España ha sido
históricamente un punto de
atracción para el
asentamiento de población
proveniente de otros países
de Europa, en especial
anglicanos y luteranos, a los
que se añadieron en épocas
más recientes otros cristianos
evangélicos. Establecieron
cementerios, iglesias,
templos y en sus ceremonias
usaban sus lenguas nativas y
estas eran desarrolladas por
ministros de culto (pastores,
sacerdotes) extranjeros.
Pero el fenómeno más
destacado en la actualidad
en España, que por otra parte
se produce a escala global, es
el peso creciente de modelos
de entender el cristianismo
evangélico e independiente
de origen americano. Frente
a las iglesias evangélicas de
corte y raíz europeos, las
iglesias bautistas y en
especial pentecostales,
surgidas en Estados Unidos,
tienen un florecimiento muy
destacado en España. Hay
que añadir propuestas
cristianas de carácter
independiente como el
adventismo, la Iglesia de
Jesucristo de los Santos de
los Últimos Días (mormones)
y los Testigos de Jehová para
tener un panorama más
completo de este proceso.
No obstante, no podemos
plantear que su crecimiento
se deba exclusivamente al
peso de la inmigración
americana en España, que
por otra parte es notable.
Es cierto que buen número
de los fieles que pueblan las
iglesias pentecostales, por
ejemplo, que son las que
tienen mayor desarrollo y
cantidad de participantes,
proceden de Iberoamérica,
y son personas que ya en sus
patrias de origen se habían
convertido, pero también es
destacable el gran número
de conversos que se han
producido entre la población
española.
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