Por eso le llamó Galed (gal´ed) y Mispá, pues dijo: ´Que Yahveh nos vigile (yeçef ÇPH) a los dos, cuando nos alejemos el uno del otro.’” ( Gén. 31,45-48 ff.). Aquí la Vulgata omite hám-Míçpah, los Setenta traduce ‘e ‘óresis, los Tárgums de Onkelos y Sifre, Sekûthâ, es decir, vista. El juego de palabras en el hebreo es natural si suponemos que el sitio mismo o alguna altura vecina ya se llamaba Mispá. El nombre parece haberse extendido progresivamente desde la altura a toda la región (Jc. 11,29). El monumento fue probablemente un montón de piedras o un dolmen (N. de la T.: Según la RAE, monumento megalítico en forma de mesa, compuesto de una o más lajas colocadas de plano sobre dos o más piedras verticales.) Mientras que el segundo es sugerido por la superficie plana en la que comían (verso 46; Josefo, "Ant.", I, XIX, 11; Conder, "Het y Moab," 241), el destino sepulcral de los dólmenes y la ambigüedad del hebreos se oponen a este punto de vista (Schumacher, "A través del paso del Jordán.").
Israel se reunía alrededor del monumento de Jacob para repeler a Amón (Jc. 10,17). Allí convocaron a Jefté "y Jefté repitió todas sus condiciones delante de Yahveh en Mispá.” (Jc. 11,11). Por Mispá de Galaad (una región?) él marchó contra Amón, y después de la victoria "de Mispá a su casa". Los Setenta traduce el término skopía como la reunión de Israel, y el lugar por que Jefté atravesó en contra de Amón. De este modo, distinguen entre el santuario y la ciudad y una torre de vigilancia en la antedicha altura (cf. Palmer, op cit, II, 512-513); pero en Oseas 5,1, también utilizan el nombre común cuando el paralelismo manifiestamente requiere el nombre propio. Probablemente Jefté fue enterrado en Mispá (Jc. 12,7, y variantes en Kittel, y tal vez Josefo, "Antigüedades", V, VII, 12).
Identificación
No podemos decidir si la Mispá de Jacob y de Jefté es idéntica a Ramat Hammišpá (Jos. 13,26), o ambas con Ramot de Galaad (1 Rey. 4,13), ni siquiera si Mispá se refiere a uno o varios lugares. En la historia de Jefté parece estar cerca de la frontera de Amón, en la de Judas Macabeo muy al noreste, y, si ponemos aquí los eventos de los Jueces, 21-22, cerca de la frontera occidental (G.A. Smith, "Hist. Geog. of H. Land ", 586). Jacob venía de Padan Aram y, probablemente, se acercó a Galaad por la vía Hajj. Girando hacia el oeste de N. Jabeoc que atravesaría el valle de Jerash. A unas cuatro millas de Jerash, al sureste de Mabneh (antes de Mahanaim?), en una alta montaña que domina el valle, se encuentra el pueblo de Suf en una localidad rica en dólmenes. Muchos identifican a este lugar con Mispá, cuya derivación puede ser idéntica y cuyo nombre recuerda los Sebeés de Josefo, 1. c. Pero el Dr. Schumacher descubrió al noreste de Jerash Tell Mispá, cuya cima, que domina todas las colinas circundantes, está cubierta de dólmenes y piedras labradas. El sitio ideal, la conservación exacta del antiguo nombre y la veneración que todavía se le tiene al lugar (que sigue siendo un ma'bad), todos justifican su identificación con Mispá.

