viernes, 7 de junio de 2013

LA RELIGIÓN PRECONFUCIANA. FUENTES LITERARIAS.

Conocida por fuentes poco fiables y por restos arqueológicos, la religión ancestral china muestra características similares a las de otras religiones originales, como el carácter sagrado de reyes y gobernantes y la gran importancia que concedía a la adivinación y a la alquimia.

 
Ejército de terracota del emperador Ch´in Shih Huang-ti (siglo III a.C). Xi´an, China.

El estudio de la religión china anterior a Confucio encuentra una importante dificultad en las fuentes, ya que, si bien hay un buen número de relatos que supuestamente narran hechos del remoto pasado, estos fueron retocados por los eruditos confucianistas con la intención de suprimir las referencias a lo maravilloso. Convencidos de que los relatos religiosos se referían a hechos comunes, retocaron el material relativo a la época más antigua racionalizando y eliminando lo excesivamente sobrenatural y transformando en hombres a quienes debieron de haber sido dioses en los relatos originales.
Este tipo de reelaboraciones se han realizado desde tiempos muy antiguos y se les da el nombre de «interpretaciones evemeristas», por su semejanza con un método de análisis de los mitos que desarrolló el griego Evémero en el siglo IV a.e.c. Este sistema consiste fundamentalmente en plantear que los dioses fueron antiguos grandes personajes, benéficos o poderosos, a los que se les agradecieron los favores por medio del culto.
Por ejemplo, las narraciones míticas de los orígenes de la realeza parecen estar mezcladas con materiales propios de relatos cosmogónicos; así, el rey Shun (siglo XXIII a.e.c. en la datación tradicional) expulsa en el ritual de su entronización a los cuatro seres maléficos que perturbaban el mundo; o Yu, que llega al trono tras controlar una inundación, lo que no sería de extrañar entre los cometidos de un soberano de una civilización original si no fuese por el modo en que se expresa nuestra fuente, el libro confuciano Shu Ching:
«En los tiempos de Yao, el mundo no estaba en orden aún, las vastas aguas corrían de modo desordenado e inundaban el mundo [...] se encargó a Yu ponerlas en orden, cavó la tierra y las encauzó al mar.»
Es decir, el rey realiza una canalizacion que actúa como una cosmogonía (las aguas con anterioridad unían el cielo y la tierra), una ordenación cósmica que en otras tradiciones llevan a cabo los dioses.
Por esta razón es más seguro buscar la información religiosa preconfuciana en los objetos que en la tradición escrita.

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