sábado, 22 de marzo de 2014

EL EVANGELIO DE TACIANO 7


(Diatessaron) Parte 7
                                

Parábola de los siervos vigilantes
CL 1. Sed semejantes a hombres que esperaban con las lámparas encendidas que su señor viniese a las bodas para abrirle las puertas cuando llamara.
2. Dichosos los que velan cuando llegue el Señor.
3. Porque si no viene en la segunda vigilia, vendrá en la tercera, y cuando llegue, bienaventurados los siervos que lo aguarden.
Parábola de los diez siervos y las diez minas
CLI 1. Y dijo: Un hombre noble partió a un país lejano para tomar un reino y volver.
2. Y llamando a diez siervos, les dio diez minas y les dijo: Comerciad mientras estoy fuera.
3. Y sus ciudadanos lo aborrecían y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros.
4. Y cuando volvió, ya tomado el reino, llamó a los diez siervos, para ver cómo habían negociado su dinero.
5. Y el primero dijo: Señor, tu mina ha ganado diez minas.
6. Y él dijo: Buen siervo, pues que en lo poco has sido fiel, te daré autoridad sobre diez ciudades.
7. Y otro dijo: Señor, tu mina ha ganado cinco minas.
8. Y él dijo: Tú tendrás potestad sobre cinco ciudades.
9. Y otro dijo: Señor, toma tu mina, que la he tenido guardada en el pañuelo.
10. Porque temí de ti, que eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste y siegas lo que no sembraste.
11. Y él dijo: Mal siervo, con tu boca te juzgo.
12. Porque si sabías que soy hombre severo, que tomo lo que no puse, y siego lo que no sembré, debiste dar tu mina a los banqueros, para que yo tuviera sus réditos.
13. Y dijo: Quitadle su mina y dádsela al que tiene diez.
14. Y le dijeron: Señor, tiene diez minas.
15. Pues os digo que al que tuviese le será dado, y al que no, aun lo que tiene se le quitará.
16. Y a los que querían reinar sobre mí traedlos y ante mí degolladlos.
Jesús explica cómo juzgará el Hijo del hombre
CLII 1. Y el Hijo del hombre vendrá en su gloria con los ángeles y se sentará en el trono de su gloria.
2. Y serán reunidas ante él todas las gentes.
3. Y él las separará, como separa el pastor las ovejas de los cabritos.
4. Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda.
5. Y dirá a los que están a su derecha:
6. Venid, benditos de mi Padre, a heredar el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
7. Porque tuve hambre y me disteis de comer, y tuve sed y me disteis de beber.
8. Fui huésped y me acogisteis; estuve desnudo y me disteis ropa.
9. Y estuve en la cárcel y vinisteis a mi.
10. Mas los justos le dirán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos? O ¿cuándo sediento y te dimos de beber?
11. ¿Cuándo te vimos huésped y te acogimos? ¿Cuándo desnudo y te tapamos?
12. ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y vinimos a ti?
13. Y les dirá: En verdad os digo que cuanto hicisteis a estos mis hermanos mínimos, a mí me lo hicisteis.
14. Y a los de la izquierda dirá: Quitad, malditos, e id al fuego eterno, que está aparejado para el diablo y sus ángeles.
15. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, y sed y no me disteis de beber.
16. Huésped fui y no me acogisteis; desnudo y no me cubristeis; enfermo y en la cárcel y no me vinisteis a ver.
17. Y ellos le dirán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o huésped, o desnudo, o enfermo, o preso, y no te servimos?
18. Y le responderá, diciendo: Os digo en verdad que lo que a estos mínimos no hicisteis, no me hicisteis a mí.
19. Y los echará al eterno tormento, y a los justos, a la vida eterna.
Judas concierta con los príncipes de los judíos entregarle a Jesús
CLIII 1. Y cuando acabó estas palabras, dijo Jesús a sus discípulos:
2. Sabéis que dentro de dos días es la Pascua.
3. Y el Hijo del hombre será entregado para que lo crucifiquen.
4. Y los príncipes de los sacerdotes y los ancianos se congregaron en el atrio del pontífice Caifás.
5. Y consultaron cómo prender a Jesús y matarlo.
6. Mas decían: En día de fiesta no, porque no haya tumulto entre el pueblo.
7. Y entonces uno de los discípulos, llamado Judas Iscariote, llegó a los príncipes y magistrados.
8. Y les dijo: ¿Qué me daréis si os lo entrego?
9. Y ellos le ofrecieron treinta dineros de plata.
10. Y desde entonces buscaba ocasión para entregarlo.
Jesús lava los pies a sus discípulos
CLIV 1. Antes de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de que pasase de este mundo al Padre, amó a sus discípulos hasta el fin.
2. Y el diablo había ya puesto en el corazón de Judas el designio de entregarlo.
3. Y acabada la cena, sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos, y que había salido de Dios e iba a él,
4. Levantóse de la mesa, y se quitó su vestidura, y se ciñó con una toalla.
5. Y puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a secarlos con la toalla.
6. Y llegó a Simón Pedro y éste le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies?
7. Y dijo Jesús: Tú no entiendes por qué lo hago, mas ya lo entenderás.
8. Mas Pedro dijo: No me lavarás los pies. Y dijo Jesús: Si no te lavo, no participarás conmigo.
9. Y dijo Simón Pedro: Señor, no ya los pies, mas las manos y la cabeza.
10. Y dijo Jesús: Quien está limpio, sólo necesita lavar los pies.
11. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos.
12. Porque sabía quién lo había de entregar.
13. Y cuando les lavó los pies, tomó su ropa y se sentó a la mesa y les preguntó: ¿Sabéis lo que he hecho?
14. Vosotros me llamáis Señor, y Maestro, y decís bien.
15. Pues si yo he lavado vuestros pies, vosotros tambien debéis lavároslos los unos a los otros.
16. Porque os he dado ejemplo para que lo sigáis.
17. El siervo no es más que su señor, ni el apóstol más que quien lo envió.
18. Bienaventurados seréis si hacéis estas cosas.
19. No hablo de todos, porque sé los que he elegido, y se cumplirá la Escritura:
20. El que come pan conmigo levantó su talón contra mí.
21. Y os lo digo antes que ocurra, para que creáis.
22. En verdad, en verdad os digo: El que recibe a mi enviado me recibe, y el que me recibe recibe al que me envio.
Jesús anuncia a sus discípulos que uno de ellos lo entregará
CLV 1. Y el primer día de Pascua llegaron los discípulos a Jesús.
