miércoles, 12 de junio de 2013

ANFÍPOLIS.

 File:Amphipolis location.jpg
 Localización de Anfípolis. 40.82, 23.85

Anfípolis (en griego antiguo: Aνφίπολις, Anfípolis) fue una ciudad griega de la Antigüedad, en Macedonia oriental, situada en la península semicircular formada por el río Estrimón a 4 km de su desembocadura. Su nombre se debía precisamente a esa situación. Estaba en una encrucijada de caminos, al oeste del monte Pangeo. El río la unía con el puerto de Eyón.

Índice

Los orígenes de la ciudad

La ciudad pertenecía en el siglo VI a. C. a la tribu tracia de los edones Sus habitantes controlaban el valle del Estrimón y la ruta de Macedonia a Tracia (la posterior Vía Egnatia).
Darío I envió al general Megabazo al oeste a someter a los peonios, en el valle alto del Estrimón y llegó hasta la ciudad de Eyón, en la desembocadura del río, y la convirtió en la capital aqueménida de Europa. Los edones proveían de lo necesario a la guarnición persa.
Cuando Jerjes I invadió Grecia tendió un puente que cruzaba el río en Ennea Hodoi (Nueve Caminos), no se sabe si permanente o provisional.
La deidad principal de la ciudad fue Artemisa Taurópolos o Brauronia. El ciudadano más célebre fue el gramático Zoilos. Eyón era el puerto de Anfípolis.
En 497 a. C., los atenienses intentaron conquistar Ennea Hodoi (Nueve Caminos), y Eyón aprovechó la revuelta jónica para luchar contra los persas. Aristágoras de Mileto, lo intentó en dicho año, pero fue rechazado por los edones.
En 492 a. C., los persas además de haber sometido a los jonios y haber pacificado Tracia, anexionaron Macedonia a su imperio.
Cuando los persas se retiraron en 479 a. C., los atenienses volvieron a intentar conquistarla. En el invierno de 476-475 a. C., Cimón puso asedio a Eyón y la tomó. Boges, el comandante persa, se suicidó. Diez años después Atenas probó de nuevo conquistar Ennea Hodoi, pero fueron derrotados, y Sófanes, el comandante ateniense murió en la contienda (465 a. C.)
Vista del delta del Estrimón y del gimnasio desde la acrópolis de Anfípolis.
A lo largo de todo el siglo V a. C., Atenas buscaba asegurarse el control de Tracia que revestía una gran importancia estratégica por sus materias primas, metales preciosos (oro, plata) del Pangeo, madera, indispensable para la construcción naval, y por ser la ruta marítima de los estrechos que garantizaba el aprovisionamiento de trigo de Escitia
El lugar en que estaba situada Anfípolis, lo intentó colonizar en primer lugar, Aristágoras de Mileto en el 497 a. C. Trató de establecerse en Mircino de Tracia, ciudad junto al Estrimón a 7 km al norte de Anfipolis, pero murió luchando con los tracios edones, habitantes de la zona.
Treinta y dos años después, hacia el 465-464 a. C., a fines del verano - principios del invierno, lo intentaron los atenienses que enviaron a Sófanes, hijo de Leagro y a 10.000 colonos, pero los tracios edones acabaron con la expedición, matando a muchos en Drabesco.
Treinta años después Hagnón, el estratego ateniense hijo de Nicias, consiguió conquistarla. La ocupó en 437-436 a. C., y estableció colonos, atenienses y griegos de otras polis. La ciudad fue refundada a partir del puerto de Eyón, en la desembocadura del Estrimón, que era una vieja base ya utilizada por los persas, conquistada por Cimón y convertida en emporion ateniense. Hagnón planificó la ciudad de forma que por tres de sus lados estaba defendida por el río Estrimón y en el cuarto construyó una muralla. También acometió la tarea de la construcción de un puente.