Mispá de Benjamín

Historia
Mispá fue asignada a Benjamín por Josué (Jos. 18, 26). En opinión de muchos, Israel se reunió allí para vengar el ultraje a la esposa del levita, y juró no dar a sus hijas en matrimonio a los sobrevivientes. Pero como apenas se pudieron haber reunido en el corazón del país del enemigo, otros sitúan los hechos de Jueces, 20-21, en Mispá de Galaad. Tenga en cuenta que Jabes Galaad se menciona en estrecha relación con el campamento de Israel. Además, Jc. 20,3 implica que Mispá estaba fuera de las fronteras de Benjamín. Cuando Samuel era juez, convocó en Mispá a todo Israel, oró por ellos allí, mientras ellos derrotaban a los filisteos, y erigió un monumento para conmemorar la victoria entre Mispá y Yešaná (1Sam., 7,5-12). Aquí él llevó a cabo algunas de sus principales sesiones judiciales (1 Sam. 10,13-16), y su reunión final para la elección de Saúl (ibid., 17). Doscientos cincuenta años después Asá, rey de Judá, fortificó a Mispá con los materiales que el rey Basá dejó en Ramá en su apresurada marcha hacia el norte contra los sirios (1, Rey. 15,22; 2 Crón.16,6. Tras la destrucción de Jerusalén (586 a.C.) Godolías, gobernador de Judá, estableció su cuartel general en Mispá (Jer. 12,6; 2 Rey. 25,23 ss.) y allí ocurrieron los trágicos eventos de Jeremías 13. Los señores de Mispá tomaron parte activa en la reconstrucción de las murallas de Jerusalén ( Neh. 3,7.15.17). Algunos infieren a partir del versículo 7 que Mispá fue la sede del gobierno (Holscher, "Palästina in der Pers y Hellen Zeit", 29), pero esto es poco probable (Smith, "Jerusalén", II, 354 s.). Cuando Judas Macabeo se preparaba para la guerra con los sirios, reunió a sus hombres "en Mispá, frente a Jerusalén, porque en Mispá había un lugar de oración en Israel hasta ese momento" (1 Mac. 3,46), y llevó allí las observancias rituales.
Identificación
(a) Muchos modernos sugieren Nebî-Sámwîl, la posición más notable en torno a Jerusalén, e identifican a Mispá con Rama y Ramathaim-Sophim, basándose principalmente en la relación con Samuel implicada por el nombre actual. En ese caso la reunión para la guerra benjaminita debe buscarse en Galaad o Efraín, quizás cerca de Silo, y la “casa del Señor” (Jer. 41,5) no puede referirse a Jerusalén.
(b) Guérin (Judée, I, 395-402) situó a Mispá en Shâfat, un pueblo en un terreno elevado con vistas a Jerusalén, pero su etimología es sospechosa, y Shafat no se ajusta a 1 Rey. 15,22 ni a 1 Mac. 3,46. Las mismas objeciones se mantienen para Tell el-Full sólo tres millas al norte de Jerusalén.
(c) Otros sugieren Tell en-Násbeh, que domina un estrecho desfiladero en el camino alto a dos millas al Sur de el-Bîreh.
(d) Quizás la mejor conjetura es el-Bîreh, que tiene que tiene un suministro de agua abundante, está lo suficientemente al norte como para permitir un campamento allí en contra de Benjamin, se encuentra en la carretera de Silo a Jerusalén, y está cerca de Betel (cf. Josefo, "Antiq.", V, II, 10). Esta identificación fue hecha expresamente por Surio ("Le Pieux Merin", III, II, 547, Bruselas, 1660), y por algunas copias del mapa de Sanuto (1306) (Rohricht "Zeitschr. des deut. palast. Vereins," 1898, Mapa 6). Cerca de la aldea hay un gran manantial, 'in Misbah, cuyo nombre puede ser una modernización de Mispá. Burchard (1283), de hecho, identifica a el-Birch con Machmas ("Peregrinationes medii aivi quatuor", Leipzig, 1873, p. 56), y asimismo otros [por ej. Maundrell (1697) en "Pinkerton Voyages", X, 337]; pero Machmas ciertamente estaba en otro lugar, y la identificación sirve sólo para mostrrar que la homofonía de Beerot y Bireh no es conclusiva.