2. Y dijeron: ¿Dónde quieres que te preparemos comida?
3. Y él dijo: Cuando entréis en la ciudad, hallaréis un hombre que lleva un jarro de agua.
4. Seguidle hasta donde entre y decid al dueño de la casa: ¿Dónde está el aposento en que ha de comer la Pascua el Maestro con sus discípulos?
5. Y él os mostrará un comedor preparado.
6. Y ellos fueron, y hallaron lo que había dicho, y prepararon la Pascua.
7. Y a la tarde vino y comió con los doce discípulos.
8. Y les dijo: Mucho he deseado comer con vosotros esta Pascua, antes de padecer.
9. Porque no comeré más de ella hasta que se cumpla el reino de Dios.
10. Y diciendo esto, fue turbado en su espíritu, y dijo:
11. En verdad os digo que uno de vosotros me ha de entregar.
12. Y muy entristecidos, dijeron: ¿Soy yo, Señor?
13. Mas él contestó: El que mete conmigo la mano en el plato me ha de entregar.
14. Mas ¡ay del que entregará al Hijo del hombre!
15. Porque mejor le fuera no haber nacido.
16. Y los discípulos se miraban, porque no sabían quién fuera.
17. Y uno de los discípulos, a quien amaba Jesús, estaba recostado en su seno.
18. Y Simón Pedro le hizo señas, y él se recostó sobre el pecho de Jesús, y dijo: Señor, ¿quién es?
19. Y dijo Jesús: Aquel a quien yo diese el pan mojado.
20. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote, y el diablo entró en él.
21. Y Jesús dijo: Lo que vas a hacer, hazlo pronto.
22. Mas no entendieron por qué el dijo esto.
23. Porque como Judas tenía la bolsa, creían que le encargaba hacer compras para la fiesta, o dar limosnas.
24. Mas Judas contestó: ¿Soy yo, Rabí? Y Jesús contestó: Tú lo has dicho.
25. Y él, como tomó el bocado, salió y era ya noche.
26. Y cuando hubo salido, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios glorificado en él.
27. Y si Dios es glorificado en él, Dios lo glorificará en sí mismo.
Jesús da a sus discípulos el sacramento del cuerpo y de la sangre
CLVI 1. Y Jesús tomó el pan y lo bendijo.
2. Y lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomad y comed.
3. Porque éste es mi cuerpo, que se os da.
4. Y tomando el cáliz, dio gracias y lo ofreció a sus discípulos.
5. Y dijo: Tomad y bebed. Porque ésta es mi sangre, que va a ser vertida en la remisión de los pecados.
6. Y desde ahora no beberé más del fruto de la vid, hasta el día en que lo beba con vosotros en el reino de mi Padre.
7. Haced esto en mi conmemoración.
8. Y he aquí, Simón, que Satanás os pide para aventaros como trigo.
9. Mas yo he rogado por ti, para que no te falta la fe.
10. Y cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.
11. Hijos: algún tiempo aún estaré con vosotros.
12. Me buscaréis, mas como dije a los judíos, donde yo voy no podréis venir ahora.
13. Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros como yo os he amado.
14. En el amor que os tendréis conocerán todos que sois mis discíptilos.
15. Y dijo Simón Pedro: Señor, ¿dónde vas?
16. Mas Jesús respondió: Donde yo voy no puedes seguirme ahora, mas ya me seguirás después.
17. Porque todos os escandalizaréis en mí esta noche.
18. Escrito está: Perseguirán al pastor y serán dispersadas las ovejas.
19. Mas cuando haya resucitado, iré ante vosotros a Galilea.
20. Y dijo Pedro: Si todos se escandalizan en ti, yo no me escandalizaré.
21. Porque estoy preparado a ir por ti a la cárcel o a la muerte.
22. Y mi vida doy por la tuya.
23. Y Jesús le contestó: ¿Das tu vida por la mía?
24. En verdad te digo que en esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.
25. Mas Pedro decía: Si es preciso, moriré por ti y no te negaré.
26. Y los demás discípulos decían igual.
Jesús sigue enseñando a sus discípulos
CLVII 1. No se turbe vuestro corazón.
2. Creed en Dios, mas creed también en mí.
3. Muchas mansiones hay en casa de mi Padre.
4. Y voy a preparar sitio para vosotros.
5. Y cuando lo prepare, vendré otra vez y os tomaré.
6. Para que estéis vosotros donde yo estoy.
7. Y de donde yo voy, ya conocéis el camino.
8. Y dijo Tomás: Señor, si no sabemos adónde vas, ¿cómo hemos de saber el camino?
9. Y Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida.
10. Y pues que me conocéis, a mi Padre conocéis desde ahora.
11. Y dijo Felipe: Señor, muéstranos al Padre, que nos basta.
12. Mas Jesús le contestó: En el tiempo que estoy con vosotros, ¿aún no me has conocido?
13. Porque el que me ha visto ha visto al Padre. ¿Cómo, pues, dices que te lo enseñe?
14. ¿No crees que soy en el Padre y el Padre en mí? Las palabras que os hablo no son de mi, mas del Padre.
15. Y el Padre, que está en mí, hace las obras.
16. Creedme que soy en el Padre y el Padre en mi. Y creedme por las obras que hago.
17. Porque quien las creyere, él las hará, porque yo voy al Padre.
18. Y cuanto al Padre pidáis en mi nombre, os lo concederá, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
19. Mas, si me amáis, cumplid mis mandamientos.
20. Y yo rogaré al Padre y él os dará otro Paracleto, que está siempre con vosotros.
21. Y el espíritu de verdad, que el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni conoce, estará con vosotros.
22. Y no os dejaré huérfanos, sino que vendrá a vosotros.
23. Y cuando el mundo no me vea más, aún vosotros me veréis, y yo vivirá, y vosotros.
24. Y entonces conoceréis que yo estoy en el Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.
25. Y el que guarde mis mandamientos, será amado de mi Padre, y yo me manifestará a él.
26. Dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿por qué a nosotros y no al mundo te manifiestas?
27. Y dijo Jesús: El que me ame, mi palabra guardará, y mi Padre le amará, y vendremos a morar con él.
28. Mas el que no me ama no guarda mis palabras.
29. Y la palabra que os hablo no es mía, sino del que me envió.
30. Éste os ha hablado estando con vosotros.
