domingo, 25 de agosto de 2013

LOS PILARES DE LA FE MUSULMANA.


La práctica religiosa musulmana gira en torno a la oración, el ayuno, la limosna y la peregrinación. Se denominan «los cinco pilares de la fe» y tienen las siguientes características:
La chahada o «profesión de fe» es el primer pilar. Consiste en rezar la oración que resume la fe islámica: «No hay más divinidad que Alá y Mahoma es su profeta».
La azalá u «oración» es el segundo pilar. Los musulmanes deben orar cada día cinco veces. Lo hacen al alba, al mediodía, a media tarde, al ocaso y por la noche, con la particularidad de tener que realizar cuatro posturas principales al tiempo que recitan la chahada y otras oraciones: de pie, inclinado, prosternado y sentado sobre los talones. Los almuédanos entonan el verso «Alá es grande» desde los alminares de las mezquitas y, al oírlo, todo musulmán sabe que es el tiempo de rezar y deja por unos momentos cualquier actividad que esté realizando.
Previamente, antes de orar, los musulmanes tienen que purificarse por medio de la limpieza del cuerpo, como se expone en la aleya número 7 de la azora 5 del Corán:
«¡Creyentes!, cuando os dispongáis a hacer la azalá, lavaos el rostro y los brazos hasta el codo, pasad las manos por la cabeza y lavaos los pies hasta el tobillo.»
Aleya 7, azora5, Corán.
Los viernes, que es el día santo de los musulmanes, el rezo se hace de forma colectiva y obligatoria.
El sawn o «ayuno» es el tercer pilar. El cumplimiento del ayuno durante el ramadán, mes noveno del año, es una de las celebraciones islámicas más conocidas. Se trata del mes de ayuno y de reflexión religiosa a través de las lecturas del Corán y de los ritos establecidos.
El ayuno es obligatorio para todo musulmán adulto y está prohibido comer, beber o fumar, desde que sale el sol hasta que se oculta. La elección de este mes se corresponde con el tiempo en el que Mahoma recibió la primera revelación.
En la puesta del sol, que marca el final del ayuno diario, los musulmanes se reúnen para recitar el Corán y para comer.
El día que acaba el ramadán, se realiza una fiesta con un menú especialmente cuidado. Como el calendario musulmán es lunar, el mes de ramadán puede coincidir con cualquier momento de nuestro calendario.
El hajj o «peregrinación mayor» es el cuarto pilar de la fe. Todo musulmán que tenga salud y recursos para afrontar un viaje a La Meca tiene el deber de realizar al menos una peregrinación en su vida a la ciudad sagrada.
El azaque o «limosna» es el quinto pilar. Es un deber para todo musulmán ayudar a quienes lo necesiten por medio de la solidaridad. En las comunidades sunitas se tiene que dar el 2,5% de la riqueza acumulada cada año. Muchos fieles entregan el azaque a ONG musulmanas para ayudar a los desfavorecidos o a quien lo necesite.
La vida religiosa islámica y la plegaria marcan el ritmo del día, del año y de la existencia. Estas oraciones y rituales son los puentes de unión entre los musulmanes y Alá.

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