Anfípolis prosperó y fue una de las colonias atenienses más valiosas. Eclipsó a Eyón que acabó convirtiéndose en su puerto.
Plano esquemático de Anfípolis.
La nueva fundación se llamó Anfípolis, literalmente «en torno a la ciudad», nombre sobre el cual los lexicógrafos han discutido ampliamente, a pesar de las explicaciones muy claras de Tucídides (iv,102,3): una noticia de la Suda (presente también en el Lexicon de Focio) lo comenta y recobra una explicación proporcionada, según Harpocración, por Marsias de Pella (FGrH 135/6), según la cual una población numerosa vivía alrededor de la ciudad. Más frecuente, y también mucho más verosímil es la explicación dada por el gramático Julio Pólux (Onomasticon, 9.27.5): el nombre indicaría la vecindad de un istmo o de un vado. Pero es el Etymologicum Genuinum el más explícito, con la siguiente definición (entrada 725, s. v. Anfípolis): «ciudad de los atenienses o de Tracia, que se llamaba anteriormente Nueve Caminos, (así llamada) porque está delimitada y rodeada por el río Estrimón» (griego πόλις Ἀθηναίων ἢ Θρᾴκης, ἥτις ἐκαλεῖτο πρότερον Ἐνάοδοι διὰ τὸ περιέχεσθαι καὶ περιοδεύεσθαι ὑπὸ τοῦ Στρυμῶνος ποταμοῦ). Esta descripción corresponde efectivamente al emplazamiento de la ciudad (ver esquema contiguo) y a la descripción de Tucídides.
Anfípolis fue desde entonces el principal punto de apoyo ateniense en Tracia y, como tal, el punto de mira de sus adversarios lacedemonios: el elemento ateniense era muy minoritario en la ciudad (Tucídides, iv,105,1) y el general espartano Brásidas consiguió ponerla en contra de su metrópolis en 424 a. C., sobre todo, gracias a la ayuda de los habitantes de la localidad vecina de Argilo. Anteriormente, al estallar la Guerra del Peloponeso (431 a. C.), Brásidas había invadido las posesiones atenienses al norte. Una expedición de socorro, que contaba con naves de la isla de Tasos, dirigida por el estratego (e historiador) Tucídides hubo de conformarse con socorrer a Eyón sin lograr apoderarse de Anfípolis al llegar demasiado tarde. Este fracaso le supuso el exilio a Tucídides. La ciudad fue un obstáculo para el armisticio entre Esparta y Atenas, la cual no quería firmar sin recuperar Anfípolis.
Una nueva expedición ateniense, bajo el mando de Cléon fracasó de nuevo en 422 a. C.: Cleón y su adversario Brásidas encontraron la muerte en una batalla bajo los muros de Anfípolis, que conservó así su independencia. Independencia que mantuvo hasta el reinado de Filipo II, a pesar de las nuevas tentativas atenienses, debidas principalmente al gobierno de Calístrato.
Los atenienses tuvieron que ceder y firmar la Paz de Nicias, con la promesa de una futura entrega por parte de Esparta; pero los colonos (entre los cuales los atenienses eran minoría) rehusaron volver a la Confederación de Delos, lo que constituyó un motivo más de conflicto entre la dos potencias. Anfípolis formó una estrecha alianza con Olinto.
Cuando se remprendió la guerra en el año 403 a. C. (Guerra de Decelia), la lucha por Anfípolis se reanudó. Su reconquista fue un objetivo prioritario para Atenas hasta el final de la Guerra del Peloponeso en 404 a. C.
En la primera mitad del siglo IV a. C. los atenienses intentaron recobrarla por la vía diplomática, pero no lo consiguieron.