31. Mas el Paracleto, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en nombre mío, os enseñará todas las cosas.
32. Mi paz os doy, y en ello os dejo, mas no os la doy como la da el mundo.
33. No se turbe vuestro corazón: no temáis.
34. Os he dicho: Voy y vengo a vosotros.
35. Y si me amarais de cierto, os gozaríais.
36. Porque yo voy al Padre y el Padre es mayor que yo.
37. Y os lo digo antes que sea, para que cuando sea creáis.
38. Y ya no os hablaré mucho más, porque llegan los príncipes de este mundo.
39. Mas hago así para que el mundo conozca que amo al Padre y cumplo el mandamiento de mi Padre.
Jesús pide espadas a sus discípulos
CLVIII 1. Y les dijo: Cuando os envié sin bolsa, ni alforja, ni calzado, ¿algo os faltó? Y ellos dijeron: Señor, nada.
2. Y les dijo: Pues ahora, el que tenga bolsa llévela, así como la alforja.
3. Y el que no tenga espada venda el manto y cómprela.
4. Y ellos dijeron: Señor, he aquí dos espadas. Y dijo Jesús: Basta. Salid, vamos de aquí.
5. Y cuando dijeron el himno, fue al monte de los Olivos, según acostumbraba.
6. Y sus discípulos iban con él.
Jesús adoctrina por última vez a sus discípulos
CLIX 1. Y les dijo: Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador.
2. Y él quitará todo pámpano que no lleve mi fruto.
3. Mas el que sí lo lleve, lo limpiará, para que más fruto tenga.
4. Porque vosotros ya sois limpios por la palabra que os he hablado.
5. Estad en mí y yo estaré en vosotros.
6. Porque el pámpano no puede tener fruto si no está en la vid.
7. Mas yo soy la vid, y vosotros los pámpanos, y aquel que está en mí lleva mucho fruto.
8. Porque quien no estuviera en mí será quitado como pámpano inútil y echado al fuego para que arda.
9. Y mi Padre es glorificado en que lleváis mucho fruto.
10. Yo os he amado como me ama mi Padre; permaneced en mi amor.
11. Y si guardáis mis preceptos, estaréis en mi amor, como yo estoy en el de mi Padre, porque he guardado sus preceptos.
12. Y esto os hablo, para que mi gozo esté en vosotros y vuestro gozo se cumpla.
13. Amaos los unos a los otros, como yo os he amado.
14. No hay mayor amor que el del que da su vida por sus amigos.
15. Y vosotros sois mis amigos, si hacéis las cosas que os mando.
16. Y no os llamaré siervos mas.
17. Porque el siervo no sabe lo que hace su señor, mas vosotros sois mis amigos, porque os he dicho cuanto of de mi Padre.
18. No me elegisteis a mí, sino que yo os elegí a vosotros.
19. Para que tengáis fruto y que cuanto pidáis del Padre os sea concedido.
20. Os mando que os améis los unos a los otros.
21. Mas si el mundo os aborrece, sabed que antes me aborreció a mí.
22. Porque si fuerais del mundo, os amaría, mas os odia porque no lo sois.
23. Mas acordaos de que os dije: No es el siervo más grande que su señor.
24. Y si me han perseguido, os perseguirán; mas si mi palabra guardan, guardarán la vuestra.
25. Y lo harán por mi nombre, porque no conocen al que me envía.
26. Y no tendrían pecado si yo no hubiera venido, mas ahora lo tienen.
27. Y el que me odia odia a mi Padre.
28. No tendrían pecado si yo no hubiese hecho obras. Mas las he hecho, y me odian, y a mi Padre.
29. Para que se cumpla lo que está escrito en la Ley: Me aborrecieron sin causa.
30. Mas cuando venga el Paracleto, el Espíritu de verdad que viene del Padre dará testimonio de mí.
31. Y vosotros también, porque estáis conmigo desde el principio.
32. Y os he dicho estas cosas para que no os escandalicéis.
33. Porque os arrojarán de las sinagogas y aun el que os mate pensará hacer servicio de Dios.
34. Porque no conocen al Padre ni a mí.
35. Y cuando viniere la hora, acordaos de que os lo había dicho. Y no os lo dije al principio, porque no estaba con vosotros.
36. Ahora voy al que me envió. Y ninguno me dice: ¿Adónde vas?
37. Y porque antes os he dicho estas cosas, vuestro corazón se ha henchido de tristeza.
38. Mas es necesario que vaya, porque, si yo no fuese, no podría venir el Paracleto.
39. Y cuando venga, acusará al mundo de pecado y de justicia y de juicio.
40. De pecado, porque no cree en mí, y de justicia, porque voy al Padre y no me veréis más, y de juicio, porque el príncipe de este mundo es juzgado.
41. Y más cosas tengo que deciros; mas cuando el Espíritu de verdad viniese, él os guiará a la verdad.
42. Porque no hablará por sí mismo, sino por lo que oyere, y os anunciará las cosas que han de venir.
43. Y me glorificará, porque tomará de lo mío.
44. Porque cuanto tiene el Padre es mío.
45. Un poco y no me veréis; otro poco y me veréis. Porque voy al Padre.
46. Mas decíanse los discípulos: No lo entendemos.
47. Y Jesús vio que querían preguntarle y dijo: ¿Habláis entre vosotros de lo que os dije?
48. En verdad os digo que vosotros os lamentaréis y el mundo se regocijará. Mas vuestra tristeza se convertirá en gozo.
49. Porque la mujer se entristece cuando pare, porque llega su hora.
50. Mas luego se regocija, porque ha nacido un hombre en el mundo.
51. Y ahora estáis con tristeza, mas otra vez os veré y os gozaréis en vuestro corazón. Y no me preguntaréis nada.
52. En verdad os digo que cuanto pidáis al Padre en mi nombre, os lo dará.
53. Nada hasta ahora pedisteis. Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.
54. Os he hablado en parábolas, mas llega la hora en que claramente os hablaré del Padre.
55. Y aquel día pediréis en mi nombre y yo rogará al Padre por vosotros.
56. El Padre os ama, porque me amasteis y creísteis que he salido de Dios.
57. Salí del Padre y vine al mundo. Mas ahora dejo el mundo y voy al Padre.
58. Y dijeron los discípulos: He aquí que ya hablas claramente y sin parábola.
59. Ahora vemos que sabes todas las cosas, sin que nadie te pregunte, y en esto creemos que has salido de Dios.
60. Mas dijo Jesús: ¿Ahora creéis?
61. He aquí que ha venido la hora en que seréis dispersos y me dejaréis solo.
62. Empero no estaré solo, porque el Padre está conmigo.
63. Y os he hablado estas cosas para que tengáis paz en mí. Porque en el mundo tendréis aflicción.
64. Mas confiad, porque yo he venido al mundo.
65. Estas cosas dijo Jesús y, alzando los ojos al cielo, dijo:
66. Padre, ha llegado la hora.
67. Glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti.
68. Como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a los que le diste.
69. Mas la vida eterna es que te conozcan como al único Dios verdadero, y a Jesucristo, al que has enviado.
70. Porque te he glorificado en la tierra y he cumplido la misión que me encargaste.
71. Glorifícame, Padre, con la gloria que tuve junto a ti antes de que fuese el mundo.
72. Y he dado su nombre a los que me diste y guardaron tu palabra. Porque han conocido que tuyas son las cosas que me diste.