Mispá de Judá

(Ham-Miçpeh, Masepha, Maspha) es situada en la Sefela, en el segundo grupo de pueblos “en el lote de Judá”, entre Delea y Jechtel (Josué 15,38). Eusebio y Jerónimo la sitúan en el territorio de Eleuterópolis cerca del camino a Elia. Guillermo de Tiro menciona una fortaleza de los cruzados a ocho millas al norte de Ascalón cerca de las fronteras de Palestina ySimeón, llamada Tell es-Saphi-Blanche Garde-Alba Specula. Esta es, sin duda, Tell es-Sâfîyeh y es comúnmente identificada con Mispá. Ambos lugares servían para vigilar a Ascalon. El mapa de Madaba llama al lugar Saphitha. Como sin embargo, esta difícilmente puede ser otra que Sefatá (cf. 2 Crón. 14,10; Lista de Thotmos III en "Mittheil. der Deuteronomy Vorderas. Gesell.", 1907 pl.; "Rev. Bib.", 19-8; 516), surge la pregunta de si Mispá y Sefatá puedan referirse al mismo lugar.

Tierra de Mispá

Cerca del Hermón. "El jivita, que vivía al pie del Hermón en la tierra de Mispá", estaba entre los enemigos sobre quienes cayó Josué en el Lago de Meron y los persiguió hasta “el gran Sidón y las aguas de Merom” por oriente (Jos. 11,8). Probablemente los dos nombres mencionados aquí indican el mismo lugar a pesar de las variaciones en las versiones (Heb., Miçpah, MiçpehSetentaMassuma, Massóch; Alex, Massepháth, Massephá; Vulg., Mispá, Mispe).
Identificaciones
Las sugerencias difieren en cuanto a si "a oriente" se refiere a Sidón o a Merom. Por lo tanto, al oeste del Hermón (a) el Merjuyun, una fértil llanura, la Letanía y la Nahr Hasbany, con Metula sustituyendo a Mispá, o (b), la llanura de Metula a Banias, con es-Subebeh como Mispá, o (c) el valle de la Letanía, actualmente llamado el-Buqa. Si "hacia el este" se refiere a Merom (que es más probable), entonces Mispá puede ser el Wady el-ajam, que se extiende al sur del Hermón y es atravesado por la calzada romana (Via Maris) de Damasco.
Al lado occidental del valle está la villa de el-Buqaty, quizás un eco de Biq`at Micpeh.

Mispá de Moab

( B.J. Mispé). A esa ciudad huyó David con sus padres cuando salió de la caverna de Adul-lam ( 1 Sam. 22,3 ss.). No tenemos ningún indicio sobre su identificación, excepto que fue, al menos temporalmente, una residencia real.

Bibliografía

  • MISPÁ DE GALAAD: Para identificación con Ramath Bilead y es-Salt, cf.:—SCHWARTZ, Tebuoth ha-Arez, 269, 270 (Jerusalén, 1900); V. RIESS, Biblische Geographie (Friburgo im Br., 1872), 64. Contra ella cf. DRIVER, Commentary on Deuteronomy (Edimburgo, 1902). Para Sûf, etc.:—CONDER, Heth and Moab (Londres, 1889), 181; ARMSTRONG, Names and Places in the Old Testament (Londres, 1887); OLIPHANT, Land of Galaad (Londres, 1880), 209-18; BUHL, Geographie des Alten Palästina (Friburgo im Br., '96); MERRILL, East of Jordan, 365-374; SMITH, Historical Geography of the Holy Land, 487, 679 (Londres, 1907); Mittheilungen und Nachrichten des deut. paläst. Vereins, 1897, 66; 1890, 1f, 66.
  • MISPÁ DE BENJAMÍN: Para el testimonio de Eusebio y los francos cf. HEIDET en VIGOUROUX, Dict. de la Bible, s.v. Para identificación con (a) cf. SCHWARTZ, op. cit., 152, 492; ARMSTRONG, op. cit., 127; ROBINSON, Biblical Researches, II (Boston, 1841), 139-149; Survey of Western Palestine, Memoirs, III, 144; BUHL, op. cit., 1617; FISCHER GUTHE, Map of Palestine; (b) SHÂFAT.—V. RIESS, op. cit., p. 64; GATT in Das heilige Land (Colonia, 1879), 119-126; 15 184-194; STANLEY, Sinai and Palestine (Londres, 1871), 228; HAGEN, Index Topographicus (Paris, 1908); DE SAUCY, Voyage autour de la Mer Morte I (París, 1883), 112-115; (c) VINCENT, Revue Biblique (1898), 630; (1890), 315-316; (1901), — (1902), 458; CONDER, Palestine Exploration Fund Quarterly (1898), 169, 251; RABOISSON, Les Mizpeh (Paris, 1897); (d) HEIDET en Revue Biblique, 1894, 321-356, 450; 1895, 97; IDEM en Revue d'Orient, 1898, 295-300; La Palestine, Guide historique et pratique (París, 1904), 317 ss.
  • MISPÁ DE JUDÁ: Survey of Western Palestine, Memoirs, II, 440; ROBINSON, op. cit., II, 31; GUÉRIN, op. cit., II, 92; DE SAULCY, Dictionaire topographique abrégé 220 (París, '71); V. RIESS, op. cit., 64; BUHL, op. cit., 196.
  • TIERRA DE MISPÁ: ARMSTRONG, op. cit., 127; SCHWARTZ, op. cit., 74; V. RIESS, Bible Atlas, 10, '887;BUHL, op. cit., 240; DILLMANN, Commentarium in Josue.
  • MISPÁ DE MOAB: SCHWARTZ, op. cit., 254. Para referencia general:—HASTINGS, Dictionary of the Bible, s.v.; VIGOUROUX, Dictionnaire de la Bible, s.v.; BAEDEKER, Syria and Palestine, 4ta ed. (Leipzig, 1906).
Fuente: Hartigan, Jeremiah. "Maspha." The Catholic Encyclopedia. Vol. 9. New York: Robert Appleton Company, 1910. 17 Nov. 2011 <http://www.newadvent.org/cathen/09788a.htm >.
Traducido por Luz María Hernández Medina.

