lunes, 12 de agosto de 2013

EL LIBRE ALBEDRÍO Y EL PECADO ORIGINAL.

Extracto de la obra La ciudad de Dios, redactada en los años 413-426, en la que S. Agustín expuso sus ideas sobre la Historia.
Dotado de ese mismo libre albedrío, Dios creó también recto al hombre, ser viviente ciertamente terreno, pero digno del cielo si permanecía unido a su creador, así como, si le abandonaba, había de soportar de modo semejante la desventura conveniente a su naturaleza. Y aunque sabía de antemano que, por la prevaricación de la ley de Dios, había de pecar abandonando al mismo Dios, no le quitó el libre albedrío, previendo a la vez qué bien podía sacar de este mal, Él precisamente, que del linaje moral, justa y merecidamente condenado, reúne con su gracia un pueblo tan numeroso que suple y restaura la parte caída de los ángeles. Así, esta ciudad amada y celestial no se ve frustrada en el número de sus hijos; se regocija con un número quizá más crecido.
SAN AGUSTÍN, La ciudad de Dios, XXII, 1, 2

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.