73. Porque recibieron las palabras que me diste y les he dado, y han conocido que salí de ti, y han creído que me enviaste.
74. Yo ruego por ellos, no por el mundo.
75. Sino por lo que me diste, porque tuyos son.
76. Y tus cosas son mis cosas, y mis cosas son tus cosas, y en ellas he sido glorificado.
77. Y no estoy ya en el mundo, mas éstos sí, y a ti vengo.
78. Padre santo, guarda por tu nombre a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros somos uno.
79. Cuando con ellos estuve en el mundo, yo los guardaba en tu nombre.
80. Y ninguno se perdió, más que el hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura.
81. Mas ahora vengo a ti, y hablo en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.
82. Yo les he dado tu palabra y el mundo los odió, porque no son del mundo, como yo no lo soy tampoco.
83. No los quites del mundo, mas guárdalos del mal.
84. Santifícalos en tu verdad, porque tu palabra es verdad.
85. Y como tú me pusiste en el mundo, yo los he puesto en el mundo.
86. Y por ellos me santifico, para que ellos en verdad sean santificados.
87. No ruego sólo por éstos, sino por quienes por su palabra crean en mi.
88. Para que todos ellos sean unos, como tú en mí y yo en ti, ¡oh Padre!
89. Y que sean unos con nosotros, para que el mundo crea que me enviaste.
90. Porque yo les di la gloria que me diste, para que sean una sola cosa, como nosotros somos una sola cosa.
91. Y sea yo en ellos y tú en mí y ellos sean consumados en uno.
92. Para que el mundo conozca que me enviaste y que lo has amado, como a mí me has amado.
93. Padre: que donde yo esté estén ellos conmigo.
94. Para que vean la gloria que me has dado, porque me amaste desde la creación del mundo.
95. Porque el mundo no te conoce, ¡oh Padre justo! Mas yo sí te he conocido y éstos han conocido que tú me enviaste.
96. Y yo les he manifestado tu nombre, para que el amor con que me amas sea en ellos y yo con ellos.
Jesús en Gethsemaní
CLX 1. Y Jesús vino al sitio que llaman Gethsemaní, tras el arroyo Cedrón.
2. Y había allí un huerto y entraron Jesús y sus discfpulos.
3. Y Judas sabía también de aquel lugar.
4. Y llegando, dijo Jesús: Orad, para no ser tentados.
5. Y llevando a Pedro y a los dos hijos del Zebedeo, empezó a sentir gran tristeza y angustia.
6. Y les dijo: Mi alma está triste hasta la muerte. Quedaos aquí y velad conmigo.
7. Y se apartó de ellos como un tiro de piedra y se postró sobre el rostro y oró.
8. Y dijo: Padre, para quien todo es posible. Aparta, si es posible, este cáliz de mí. Mas no porque yo lo quiera, sino si lo quieres tú.
9. Y acabando de orar, fue a sus discípulos y los halló durmiendo.
10. Y les dijo: ¿Os dormisteis? ¿No pudisteis velar conmigo una hora? Velad y orad para no entrar en tentación.
11. Porque el espíritu está pronto, pero doliente la carne.
12. Y otra vez se apartó y oró con las mismas palabras.
13. Y un ángel del cielo se le apareció y lo confortaba.
14. Y estando en la agonía, oraba mucho, diciendo: Padre: si este cáliz no puede serme apartado, hágase tu voluntad.
15. Y su sudor era como grandes gotas de sangre, que caían en tierra.
16. Y acabada su oración, vino a sus discípulos y los halló durmiendo, por la tristeza.
17. Y sus ojos estaban cargados y no sabían qué responderle.
18. Y, apartándose, oró por tercera vez.
19. Y llegóse a sus discípulos y les dijo: Dormid ya y descansad.
20. Porque llega la hora en que el Hijo del hombre será entregado a manos pecadoras.
21. Vamos, levantaos, porque ya llega el que me traiciona.
Judas entrega a Jesús
CLXI 1. Y hablando aún, llegó Judas, uno de los doce, con mucha gente armada de espadas y palos, que traían antorchas y linternas, y venían de parte de los escribas, y ancianos, y sacerdotes.
2. Y el que lo había entregado, había dicho: Aquel a quien yo bese, ése es. Llevadlo.
3. Y llegándose a Jesús, dijo: Salud, Rabí. Y lo besó.
4. Y Jesús dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?
5. Y Jesús preguntó: ¿A quién buscáis? Y dijeron: A Jesús Nazareno.
6. Y dijo: Yo soy.
7. Y al decirles: Yo soy, retrocedieron y cayeron por tierra.
8. Y otra vez preguntó: ¿A quién buscáis? Y dijeron: A Jesús Nazareno.
9. Y dijo Jesús: Ya os digo que yo soy. Dejad ir a éstos.
10. Para que se cumpliese la Escritura: De los que me diste, ninguno perdí.
11. Y entonces pusieron mano en él y lo prendieron.
12. Y los que estaban con él dijeron: Señor, ¿heriremos a espada?
13. Y Simón Pedro, que tenía espada, hirió a un siervo del pontífice, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco.
14. Y dijo Jesús a Pedro: ¿No he de beber el cáliz que me da mi Padre? Vuelve esa espada a su vaina.
15. Porque todo el que emplea espada a espada perecerá.
16. ¿Piensas que no puedo rogar a mi Padre para que me envíe más de doce legiones de ángeles? Mas ¿cómo se cumplirían las Escrituras? Conviene que esto suceda.
