martes, 11 de junio de 2013

MUNDO.

I. El gr. kósmos tiene varios significados:


a) El mundo físico, la tierra y lo que contiene: «desde la creación del mundo» o semejo (Mt 13,35, etc.), «ganar el mundo entero» (Mt 16,16 y par.), otras frases (Jn 1,10; 16,21; 21,25; 1 Cor 5,10; 8,4, etc.).

b} En particular, la humanidad: «luz del mundo» (Mt 5,14; cf.5,16; Jn 8,12); «el campo es el mundo» (Mt 13,38); «¡ay del rnundo!» (Mt 18,7); «Dios demostró su amor al mundo» (Jn 3,16); "para la vida del mundo» (Jn 6,51); «juzgar», «salvar al mundo» (jn 12,47), etc.

c) La humanidad en cuanto estructurada en un orden socio-religioso injusto y rebelde al designio de Dios. «El mundo este» el orden presente (Jn 8,23; 12,25.31; 16,11; 18,36; cf. 1 Cor 3,19; 7,31; Ef 2,2; 1 Jn 4,17). El jefe del orden presente es el Enemigo/el diablo (Jn 12,31; 14,30; cf. Le 4,5-6; Ap 13,2b); «ser del diablo» equivale a «pertenecer al mundo este» (Jn 8,44; 1 Jn 3,8-10).

 II. a) En los escritos joaneos, el mundo como humanidad es objeto del amor de Dios (]n 3,16; 12,47); el mundo como orden social (representado en Jn por «los Judíos», en el Ap por el Imperio romano), es enemigo de Dios, está todo en poder del Malo (1 Jn 5,19; Ap 13,2; cf. Lc 4,6). Dios, que ama a la humanidad, quiere salvarllo.de la estructura de mal que ésta ha creado; para ello manda a su HIJO, que da al mundo la posibilidad de salir de su pecado (Jn 1,2?; 1 Jn 4,10s.19), de tener vida (J n 10,10). La humanidad y cada hombre tiene que optar entre la vida que Dios ofrece en Jesús (Jn 4,10: «agua viva»; 6,48: «el pan de la vida»; 8,12: «la luz de la vida»; 11,25: «la resurrección y la vida», d. 5,26) o condenarse a la muerte (1,4s.12; 6,53).

b) El choque entre Jesús y el mundo como sistema injusto se debe a la oposición diametral entre la ideología del mundo y el mensaje de Jesús, que representan dos escalas de valores antagónicos. Jesús denuncia la maldad del mundo/sistema (Jn 7,7) y no acepta sus honores (5,41.43), porque el mundo es tinieblas (Jn 1,5.10), vive en las tinieblas (1 Jn 2,11) y, por su maldad, prefiere las tinieblas (Jn 3,19); es esclavo del pecado porque no está en la verdad (Jn 8,32-34) y la detesta (8,44- 46); está ciego, porque vive en el odio (1 Jn 2,9.11; 3,15) Y es asesino (Jn 7,19; 8,37.40.44; 1 Jn 3,12.15).

 Su odio a Jesús (Jn 15,18), que es odio a Dios (15,23), es un odio sin razón (15,25), culpable (15,22), no nace sólo de error, sino de mala fe (15,24); el mundo es refractario al mensaje de Jesús (8,37), no tolera la verdad (8,43.46), quiere suprimirla (7,19; 8,37). Se ha fabricado su propio dios que no es el verdadero (Jn 8,55; 16,3), sino un ídolo (1 Jn 5,20s); por eso no acepta que Dios lo interpele (6,41s).

 c) Jesús no propone una reforma del mundo/orden presente, sino una alternativa; para ser discípulo suyo no basta ser mejor, es condición «no pertenecer al mundo» como él no pertenece (15,19; 17,14.16). Tampoco su realeza pertenece al mundo/orden presente, pues no usa la violencia, se basa en la verdad (18,36s). El discípulo ha de optar por Dios contra el mundo (17,6), pues ambos son incompatibles. La misma intransigencia en Pablo (Gál 6,14).

Se pertenece al mundo o al diablo cuando se odia (1 Jn 2,11; 3,12.15), cuando no se practica la justicia o no se ama (1 Jn 3,10), es decir, cuando no se cree que Jesús es el Mesías (1 Jn 4,2s.5). Un sumario de lo propio del mundo: los bajos deseos, el afán de tener.(«los ojos insaciables»), la arrogancia del dinero (1 Jn 2,16), la insensibilidad ante la necesidad ajena (1 Jn 3,17).

Se está de la parte de Dios, se es «hijo de Dios» (Jn 1,12; 1 Jn 5,1). Y no se pertenece al mundo/sistema injusto cuando se acepta el mensaje, que exige como actitud vital el amor fraterno (Jn 13,34s; 15,12.17; 1 Jn 2,7.10; 4,7.21) expresado en el servicio a imitación de Jesús (Jn 13,13- 17), hasta dar la vida (Jn 15, 13; 1 Jn 3,16).

