miércoles, 28 de agosto de 2013

EL YIHAD.

Grupo de jinetes, miniatura de un manuscrito del siglo XIII. París, Biblioteca Nacional.
Grupo de Jinetes, miniatura de un manuscrito del siglo XIII. París, Biblioteca Nacional.

La palabra yihad aparece mucho en los medios de comunicación, en referencia a grupos terroristas como el llamado «Yihad Islámica», que reivindica atentados que se cometen en Israel y en otros lugares.
También suele hablarse de yihad de modo más general para referirse a la «guerra santa», y hay quien llega a creer que todos los musulmanes están dispuestos a atacar a sus vecinos para que cambien su religión y abracen el islam, como un caso extremo de proselitismo.
El yihad es un elemento importante en la vida del creyente musulmán, y en árabe significa «esfuerzo». Se trata de una abreviatura cuya fórmula completa, que se emplea con frecuencia en el Corán, es «el esfuerzo en el camino de Alá». Para ello pueden emplearse diversos medios. El primero es el esfuerzo en el autoperfeccionamiento, que para muchos musulmanes es el yihad más importante, y consiste en luchar contra las tendencias negativas para ser cada día mejor ante los ojos de Alá. Otro es el esfuerzo militar contra los no musulmanes, cuando se trata de defender el territorio poblado por musulmanes contra los ataques enemigos, o a la hora de abrir al islam una zona que rechaza la invitación pacífica para que lo adopte. También existe el esfuerzo contra los musulmanes para combatir a los que no actúan de modo correcto buscando que cambien su actitud.
La época de Mahoma estuvo marcada por las guerras, dirigidas tanto contra los árabes politeístas como contra judíos y cristianos, pero también contra los que, tras haber aceptado el islam, habían cambiado de opinión y habían abandonado la comunidad musulmana. En este contexto bélico, las referencias al yihad en el Corán se centran en el esfuerzo militar de expansión del islam y en el castigo de los que se habían pasado de bando. He aquí algunos ejemplos:
«Di a los infieles que si cesan [de enfrentarse] se les perdonará lo pasado, pero si reinciden [...] combatid contra ellos hasta que dejen de induciros a apostatar y se rinda todo el culto a Alá.» (Corán 8, 38-39)

«Combatid contra quienes, habiendo recibido la escritura [es decir, los judíos y los cristianos], no creen en Alá ni en el último día, ni prohíben lo que Alá y su enviado han prohibido, ni practican la religión verdadera. Luchad hasta que, humillados, paguen el tributo.» (Corán 9, 29)

«Matad a los que asocian deidades a Alá [los politeístas] dondequiera que los encontréis, capturadles, sitiadles, tendedles emboscadas por todas las artes. Si se arrepienten, rezan la oración y dan limosna, dejadles en paz, Alá es compasivo, es misericordioso.» (Corán 9, 5)
Algunos grupos terroristas islamistas utilizan la religión según sus intereses y tergiversan el significado de yihad, con la finalidad de justificar sus acciones, que tienen como resultado el asesinato indiscriminado y el dolor de mucha gente. Consideran que quienes mueren realizando un acto terrorista son mártires del islam e irán directamente al paraíso.
Ese convencimiento convierte el terrorismo de estos grupos en terriblemente peligroso, porque sus miembros son suicidas y no tienen miedo a perder la vida, ya que esperan una recompensa extraordinaria después de la muerte.

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