MISEAL.

(heb. Mishâl, tal vez "petición [oración]"). Pueblo en el territorio de Aser (Jos. 19:26) asignado a los levitas gersonitas como ciudad de residencia (21:27, 30), llamada Masal* en 1 Cr. 6:74. El sitio no ha sido identificado, pero se lo debe buscar en la llanura de Aco.

MIRA.

(gr. Múra, "corriente [vertiente]"). Ciudad y puerto de Licia, a unos 3 km tierra adentro sobre la orilla del río Mitos, de donde recibió su nombre. Era una de sus principales ciudades en tiempos de la antigua confederación Licia, y fue la capital de la provincia de este nombre en tiempos romanos. Era un centro de comercio de granos. El lugar se llama ahora Dembre, y todavía hay algunas magníficas ruinas de la antigua ciudad. El centurión que llevó a Pablo como prisionero a Roma (c 60 d.C.) cambió de barco en Mira, donde encontró un navío alejandrino que iba hacia Italia (Hch. 27:5, 6). Mapa XX, B-5.

MINIT.

(heb. Minnîth, "distribución [repartimiento]" o "dado"). Pueblo en territorio amonita capturado por Jefté durante su campaña contra ellos (Jue. 11:32, 33). En Ez. 27:17 se lo menciona como exportador de trigo a Tiro. El pueblo no ha sido identificado definitivamente, pero un sitio que se ha sugerido aparece en el Mapa VI, E-4, Umm el-Basâtîn, a unos 6,5 km al norte de Hesbón.

MINÍ.

(heb. Minnî). Reino mencionado por Jeremías en combinación con Ararat y Askenaz en su denuncia de Babilonia (Jer. 51:27). Aparece con frecuencia en las inscripciones asirias como Mannâ, al este y sudeste del La-go Urmia (su capital fue Izurtu). Su pueblo sería de origen indoeuropeo; su tierra era invadida con frecuencia por los asirios, pero difícil de retener por causa de su topografía montañosa. Los de Mini se unieron con los 790 medos contra estos invasores durante el período de declinación asiria, y fueron responsables, en parte, de su destrucción. Como más tarde pertenecieron al Imperio Persa de Ciro, participaron de la lucha contra Babilonia, como implica Jeremías. Mapa XI, B-6.

MINA.