De colonia ateniense a ciudad romana

Fortificaciones y puente de Anfípolis.
En 365 a. C. el rey Pérdicas III de Macedonia precisó de la ayuda de Atenas y cooperó con el comandante ateniense Timoteo en la conquista de Anfípolis. Pero una vez conquistada el rey de Macedonia se la apropió y rompió la alianza con Atenas.
En 357 a. C., Filipo II hizo saltar el cerrojo que formaba Anfípolis en el camino hacia Tracia y conquistó la ciudad, que Atenas había intentado recuperar en vano en los años precedentes. Según el historiador Teopompo, esta conquista habría sido objeto de un acuerdo secreto entre Atenas y Filipo II, por el cual, el rey macedonio se habría comprometido a entregar la ciudad a cambio de la plaza fuerte de Pidna. Pero el macedonio incumplió el tratado al no ceder Anfípolis y sitiar Pidna.
Atenas entró en negociaciones con Filipo II, le ofreció ayuda a cambio de Anfípolis. Filipo aceptó y retiró las fuerzas macedonias de la ciudad, que pasó a ser independiente. Los atenienses esperaban apoderarse fácilmente de ella, aislada y sin aliados o protectores, pero el ataque de Timoteo de Atenas fue rechazado con la ayuda de Olinto (359 a. C.|359 a. C.) A continuación Filipo II, consolidado en el poder, regresó a la ciudad y la ocupó. Estableció una guarnición y los enemigos de Macedonia fueron enviados al exilio. En 357 a. C.|357 a. C., una revuelta entre los aliados atenenienses incitada por el sátrapa de Caria, Mausolo, impidió a los atenienses cualquier acción militar sobre Anfípolis.
Tras la conquista por Filipo, la ciudad no fue incorporada inmediatamente al reino macedonio (Hatzopoulos 1996) y conservó durante algún tiempo sus instituciones y una cierta autonomía. En aquel momento la frontera macedonia aún no se había extendido al este. Filipo instaló, no obstante, a macedonios en Anfípolis y la ciudad, llegó ser de hecho macedonia: la nomenclatura, el calendario y la moneda. Referente a la moneda, las estáteras de oro salidas del nuevo taller construido por Filipo, para acuñar el oro del monte Pangeo, reemplazaron a las dracmas anfipolitanas.
Bajo el reinado de Alejandro Magno, Anfípolis fue una importante base naval, y tres de los más célebres almirantes de Macedonia eran originarios de Anfípolis: Nearco, Andróstenes, y Laomedonte, cuya sepultura estaba indicada probablemente por el famoso león de Anfípolis. Alejandro planeó construir un lujoso templo dedicado a Artemisa Taurópola, que finalmente no fue erigido. Después de su muerte el 11 de junio de 323 a. C., su viuda Roxana se estableció en Anfípolis.
Fresco de una casa helenística de Anfípolis.
Anfípolis se convitió en una de las principales estaciones del camino real de Macedonia oriental (como atestigua un mojón encontrado entre Filipos y Anfípolis que proporciona la distancia desde esta última), además de la Vía Egnatia, la principal vía romana que atravesaba el sur de los Balcanes. Además de las murallas de la ciudad (cf. fotografía), de este periodo no quedan restos y sólo pueden comtemplarse el gimnasio y una rica casa decorada con frescos muy bien conservados (cf. fotografía).
Si el plano de la ciudad es mal conocido, sus instituciones no lo son, gracias a una rica documentación epigráfica: una ordenanza militar de Filipo V y una ley efébica fueron encontradas en el gimnasio.
Tras la victoria final del ejército romano sobre Macedonia en 168 a. C., en la batalla de Pidna, Anfípolis pasó a ser la capital de la primera de las cuatro mérides, creadas por los romanos para reemplazar al reino de los Antigónidas. La reorganización de Macedonia la llevó a cabo el cónsul Lucio Emilio Paulo Macedónico.
Durante la guerra contra Bruto y Casio que terminó en la Batalla de Filipos, fue base de los triunviros en el año 42. Estos, después de la batalla, para impedir el reagrupamiento de los supervivientes de los cesaricidas, la colocaron bajo el control de Cayo Norbano Flaco, y, como premio a su lealtad, la declararon ciudad libre (civitas libera), es decir, nominalmente independiente y aliada de Roma.
Pablo de Tarso la visitó en el año 50 de camino a Tesalónica.

La renovación de la antigüedad tardía

Capitel paleocristiano con prótomes de carnero de Anfípolis.
Al final de la antigúedad, Anfípolis participó de la prosperidad económica de la provincia romana de Macedonia, cuyo testimonio es la multiplicación de iglesias cristianas. Significativamente, sin embargo, estas iglesias fueron construidas en un área restringida, al abrigo de los muros de la acrópolis: son el signo de que el gran perímetro fortificado antiguo no era defendible, y de que la población de la ciudad había disminuido considerablemente.
No obstante, el número, el tamaño y el lujo de las iglesias construidas entre el siglo V y el VI eran impresionantes: cuatro basílicas adornadas con ricos pavimentos de mosaicos y una cuidada escultura arquitectónica (ver el capitel con prótomes de carnero) han sido excavadas, así como una iglesia de planta central, hexagonal, que recuerda la de la San Vital de Rávena. Esta actividad edilicia sólo puede comprenderse sabiendo que la Iglesia local acertó al beneficiarse de los antiguos circuitos del evergetismo, lo que desembocó en que la riqueza agrícola se tradujera en el crecimiento arquitectónico del centro urbano.
Anfípolis fue entonces un obispado sufragáneo de Tesalónica; el obispo es mencionado por primera vez en 553.