17. Y dijo Jesús a las gentes: ¿Por qué salisteis a prenderme con espadas y palos, como a un ladrón?
18. ¿Por qué enseñando cada día en el templo no me prendisteis? Mas ésta es vuestra hora y la de los poderes de las tinieblas.
19. Para que se cumplan las Escrituras. Y sus discípulos, entonces, huyeron.
20. Y entonces la cohorte, y los tribunos, y los ministriles de los judíos, prendieron a Jesús, y lo ataron.
21. Y lo llevaron ante Anás, suegro de Caifás, que era pontífice aquel año.
22. Y Caifás era quien aconsejó que un hombre debía morir por todo el pueblo.
Un mancebo sigue a Jesús
CLXII 1. Y un adolescente, que iba sólo cubierto de una sábana, seguía a Jesús.
2. Mas quisieron prenderlo y, dejando la sábana, huyó.
3. Y Simón Pedro y otros discípulos seguían de lejos a Jesús hasta el atrio del sumo sacerdote.
4. Y uno de los discípulos era conocido del pontífice y entró con Jesús en el patio.
5. Y Pedro quedó a la puerta. Mas saliendo el que era conocido del pontífice le habló a la portera y entró Pedro al atrio.
6. Y al verlo un sirviente sentado al fuego, dijo: ¿No eres tú discípulo de ese hombre?
7. Y él contestó: Mujer, no sé qué dices, porque no lo conozco.
8. Y Pedro estaba allí calentándose, para ver en qué paraba toda aquello.
Los príncipes de los sacerdotes interrogan a Jesús
CLXIII 1. Y el pontífice interrogó a Jesús sobre los discípulos y su doctrina.
2. Y Jesús contestó: Claramente he hablado al mundo.
3. Porque siempre enseñé en el templo y en la sinagoga y nada hice a escondidas.
4. ¿Por qué me preguntas? Pregunta a los que me han oído.
5. Y uno de los criados dio una bofetada a Jesús, diciendo: ¿Así contestas al pontífice?
6. Y Jesús contestó: Si he hablado mal, muéstrame en qué. Y si bien, ¿por qué me hieres?
7. Y Anás lo envió atado a Caifás, pontífice.
8. Y Pedro se calentaba en el atrio y le dijeron: ¿No estabas tú con el Nazareno?
9. Y diciéndole otros: Sí, porque hasta en su habla manifiesta que es galileo. Pedro lo negó con juramento.
10. Y otro de los siervos, que era cuñado de aquel a quien Pedro había cortado una oreja, dijo: ¿No te vi yo en el huerto con él?
11. Y Pedro lo juró, con muchas increpaciones y juramentos.
12. Y decía: No lo conozco. Y en esto el gallo cantó.
13. Y acordándose Pedro de que el Señor le había dicho: Antes que cante el gallo tres veces me negarás, salió afuera y lloró amargamente.
Se presentan testigos falsos contra Jesús
CLXIV 1. Y los príncipes de los sacerdotes, y ancianos, y escribas celebraron consejo.
2. Y queriendo culpar de muerte a Jesús, trajeron muchos falsos testigos, pero sus testimonios no concordaban.
3. Y al final vinieron dos testigos falsos y dijeron: Nosotros hemos oído decir a Jesús que él derribaría el templo y lo reedificaría en tres días.
4. Y alzándose en medio el pontífice, dijo: ¿Nada respondes a este testigo? Pero Jesús callaba.
Los príncipes de los sacerdotes exigen a Jesús que les declare si es el Cristo
CLXV 1. Y el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro, por Dios vivo, que nos digas si eres el Cristo, el Hijo de Dios bendito.
2. Y Jesús le contestó: Tú lo has dicho.
3. Porque si yo os lo dijera, no lo creeríais.
4. Y os digo en verdad que veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra dal Padre y viniendo en las nubes del cielo.
5. Y el príncipe de los sacerdotes rasgó sus vestiduras y dijo: Ha blasfemado. ¿Qué testigos necesitamos?
6. Y entonces lo escupieron en la cara, y muchos lo golpeaban, teniéndole el rostro tapado, y le decían: Cristo, profetiza quién te hirió. Y otros lo injuriaban.
Jesús es llevado a Pilatos
CLXVI 1. Y lo llevaron al Pretorio, al prefecto Poncio Pilatos. Mas ellos no entraron en el Pretorio, por no ser contaminados antes de comer la Pascua.
2. Y Judas, viendo que lo condenaban, se arrepintió, y devolvió a los príncipes los treinta dineros, diciendo: He pecado entregando sangre inocente.
3. Y ellos contestaron: ¿Y qué a nosotros?
4. Mas él, tirando las monedas en el suelo, fue y se ahorcó.
5. Y ellos, tomando la plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre.
6. Y tenido consejo, compraron con ello el campo del alfarero, para dedicarlo a sepultura de forasteros.
7. A fin de que se cumpliese el dicho de Jeremías: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del que fue apreciado por los hijos de Israel, y las dieron para el campo del alfarero, según me ordenó el Señor.
Jesús va de Pilatos a Herodes
CLXVII 1. Y Pilatos preguntó: ¿Qué acusación traéis contra este hombre?
2. Mas ellos contestaron: Si no fuera malhechor, no te lo traeríamos.
3. Porque anda subvirtiendo a las gentes, y dice que no ha de darse tributo al César, y que es rey y Cristo.
4. Y dijo Pilatos: Lleváoslo y juzgadlo según vuestra ley.
5. Y ellos repusieron: No nos es lícito matar a nadie. Y esto era por haber él significado de qué muerte moriría.
6. Y habiéndolo llevado al Pretorio, preguntóle Pilatos: ¿Eres el rey de los judíos? Y Jesús contestó: ¿Lo dices por ti o te lo han dicho?
7. Pilatos contestó: ¿Soy yo judío? Los pontífices te han traído a mí. ¿Qué has hecho?
8. Y Jesús contestó: Mi reino no es de este mundo.
9. Porque de serlo, mis vasallos pelearían por mí. Mas mi reino no es de este mundo.
10. Y le dijo Pílatos: ¿Luego eres rey? Y Jesús contesté: Tú lo has dicho.
11. Porque para esto he nacido y he venido a dar testimonio de la verdad. Porque el que es de la verdad oye mi voz.
13. Y saliendo a los judíos, les dijo: Ningún crimen hallo en él.
14. Mas ellos decían: Revuelve al pueblo, enseñando por todas partes, desde Galilea hasta aquí.
15. Y oyendo Pilatos lo de Galilea, preguntó si era galileo y, viendo que era de la jurisdicción de Herodes, lo envió a Herodes.
