El
concilio de Jerusalén fue la consecuencia de los problemas que se
plantearon cuando el mensaje cristiano fue ganando adeptos no judíos. En
los Hechos de los Apóstoles (15, 1-30) se expone la situación y la
solución que se tomó posteriormente:
«Llegaron
algunos de Judea que aleccionaban a los hermanos diciéndoles que, si no
se circuncidaban según la tradición de Moisés, no podían salvarse. Se
decidió que Pablo y Bernabé, junto con algunos de ellos, subieran a
Jerusalén para tratar esta cuestión con los apóstoles. [...] Al llegar a
Jerusalén fueron recibidos por la iglesia, por los apóstoles y los
presbíteros, y les expusieron todo lo que Dios había hecho por medio de
ellos. Pero se levantaron algunos del grupo de los fariseos que habían
abrazado la fe, y dijeron: "Es necesario circuncidar a los no judíos y
pedirles que observen la ley de Moisés." [...] Santiago tomó la palabra y
dijo: "A mí me parece que no hay que molestar a los no judíos que se
convierten, basta escribirles que no se contaminen con la idolatría o
con uniones ilegales, ni tampoco comiendo sangre" [...] y se decidió
enviar esta carta: "Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no
imponeros más cargas que las indispensables: abstenerse de carne
sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de
uniones ilegales."»
Los
fariseos cristianos pretendían que todo cristiano fuera a la par también
judío, con lo que parecían defender una forma en cierto modo
universalista de entender el judaísmo (abierto a cualquiera) que tuvo el
pleno desarrollo en el cristianismo paulino.
Los
cristianos actuales no siguen las prohibiciones que se establecen en
este texto. No siguen las normas y prohibiciones bíblicas respecto de la
comida que aceptan los judíos. Las señas de identidad judías son más
numerosas y estrictas que las cristianas.
Algunos
grupos de religión cristiana, como los testigos de Jehová, mantienen,
específicamente, una prohibición explícita en cuanto a absorber sangre.
Por esta razón tampoco aceptan las transfusiones de sangre. No se basan
por tanto solo en la lectura del Antiguo Testamento sobre estos temas,
sino especialmente también en este pasaje.
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