 En otros términos, la esencia del mundo está en el egoísmo, que se manifiesta en rivalidad, mentira, opresión, odio y asesinato. La del mensaje de Jesús es el amor fraterno, que se traduce en solidaridad y servicio sin límites.

 lII. Los sinópticos, sin emplear la palabra «mundo» en el sentido de Jn, muestran la oposición de Jesús a los valores y convenciones de aquella sociedad. El uso del poder es lo opuesto al reinado de Dios (Mt 4,8-10; Lc 4,5-8;) y Jesús lo excluye absolutamente entre sus discípulos (Mt 20,25-27 Y parr.), exigiendo la igualdad (ibid.) y el servicio mutuo, a ejemplo suyo (Mt 20,28 Y parr.); excluye los honores y la ambición (Mt 18,1-5 y par.; 23,8-12); contrapone a Dios y al dinero (Mt 6,24; Lc 16,13) e invita a desprenderse de todo (Mt 19,21 par.), pues la riqueza es obstáculo al reinado de Dios (Mt 19,23-26 par.; Lc 16, 1-13). Pide un compromiso capaz de afrontar el deshonor, la persecución y la muerte (Mt 16,24-26 par.)

 Contrapone la dureza de corazón del sacerdote y del clérigo a la compasión del hereje (Le 10,31-33) y no tolera el comercio en el templo (Mt 21,12s par.). Denuncia la hipocresía y corrupción de los dirigentes espirituales del pueblo (Mt 22,1-6.16-18; 23,1-36 par.), después de haberles anunciado que se retira de ellos el reinado de Dios (Mt 21,43; cf. 45). No acepta discriminaciones, se reúne a comer con gente irreligiosa y de mala fama, odiada por ser funcionarios del gobierno opresor (Mt 9,10s par.; Lc 19,5-7), y acepta también invitaciones de fariseos (Lc 7,36; 14,1). Admite en su círculo íntimo a un recaudador colaboracionista y a un nacionalista fanático (Mt 10,1-4 par.; cf. 9,9). Rompe las convenciones de la época admitiendo que algunas mujeres lo acompañen con los Doce en su predicación itinerante (Lc 8,1-3) y en su viaje de Galilea a Jerusalén (Mt 27,55; Le 23,49), y permitiendo que lo toque una mujer de mala vida (Lc 7,38). Sus contemporáneos lo condenan, aplicándole el mote de «comilón y borracho, amigo de recaudadores y descreídos» (Mt 11,19 par.).

 IV. La reacción del mundo/orden injusto frente el grupo cristiano es de odio (Jn 15,18s; 17,14; 1 Jn 3,13; d. Mt 10,22 par.), que desembocará en persecución y en muerte (Mt 5,11 par.; Jn 16,1-4). Ante ella, los discípulos no han de temer (Mt 10,26 par.), sino estar alegres (Mt
5,12 par.), tranquilos y animosos (Jn 16,33), sabiendo que el Padre no los abandona (Mt 10,29-31 par.), que grande es su recompensa (la experiencia de! amor de! Padre) (Mt 5,12 par.) y que Jesús ha vencido al mundo Un 16,33; cf. 12,31).

A sus discípulos, que no pertenecen al mundo, Jesús, sin embargo, los envía al mundo (Jn 17,18; cf. Mt 28,19), donde, movidos por el Espíritu de la verdad, han de ser sus testigos (Jn 15,26s; Hch 1,8) en el proceso que Dios abre al mundo para demostrar que Jesús tenía razón,
que el mundo era culpable y que su poder está vencido (Jn 16,8-11).

Los discípulos vencen al mundo por su fe en que Jesús es el Mesías ye! Hijo de Dios (1 Jn 5,1.4s), fe que hace hijo de Dios y compromete al amor fraterno (1 Jn 5,1); esa fe, que ve en Jesús al Hijo de Dios, es decir la presencia y actividad de Dios en favor de los hombres, es la
que vence al mundo (1 Jn 5,5).

La resistencia y el odio que despierta en el mundo la realidad del amor cristiano (Jn 15,17-20) podrán ser vencidos por e! testimonio de unidad de los discípulos (Jn 17,21), que demostrará al mundo que Jesús es e! enviado de Dios y que Dios está con ellos (Jn 17,23).

 V. En el Apocalipsis e! mundo está encarnado en el Imperio romano (cf. Introd. al Ap). En lenguaje mítico se expresan los mismos temas que se han encontrado en e! Evangelio:  el poder satánico (13,2b), la mentira como arma (13,11-14; 19,20), la persecución declarada (13,7) o discriminatoria (13,16s), la victoria de Jesús Mesías (19,20s). Ésta tiene lugar por su palabra, simbolizada por la espada que sale de su boca (19,21), lo que describe figuradamente el triunfo anunciado en las parábolas del Reino (Mt 13,33; Mc 4,26-32).

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