16. El cual estaba en Jerusalén por aquellos días.
17. Y Herodes se holgó en gran manera de ver a Jesús, porque había oído hablar mucho de él.
18. Y le dirigió muchas palabras, mas él no contestó nada.
19. Y los escribas y los príncipes de los sacerdotes lo acusaban mucho.
20. Y Herodes, con su séquito, lo menospreció y lo hizo revestir de una túnica blanca, y lo envió a Pilatos.
21. Y Herodes y Pilatos, que estaban enojados, aquel día se hicieron amigos.
22. Y, llamando Pilatos a los magistrados, y a los príncipes de los sacerdotes, y al pueblo, dijo: Me habéis traído a éste por hombre que revuelve al pueblo.
23. Mas le he hecho algunas preguntas y no hallo en él ninguna de las culpas de que lo acusáis.
24. Ni tampoco Herodes, porque nada ha hecho que merezca la muerte. Por lo cual lo soltaré, después de castigarlo.
25. Mas el gentío exclamaba: ¡Crucifícalo! ¡Cruficícalo!
26. Y dijo Pilatos: Crucificadlo vosotros, porque yo no hallo culpa en él.
27. Y dijéronle los judíos: Ley tenemos y, según ella, debe morir quien se haga Hijo de Dios.
28. Y Pilatos temió más, y entró en el Pretorio, y dijo a Jesús: ¿De dónde eres? Mas Jesús no contestó nada.
29. Y dijo Pilatos: ¿No sabes que puedo librarte y que te puedo crucificar?
30. Mas dijo Jesús: Ninguna autoridad tendrías si no te fuere dada de lo alto. Quien me entrega a ti tiene más pecado que tú.
31. Y Pilatos quería soltarlo, mas los judíos clamaban diciendo: Si lo sueltas, no eres amigo del César.
32. Porque quien se hace rey, al César contradice.
33. Y oyendo esto Pilatos, sacó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal, en el sitio que llaman Lithóstrotos, y en hebreo Gabbatha.
34. Y era la víspera de la Pascua y la hora sexta.
35. Y dijo a los judíos: He aquí a vuestro rey.
36. Mas ellos clamaban: ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!
37. Y dijo Pilatos: ¿He de crucificar a vuestro rey? Mas ellos contestaron: No tenemos más rey que el César.
38. Y los sacerdotes lo acusaban, mas Jesús nada respondía.
39. Y le dijo Pilatos: ¿No oyes cuánto te acusan? Mas él no contestó nada y Pilatos se admiró más aún.
40. Y en cada fiesta habría de soltar un acusado y, habiendo un famoso malhechor llamado Barrabás, dijo Pilatos:
41. A uno os he de soltar por la Pascua: ¿Queréis que perdone a Barrabás o al que se dice el Cristo?
42. Porque él sabía que por envidia lo habían entregado.
Pilatos se lava las manos
CLXVIII 1. Y estando en el tribunal, le envió recado su mujer, diciéndole: No condenes a ese justo, porque en sueños he sufrido mucho por él.
2. Y los príncipes de los sacerdotes persuadieron al pueblo de que pidiese el perdón de Barrabás.
3. Y preguntando Pilatos: ¿A cuál de los dos os suelto?, dijeron: A Barrabás. Y Barrabás era ladrón.
4. Y estaba en la cárcel por una sedición y un homicidio.
5. Y preguntó Pilatos: ¿Qué hago de Jesús, que se dice el Cristo? Y ellos contestaron: ¡Crucifícalo!
6. Pilatos opuso: Nada de malo hallo en él. Pero ellos gritaban: ¡Crucifícalo!
7. Y, viendo Pilatos que crecía el tumulto, y que nada conseguía, tomó agua, y se lavó las manos ante el pueblo.
8. Y dijo: Inocente soy de la sangre de este justo: Vedlo vosotros.
9. Mas el pueblo contestó: Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos.
Pilatos perdona a Barrabás y entrega a Jesús para ser crucificado
CLXIX 1. Y entonces Pilatos soltó a Barrabás, y mandó azotar a Jesus, y lo entregó para ser crucificado.
2. Y los soldados lo llevaron al Pretorio, y juntóse la cohorte, y lo vistieron de púrpura y, coronándolo de espinas, lo escarnecían.
3. Y le decían, burlándose: Salve, rey de los judíos.
4. Y lo herían con una caña y lo escupían.
5. Y le quitaron la clámide, y le pusieron sus vestidos y lo llevaron para crucificarlo.
6. Y hallando a un cirineo llamado Simón, que era padre de Rufo y de Alejandro, le cargaron con la cruz.
7. Y muchos lo seguían y las mujeres se lamentaban y lloraban.
8. Y volviéndose Jesús, dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino por vosotras mismas y vuestros hijos.
9. Porque llegarán días en que dirán: Dichosas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no lactaron.
10. Y entonces dirán a los montes y a los collados: Caed sobre vosotros y cubridnos.
11. Porque si esto hacen con el árbol verde, ¿qué no harán con el seco?
Jesús es crucificado entre dos ladrones
CLXX 1. Y lo llevaron al sitio llamado Gólgota, que significa lugar de la calavera.
2. Y le dieron a beber vino mezclado con mirra, mas no lo tomó.
3. Y decía Jesús: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
4. Y, no bien lo crucificaron, los soldados se repartieron sus ropas y echaron a suertes sobre su túnica.
5. Para que se cumpliese la Escritura: Repartiéronse mis vestidos y sobre mi ropa echaron suertes.
6. Y Pilatos hizo poner un cartel sobre su cabeza, que decía: Este es Jesús Nazareno, rey de los judíos.
7. Y muchos judíos vinieron de la ciudad, y leyendo el letrero, que estaba en hebreo, y en griego, y en latín, dijeron a Pilatos: No pongas que es rey de los judíos. Mas Pilatos contestó: Lo escrito escrito está.
8. Y lo crucificaron entre dos ladrones.
9. Y los que estaban allí blasfemaban de él, diciendo: Pues que ibas a reedificar el templo en tres días, sálvate a ti mismo y desciende de la cruz.