(heb. mâneh; ac. manû; ugar. mn; egip. mnw; aram. mene; gr. mná o mnás). 1. Unidad de peso encontrada en muchos lugares del antiguo Cercano Oriente. La babilónica pesaba 60 siclos, pero la "mina" ("libra",* RVR) cananea y hebrea pesaba 50 siclos (Ez. 45:12). En Ugarit se encontraron pesas metálicas, con forma de buey, del valor de una Mina y que pesaban 469 g; por tanto, tenían más peso que las egipcias (entre 437 y 439 g), pero eran más livianas que las babilónicas (que oscilaban entre 491 y 505 g). Sin embargo, es seguro que las minas antiguas eran un poco más pesadas que la "libra" inglesa actual (454 g). Si se toma el peso de un siclo* palestino como de 11,4 g, la Mina pesaría 570 g. 2. Si bien originalmente mâneh significó una pesa (1 R. 10:17), más tarde también llegó a ser una unidad monetaria (tal vez así en Esd. 2:69; Neh. 7:71, 72). En el NT siempre se la usa con valor monetario: 100 dragmas (Lc. 19:13-25). Véanse Dinero; Moneda.

 

MILÓ.

(heb. Millô, "plenitud" o "baluarte"). 1. La casa (heb. bêt-Millô) en Siquem (Jue. 9:6, 20) era probablemente una fortaleza, pero algunos comentadores consideran que es el nombre de una familia. 2. Aparentemente, una fortificación dentro de la ciudad jebusea de Jerusalén. Probablemente estaba en su extremo norte, donde ningún valle profundo proporcionaba protección natural, como ocurría en los otros lados de la ciudad. Existía en tiempos de David, fue reconstruida en tiempos de Salomón y fue reforzada por Ezequías (2 S. 5:6-9; 1 R. 9:15, 24; 11:27; 2 Cr. 32:2, 5). La casa de Milo, en la que fue asesinado el rey Joás (2 R. 12:20), quizá fuera esta fortaleza de Jerusalén.*

 

MILETO.

(gr. Míltos, "rojo [escarlata]"). Pueblo en la costa de Caria en el Asia Menor, a unos 51 km al sur de Efeso, en la desembocadura del río Meandro. Había sufrido mucho a manos de los persas, pero se había recuperado de sus desgracias cuando Pablo la visitó; llegó a ser un centro comercial de cierta importancia. Expediciones germanas excavaron extensamente el lugar. El Museo de Pérgamo en Berlín guarda la puerta reconstruida del mercado de Mileto, erigida originalmente en el s II a.C. Cuando regresaba a Jerusalén de su 3er viaje misionero, Pablo se detuvo en Mileto y llamó a los dirigentes de la iglesia de Efeso para una reunión de despedida (Heh. 20:15-38). Por causa de la gran distancia de Mileto a Efeso, un viaje de ida y vuelta de unos 112 km, el barco de Pablo debió haber quedado en el puerto durante 3 o más días. Visitó la ciudad otra vez después de su 1ª prisión en Roma 789 y dejó a Trófimo enfermo en ella (2 Ti. 4:20). Mapa XX, B-4.

MILCÓN.

Dios nacional de los amonitas, cuyo nombre, como Mélec, significa "rey". Es también el Mólec de ciertos textos hebreos, el Melcol, Molecol o Moloc de los textos griegos, y Moloc de la Vulgata. Milcón o Mólec, su culto exigía sacrificios de niños, generalmente quemados en su honor (cf. Lv 18,21 cf. Dt 12,31 y 18,10; 2R 16,3; 17,17; 21,6, etc.: Jr 32,35, cf 7,31; Ez 16,21; 20,31; etc). Para el israelita fiel, esta divinidad es por excelencia "la basura de los hijos de Amón (1R 11,5 y 7; cf. 2R 23,13)". Y Jeremías hará de él una personificación de ese pueblo, enemigo tradicional de Israel, al que maldecirá en sus oráculos contra las naciones (Jr 49,1-3).

Cuando David se apoderó de Rabá, la capital de los amonitas, confiscó en su provecho la corona de oro adornada con una piedra preciosa que llevaba la estatua del falso dios (2S 12,30 y 1Cró 20,2. Corona "que pesaba un talento de oro": más de 34 kg). Pero Salomón, ya senil, bajo la influencia de sus esposas extranjeras levantó para ese mismo Milcón, sobre los altos lugares cercanos a Jerusalén, uno o varios altares (1R 11,4-5,7 y 33)... que no serían destruidos más que por su lejano sucesor Josías (Hch 20,24-38); el profeta Sofonías, que fue contemporáneo de éste, había denunciado su culpable frecuentación (So 1,5).

sábado, 28 de julio de 2012

MILCÁ.

