miércoles, 4 de septiembre de 2013

ZELOTES.

Los zelotes o zelotas fueron un movimiento político-nacionalista en Israel del siglo I fundado por Judas el Galileo poco después de nacer Jesús. El nombre (del hebreo qanaim, de קנא, "celar") se refiere al celo por Yahvé guardado por sus miembros.1 2
Los Emmanueles fueron la facción más violenta del judaísmo de su época, enfrentándose frecuentemente a otras facciones como los fariseos o saduceos, a quienes acusaban de tener "celo por el dinero".[cita requerida] El vocablo zelota ha pasado a ser sinónimo en varios idiomas de intransigencia o radicalismo militante.
Algunos historiadores los consideran como uno de los primeros grupos terroristas [cita requerida] de la historia ya que utilizaban el homicidio de civiles que a su entender colaboraban con el gobierno romano, para disuadir a otros de hacer lo mismo. Dentro del movimiento zelota, una facción radicalizada conocida como los sicarios, se distinguió por su particular virulencia y sectarismo.
Su objetivo era una Judea independiente del Imperio Romano mediante la lucha armada tal y como sucedió en la Gran Revuelta Judía del 66-73 durante la cual controlaron Jerusalén hasta que la ciudad fue tomada por los romanos, que destruyeron el Templo, y tres años más tarde ocuparon la fortaleza de Masada, el último refugio zelote, tras el suicidio de sus defensores.

Jesús y los zelotes

Robert Eisler ha creído descubrir un vínculo entre el cristianismo naciente y los zelotes, nacionalistas fanáticos. Este autor ve un mensaje cristiano inicial que se correpondería al de un mesianismo político tendiente a instaurar el reinado de Jesús, en caso necesario, en una Palestina libre de romanos e idólatras. Este mismo punto de vista es sostenido por Brandon.3
Lo único que sabemos con mayor seguridad es que el mundo en el que vivía Jesús estaba fuertemente imbuido de espíritu zelote,4 pero según Cullmann el mismo Jesús debió constantemente tomar posición en contra de esa avanzada del nacionalismo judío frente a los romanos, desautorizándolo.5

Los zelotes en los evangelios

Judas el Galileo es mencionado como uno de sus líderes más relevantes y recordado por sus acciones en la época del primer censo en Judea, tal como figura en los Hechos de los Apóstoles.6 En el Nuevo Testamento es conocido el capítulo en la que la libertad de Barrabás, quien podría ser un líder zelota preso, es preferida por una muchedumbre a la de Jesús de Nazaret, atestiguando la popularidad de dicho movimiento en su época.
Uno de los discípulos de Jesús, escogido por Él como apóstol, provenía posiblemente de este movimiento, pues es designado inequívocamente como Simón el Zelote en el Evangelio de San Lucas.7 Esta traducción que hace Lucas, ζηλωτην zelotei, contrasta con la trascripción griega καναναιον, kananaion, de Marcos y καναναιος kananaios, de Mateo, que obviamente se refieren al hebreo qanaim o al arameo kanán. Se ha especulado en cambio sin ninguna prueba, con que Judas Iscariote era "Judas el sicario". Sin embargo, en el Testamento en Galilea de Nuestro Señor Jesucristo, evangelio apócrifo etíope, se menciona a Judas como zelota (capítulo II, versículo 12) y se le reconoce como hijo de Simón el cananeo o el Canaíta. El nombre de Iscariote sería nada más un apelativo derivado de ishi-karioth (hombre de la sica, el temible puñal curvo de los sicarios).
Fuera como fuere, muchos estudiosos consideran el rechazo de Jesús por la comunidad judía como una actitud que responde al desengaño de los israelitas respecto a Él, que se reveló, no como un líder militar zelote que liberara a los judíos del yugo romano, sino como un líder espiritual, que solo prometía una liberación más allá de este mundo. Igual se piensa de la actitud de Judas Iscariote, desengañado porque su mesías no era el líder terrenal que él deseaba.

Referencias

  1. Números 25:10-11
  2. 1Reyes 19:10
  3. Brandon, S.G.F. The Fall of Jerusalem and the Christian Church. Londres, 1957.
  4. Simon, M (1962). Las sectas judías en el tiempo de Jesús, del original de 1960 Les sectes juives au temps de Jésus, Presses Universitaires de France. en Buenos Aires, Eudeba, traducción Ricardo Anaya.
  5. Cullmann, O. Dieu et César. Paris, 1956, página 11, traducido del inglés.
  6. Hechos 5:37
  7. Lucas 6:15

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