10. Y los príncipes de los sacerdotes decían: Salva a todos y no puede salvarse a sí mismo.
11. Si eres rey de Israel, desciende de la cruz y creeremos en ti.
12. Y uno de los ladrones blasfemaba, diciendo: Si eres el Cristo, sálvate y sálvanos.
13. Mas el otro le increpó, diciendo: ¿Ni aun en el suplicio temes a Dios?
14. Porque nosotros con justicia sufrimos. Mas éste no hizo nada.
15. Y dijo a Jesús: Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu reino.
16. Y Jesús dijo: En verdad te digo que hoy serás conmigo en el Paraíso.
17. Y junto a la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena.
18. Y viendo Jesús a su madre y a un discípulo a quien amaba, dijo: Mujer, he ahí a tu hijo. Y le dijo a él: He ahí a tu madre.
19. Y el discípulo la recibió consigo.
20. Y a la hora de sexta hiciéronse tinieblas sobre toda la tierra, hasta la hora de nona.
21. Y cerca de la hora nona, Jesús dio una gran voz, diciendo: Eli, Eli, ¿lama sabacthani?
22. Que quiere decir: ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?
23. Y los que lo escucharon, decían: A Elías llama.
24. Y viendo Jesús que ya todo se consumaba, y que se cumplia la Escritura, dijo: Tengo sed.
25. Y mojaron una esponja en vinagre, y se la dieron a beber.
26. Y cuando probó el vinagre, dijo Jesús: Todo se ha consumado.
27. Y le decían: Veamos si viene Elías a libertarte.
28. Mas Jesús, dando una gran voz, dijo: ¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!
29. E inclinando la cabeza, rindió el alma.
30. Y he aquí que el velo del templo se rasgó de arriba abajo.
31. Y la tierra tembló, y las piedras se hendieron, y se abrieron los sepulcros, y muchos resucitaron, y vinieron a la ciudad, y se aparecieron a muchos.
32. Y el centurión y los que allí estaban temieron y glorificaron a Dios, diciendo: En verdad que este hombre era el Hijo de Dios.
33. Y los que estaban allí, viendo aquello, se golpeaban el pecho.
34. Y había allí mujeres mirando de lejos, y estaban María Magdalena, y María, madre de Jacobo, y Salomé, madre de los hijos de Zebedeo, que habían venido con él de Galilea.
35. Y siendo víspera de Pascua, porque los cuerpos no quedasen en la cruz el sábado, pidieron ios judíos a Pilatos que les quebrasen las piernas y los quitasen.
36. Y viniendo los soldados, quebraron las piernas a los que habían sido crucificados con Jesús, mas no a él, porque ya estaba muerto.
37. Mas un soldado le hirió el costado con una lanza, y salió sangre y agua.
38. Y el que lo vio da testimonio verdadero, para que todos creáis.
39. Porque esto fue para que se cumpliese la Escritura: No quebrantaréis sus huesos.
40. Y otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
José y Nicodemo sepultan a Jesús
CLXXI 1. Y un hombre noble llamado José de Arimatea, ciudad de Judea, y que era justo y esperaba el reino de Dios en secreto, por temor a los judíos, y no dio su voto en el consejo, vino a Pilatos y le pidió el cuerpo de Jesús.
2. Y Pilatos se admiró de que hubiese ya muerto y, enterado el centurión, le dio el cuerpo.
3. Y José y Nicodemo, que fue el que vino a Jesús en la noche, tomaron el cuerpo, y le pusieron cien libras de mirra y áloe y lo enterraron en un lienzo con aromas, según uso de los judíos.
4. Y allí donde había sido crucificado había un huerto con un sepulcro nuevo y lo pusieron allí, y José colocó una piedra en la puerta.
5. Y María Magdalena y la otra María miraban dónde era puesto.
6. Y compraron drogas perfumadas para venir a ungirlo en pasando el sábado.
Los judíos sellan el sepulcro
CLXXII 1. Y al otro día llegaron a Pilatos los fariseos y los príncipes de los sacerdotes.
2. Y le dijeron: Como ha dicho que resucitará al tercer día, pon guardias en el sepulcro, para que no roben el cuerpo los discípulos.
3. Porque dirían que resucitó y habría un más grave error en el pueblo.
4. Y dijo Pilatos: Ponedle una guardia.
5. Y ellos sellaron la piedra, con la guardia.
Resurrección de Jesús
CLXXIII 1. Y al otro día del sábado, llegaron María Magdalena, y la otra María, y Salomé, siendo aún de noche, al sepulcro, con perfumes.
2. Y según salía el sol, iban diciendo: ¿Quién nos quitará la piedra del sepulcro?
3. Y he aquí que sobrevino un gran terremoto y llegaron ángeles del cielo y removieron la lápida.
4. Y llegando vieron movida la lápida y al ángel del Señor sentado sobre ella.
5. Y su aspecto era como un relámpago y blanco su vestido como la nieve.
6. Y de temor, los guardias quedaron como muertos.
7. Y dijo el ángel a las mujeres: No temáis.
8. Porque Jesús ha resucitado de entre los muertos. Ved el lugar en que fue puesto el Señor.
9. Y he aquí que dos varones con fulgentes vestiduras se aparecieron.
10. Y ellas, temiendo, bajaban el rostro a tierra. Y ellos dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?
11. Porque ha resucitado, según os habló en Galilea.
12. Es menester que el Hijo del hombre sea entregado en manos pecadoras, y crucificado, y que resucite al día tercero.
13. Id a decir a los discípulos que ha resucitado y que va ante ellos a Galilea.
14. Y saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, lo fueron a decir a los discípulos.
15. Y llegando a Pedro y al otro discípulo a quien amaba Jesús, dijeron: Han quitado al Señor del sepulcro y no sabemos dónde está.
16. Y los dos corrieron al sepulcro, mas el otro corría más y llegó primero.
17. Y llegando, vio echado los lienzos, mas no entró.
18. Y llegó Simón Pedro, y entré, y vio los lienzos echados, y el sudario aparte.
19. Y entrando el otro discípulo, vio y creyó.
20. Porque aún no sabían las Escrituras, que había de resucitar de entre los muertos.
21. Y volvieron a los demás, mas María Magdalena, de quien expulsó él siete demonios, estaba junto al monumento llorando.
22. Y en esto vio dos ángeles, vestidos de blanco, uno a los pies y otro a la cabecera de donde había estado Jesús.
23. Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras?
24. Y contestó: Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.
25. Y volviéndose, vio a Jesús, mas no sabía quién era.
26. Y creyendo que era el hortelano, dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, para que yo lo recoja.
27. Mas dijo Jesús: ¡María! Y ella, volviéndose, dijo: ¡Rabboni!, que significa: Maestro.
28. Y dijo Jesús: No mo toques, porque aún no he ascendido a mi Padre.
29. Mas ve a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.
Los guardias del sepulcro anuncian a los sacerdotes la resurrección del Cristo
CLXXIV 1. Y los guardias del sepulcro vinieron a la ciudad y anunciaron a los sacerdotes lo que había ocurrido.
