En la
actualidad, el cristianismo parece presentar varias corrientes de
opinión contrapuestas. La opción conservadora es defendida por buena
parte de la alta jerarquía y consiste en mantener la validez de los
dogmas y sobre todo de los usos morales tradicionales, en particular en
lo que atañe a la moral sexual.
Esta postura, anclada en modos de pensamiento de la sociedad tradicional, la representa de manera destacada el Opus Dei,
organización católica que posee un dinamismo notable en la actualidad.
Fundada oficialmente en 1928 por José María Escrivá de Balaguer
(1902-1975), sus estatutos fueron modificados en diversas ocasiones
hasta que en 1983 se convirtió en prelatura personal, lo que supone una
amplia autonomía dentro de la iglesia.
Actualmente
cuenta con unos 100.000 miembros, que suelen poseer un nivel de
capacitación profesional que los convierte en la élite de los países en
los que habitan, especialmente en Sudamérica. Se trata de un importante
grupo de presión en la toma de decisiones de la jerarquía católica,
aunque quizá se tiende a sobrevalorar su influencia.
En
1941, el joven seminarista Marcial Maciel, perteneciente a la diócesis
de Cuernavaca, funda la congregación de los Legionarios de Cristo en la
Ciudad de México. Se trata de otro grupo católico tradicional que ha
extendido sus centros educativos por varios países de América y Europa y
que además intenta intensificar la presencia cristiana en la política,
la empresa y la vida profesional.
Actualmente
existen otros grupos conservadores de diferentes características, entre
los que pueden destacarse Comunión y Liberación y el Camino
Neocatecumenal.
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