martes, 20 de agosto de 2013

IGLESIAS DE ORIGEN BAUTISTA EN LA ACTUALIDAD.


Estas iglesias, al no estar sujetas a ningún gran grupo, admiten un grado de innovación muy notable que en algunos casos hace que su mensaje pueda llegar a resultar irreconocible como cristiano.
Algunas iglesias cristianas independientes, como los cuáqueros o los mennonitas, resultan difíciles de diferenciar de grupos protestantes como bautistas o metodistas.
Los mennonitas, que defendían la radical división entre poder político y religión, negándose incluso a servir en el ejército o la administración, fueron brutalmente perseguidos tanto por protestantes como por católicos, por lo que muchos huyeron a Estados Unidos. En la actualidad son aproximadamente un millón de fieles. La práctica religiosa entre los mennonitas es destacada y en lo que respecta a la moral resultan extremadamente conservadores. Son contrarios, por ejemplo, a las relaciones sexuales prematrimoniales o al divorcio y la separación matrimonial. Tienen una organización del sacerdocio a tiempo parcial y los pastores son elegidos por la comunidad.
Otros dos grupos surgidos del anabaptismo son los amish y los hutteranos. Los primeros se distinguen de los mennonitas por la renuncia al progreso. No usan la electricidad o los automóviles y mantienen los modos de vida e incluso la vestimenta del siglo XVII. Se localizan en Estados Unidos y algunas comunidades en Paraguay. Este rechazo a aspectos materiales de la modernidad es perfectamente congruente ya que el desarrollo industrial es la causa de la agonía de las religiones tradicionales.
Los hutteranos son anabaptistas radicales que renuncian a la propiedad privada como premisa para poder desarrollar una vida evangélica. Fueron perseguidos y se desplazaron progresivamente hacia la Europa oriental (Ucrania), hasta que en el último cuarto del siglo XIX llegaron a los Estados Unidos. En la actualidad, como los amish, son grupos minoritarios.
Los miembros de la Sociedad Unificada de los Creyentes en la Segunda Venida de Cristo, conocidos por el nombre popular de shakers («los que se agitan»), surgieron en Inglaterra como escisión de los cuáqueros, liderados por la visionaria Ann Lee (1736-1784), y pasaron en 1774 a Estados Unidos. Predicaban un sistema de vida comunitario sin propiedad privada, la igualdad entre hombres y mujeres, una religiosidad basada en el éxtasis y la certeza de una pronta venida de Cristo. En la primera mitad del siglo XIX crearon una red de asentamientos muy prósperos.

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