En la Escritura, dos mujeres llevan este nombre de "reina" (femenino de Mélec) Una es hija de Harán, hermano de Abrahán y de Najor (Gn 11,29, cf.27). Se casó con este último y le dio ocho hijos, entre los cuales Betuel, padre de Rebeca (Gn 22,20-23; cf. 24,25.24.47) y de Labán (Gn 28,5; cf. 29,5 donde es llamado "hijo", es decir descendiente, de Najor). La otra es una de las cinco hijas de Selofjad de la tribu de Manasés (Nm 26,33; 27,1; 36,10-11; Jos 17,3) en favor de quien fue, por primera vez, reconocido el derecho de las hijas a heredar en caso de muerte de su padre sin descendencia masculina (Nm 27,5-9; cf. modalidades en Nm 36,2-12; Jos 17,4-6).

MIGDOL.

(heb. Migdôl, término can.-heb. que significa "torre"). 1. Torre cerca de la cual los israelitas acamparon cuando salieron de Egipto en ocasión del éxodo.* Estaba situada cerca del Mar Rojo, de Pi-hahirot y Baal-zefón (Ex. 14:2; Nm. 33:7). Esta torre o fortaleza, probablemente no era una ciudad, sino una guarnición que formaba parte del sistema de fortificaciones de la frontera oriental de Egipto. Sin embargo, no se conoce la ubicación de Midgol. El Mapa V, que presenta varias rutas alternativas para el éxodo basadas en diferentes teorías, muestra un Migdol, pero éste es el pueblo Migdol 2, y no tiene relación con la salida de Israel de Egipto, a no ser por la teoría del éxodo por el norte, no aceptada en este Diccionario. 2. Localidad en Egipto, en la parte noreste del delta, a la cual huyó el resto de la población de Judá después de la destrucción de Jerusalén (Jer. 44:1; 46:14). Esta Migdol y la otra pudieron haber sido parte del sistema defensivo oriental de Egipto, en el que Migdol 1 podría haber estado cerca de su extremo sur, y Migdol 2 en la proximidad del límite norte de la línea de fortificaciones. Esta fue construida por Amenofis I, y figura en los registros egipcios como el "Muro del príncipe". En las Cartas 783 de Amarna, la ciudad de Migdol aparece como Magdali ina Mitsri (Nº 234:29), "Migdol en Egipto", para distinguirla de otras Migdoles en Palestina y Siria. Generalmente se la identifica con Magdolus (ahora Tell el-Heir), un lugar conocido desde tiempos romanos, a unos 17,5 km al sur de Pelusio. En Ez. 29:10 y 30:6 dice "desde Migdol hasta Sevene", lo que significa desde el extremo norte al extremo sur de Egipto. Mapa V, B-4.

MIGDAL.

(heb. Migdal-êder, "torre del rebaño"). Torre entre Belén y Hebrón, cerca de la cual Jacob una vez levantó su tienda (Gn. 35:21).


(heb. Migdal-Gâd, "torre de Gad [fortuna]"). Pueblo en la Sefela de Judá (Jos. 15:37). Probablemente se lo deba identificar con Khirbet el-Mejdeleh, a unos 8 km al sur de Beit Jibrîn, o con Tell el-Mejâdil, a unos 9,5 km al sudoeste de Tell Beit Mirsim.

(heb. Migdal-Kl, "torre de Dios"). Ciudad de Neftalí (Jos. 19:38), provisoriamente identificada con Khirbet el-Mejdel, a unos 6,5 km al noroeste de Cedes en Galilea.


Migdal-El ("torre del Señor") es una localidad del norte de Palestina que le tocó a la tribu de Neftalí; pero verosímilmente situada cerca de la frontera teórica de Aser.


Migadl-Siquén ("torre de Siquén") es probablemente la obra que, en Siquén (Jc 9,46-47 y 49), controlaba Bet.Miló, "la casa del terraplen", sede del Consejo de la ciudad (cf. Jc 9,6 y 20).