De la reducción del área urbana a la desaparición de la ciudad

Las invasiones eslavas de finales del siglo VI acabaron por arruinar progresivamente el territorio interior anfipolitano, y acarrearon el declive de la ciudad, cuyos habitantes se replegaronn en un primer momento en la acrópolis. Las murallas fueron preservadas, gracias a los materiales de construcción saqueados (spolia) y reutilizados de los diversos monumentos de la ciudad; las grandes cisternas, en desuso, de la ciudad alta fueron ocupadas por pequeñas casas y talleres de artesanos. Hacia la mitad del siglo VII, se produjo una nueva reducción del área urbana, con la construcción de una nueva muralla con torres pentagonales, que atravesaba la acrópolis, por enmedio de los monumentos existentes, así como las termas romanas, y sobre todo la basílica episcopal.
La ciudad fue probablemente abandonada en el siglo VIII. El último obispo del que se tiene noticia es en el 787.
Los habitantes se refugiaron en la vecina Eyón, puerto de Anfípolis, reconstruida y vuelta a fortificar en época bizantina, con el nombre de Crisópolis. Dicho puerto conoció una cierta prosperidad, antes de ser abandonado en la época otomana. Los bizantinos la denominaron Popolia, y actualmente poese el nombre de Neokhorio.
Los últimos signos de actividad registrados en las inmediaciones de la ciudad consistieron en la construcción en 1367 de una torre fortificada al norte de la ciudad, por el gran primicerio Juan y el estratopedarca Alexis, con el fin de proteger las tierras que ambos habían donado al monasterio atonita del Pantocrátor.

La exploración de Anfípolis

Las ruinas de Anfípolis vistas por E. Cousinéry en 1831: el puente sobre el Estrimón, las fortificaciones de la ciudad y la acrópolis.
El sitio ha sido reconocido y descrito por numerosos viajeros y arqueólogos desde el siglo XIX, como E. Cousinéry (1831) (véase grabado adjunto), L. Heuzey (1861), y P. Perdrizet (18941899). Este último sitúa las necrópolis al este de la ciudad antigua. Señala que el vasto conjunto comprendía de norte a sur tres cementerios: el helénico, el imperial y el cristiano.1 En 1934, M. Feyel, de la École française d'Atenes, dirigió una misión epigráfica y sacó a la luz los restos del león funerario (cuya reconstrucción puede verse en el Bulletin de Correspondance Hellénique de 1935 (Boletín de Correspondencia Helénica), publicación de la EfA acessible en línea).
Pero las excavaciones, no fueron comenzadas, en realidad, hasta después de la Segunda Guerra Mundial y fueron realizadas por la Sociedad Arqueológica griega (D. Lazaridis entre 1972 y 1985) y el Servicio arqueológico, que sacaron a la luz una necrópolis, la muralla de la ciudad baja (fotografía) y los excepcionales vestigios (pilares de madera) de uno de los dos puentes sobre el Estrimón, el gimnasio, una gran residencia helenística, y las basílicas de la acrópolis.

Véase también

Referencias

  1. Paul Perdrizet, Voyage dans la Macédoine première (suite) en Bulletin de correspondance hellénique (1897), p. 514

Bibliografía

  • L. Heuzey, H. Daumet, Misión arqueológica en Macedonia, París, 1876;
  • N. Zikos, Anfípolis paleocristiana y bizantina, Athènes, 1989 (guía arqueológica);
  • D. Lazaridis :
    • Anfípolis, Atenas, 1986 (guía arqueológica),
    • La cité grecque d'Amphipolis, in Comptes-rendus de l'Académie des Inscriptions et des Belles-Lettres (CRAI) 1977, 194-214;
  • (en inglés) M. Hatzopoulos, Macedonian Institutions under the King, Atenas, 1996;
  • (en inglés) A. Dunn, “From Polis to Kastron in Southern Macedonia: Amphipolis, Khrysoupolis, and the Strymon Delta”, Castrum 5, Archéologie des espaces agraires méditerranéens au Moyen-Âge, Murcia, 1992, 399-413.

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