domingo, 18 de agosto de 2013

LOS CÁTAROS.


Los cátaros encarnaron un movimiento religioso cristiano contrario a la práctica y la forma católica de entender el mundo durante la Edad Media. Sus principios giraban en torno a la creencia de que existían dos mundos: el del bien, con Dios, y el del mal, con Satán. La lucha era continua, sobre todo porque creían que el mundo material estaba regido por el mal. Por ello se aplicaron un rígido ascetismo como medio de aproximación a Dios.
Los cátaros en sus prácticas se caracterizaron por la pobreza y el celibato. No comían carne, huevos ni leche, pero sí pescado, aunque solo se alimentaban de pan y agua los días de ayuno que eran los lunes, jueves y viernes de cada semana.
Vivían en comunidad, en las llamadas «casas cátaras», de las que había una o varias en los pueblos y eran numerosas en las ciudades. En ellas se encontraban los llamados «prefectos», hombres y mujeres dedicados a la religión, bajo la autoridad de un «anciano» que era el gestor de la comunidad y oficiaba los ritos. Iban de casa en casa por parejas predicando con el Libro, la Biblia cátara que contenía los cuatro evangelios, los Hechos de los Apóstoles y las Epístolas. Se presentaban como los herederos de los apóstoles.
La denominada Cruzada contra los albigenses (1209-1229) predicada por el papa Inocente III y liderada por Simón de Monfort acabó con el movimiento cátaro.

Este es uno de los textos que utilizaban los cátaros:

«Que las gentes instruidas lean las Escrituras y se convencerán de que existe un dios maligno -señor y creador- que es la fuente y la causa de todos los males. Si no fuera así, les sería necesario confesar que es el verdadero Dios, el mismo que es la luz, que es bueno y santo; el que es la fuente viva y el origen de la dulzura, de la suavidad y la justicia, el que sería, a la vez, causa y principio de toda iniquidad y maldad, de toda amargura e injusticia; y que todo lo que es opuesto a este Dios, siendo su contrario, procedería, en realidad, de él mismo: cosa que ningún sabio sería tan necio de sostener.»
Libro de los dos principios

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.