2. Y congregándose, ofrecieron dinero a los soldados, diciéndoles: Decid que mientras dormíais, por la noche, lo robaron los discípulos, y os aseguraremos del prefecto.
3. Y aceptaron los soldados, y divulgándolo así, y aun hoy es corriente entre los judíos.
Jesús aparece a las mujeres y las saluda
CLXXV 1. Y he aquí que Jesús apareció a las mujeres y las saludó.
2. Y ellas se le llegaron y adoraron sus pies.
3. Y él dijo: No temáis, mas anunciad a mis hermanos que voy a Galilea, para que me vean.
4. Y ellas lo anunciaron a los once, y a los demás, pero no las creían.
5. Porque les parecían palabras de delirio.
Jesús aparece a dos discípulos en el camino de Emmaús
CLXXVI 1. Y he aquí que dos discípulos iban a un lugar llamado Emmaús, que está a sesenta estadios de Jerusalén.
2. Y mientras caminaban hablando de lo que ocurriera, Jesús se aproximó, e iba con ellos.
3. Mas sus ojos estaban oscurecidos, para que no lo conociesen.
4. Y les dijo: ¿De qué habláis, andando, y por qué estáis tristes?
5. Y respondiendo uno que se llamaba Cleofás, dijo: ¿Eres tú forastero en Jerusalén, que no sabes las cosas que han sucedido?
6. Y él preguntó: ¿De qué? Y dijeron:
7. De Jesús Nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y palabra ante Dios y el pueblo.
8. A quien entregaron los príncipes a pena de muerte, y lo crucificaron.
9. Mas nosotros esperábamos que él redimiese a Israel.
10. Y unas mujeres nos han espantado, porque fueron al sepulcro y vieron que no estaba su cuerpo.
11. Y dicen que vieron ángeles que dijeron que él vive.
12. Y los que fueron al sepulcro hallaron lo que las mujeres decían, mas no lo vieron.
13. Dijo Jesús: ¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer en lo que han dicho los profetas!
14. ¿No era necesario que esto padeciera el Cristo y que entrase en su gloria?
15. Y desde Moisés y los profetas, les declaró cuanto decían de él las Escrituras.
16. Y llegando adonde iban, él hizo como que seguía; mas ellos lo hicieron quedar.
17. Diciéndole: Quédate con nosotros, porque ya es tarde.
18. Y estando sentados a la mesa, tomó el pan, y lo bendijo, y lo partió, y les dio.
19. Y entonces se abrieron sus ojos y lo reconocieron; mas él desapareció de su vista.
20. Y ellos se decían: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros cuando por el camino nos explicaba las Escrituras?
21. Y volviendo a Jerusalén, hallaron reunidos a los once y a los que estaban con ellos.
22. Que decían: El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón.
23. Y ellos contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo conocieron al partir el pan.
Nueva aparición de Jesús a sus discípulos
CLXXVII 1. Mas ellos no lo creían. Y he aquí que el primer día de la semana, estando los discípulos congregados, con las puertas cerradas, por miedo a los judíos, Jesús vino entre ellos, y dijo: Paz a vosotros. Yo soy, no temals.
2. Mas ellos se conturbaban, pensando que era espíritu.
3. Y les dijo: ¿Qué pensamientos suben a vuestros corazones?
4. Ved mis pies y mis manos, y palpadlos.
5. Porque el espíritu no tiene huesos ni carne, como yo.
6. Y les tendía las manos y los pies.
7. Y como no lo creían aún, por lo asombrados que estaban, les dijo: ¿Tenéis algo que comer?
8. Y le dieron miel y un trozo de pescado asado, y lo comió ante ellos, y les dio las sobras.
9. Y les dijo: Esto es lo que os hablé: Que era aún preciso que se cumpliese de mí cuanto está escrito en la Ley, y los profetas, y en los salmos.
10. Y entonces les abrió el sentido, para que comprendiesen las Escrituras.
11. Porque está escrito que el Cristo padezca y al tercer dia resucite de entre los muertos.
12. Y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados a todos los pueblos, empezando en Jerusalén.
13. Y vosotros sois testigos de estas cosas.
14. Y enviaré sobre vosotros la promesa de mi Padre.
15. Y los discípulos gozáronse viendo al Señor.
16. Y él dijo: Paz a vosotros.
17. Porque como me envió mi Padre, así yo os envío.
18. E insufló y dijo: Recibid el Espíritu Santo.
19. A quienes remitáis los pecados les serán remitidos.
20. Mas a quienes se los retengáis les serán retenidos.
Jesús aparece a Tomás
CLXXVIII 1. Y Tomás, llamado el Dídimo, no estaba cuando se apareció Jesús.
2. Y le dijeron los discípulos: Vimos al Señor.
3. Y él dijo: Si en su mano no viese la señal de los clavos, y pusiese mi dedo en el lugar de los clavos, y mi mano en su costado, no creeré.
4. Y ocho días después, estaban los discípulos con Tomás.
5. Y estando las puertas cerradas, apareció Jesús en medio, y dijo: Paz a vosotros.
6. Y dijo a Tomás: Pon tu dedo aquí y ve mis manos, y pon tu mano en mi costado.
7. Y no seas incrédulo, sino fiel.
8. Y Tomás contestó diciendo: ¡Señor mío y Dios mío!
9. Le contestó Jesús: Porque me viste creíste.
10. Bienaventurados los que no vieron y creyeron.
11. Y Jesús hizo otras muchas señales que no están escritas en este libro.
12. Mas éstas fueron escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.
Jesús aparece en el mar de Tiberíades
CLXXIX 1. Otra vez se manifestó Jesús en el lago de Tiberíades.
2. Y estaban juntos Simón Pedro y Tomás el Dídimo, y Nataniel, de Canaam de Galilea, y los hijos de Zebedeo, y otros dos discípulos.
3. Porque dijo Simón: Voy a pescar. Y dijeron: Vamos contigo.
4. Y entrando en una barca, no pescaron nada aqueIla noche.
5. Y a la otra mañana, Jesús estaba en la costa, mas no lo conocieron.
6. Y les preguntó: Muchachos, ¿tenéis algo de comer? Mas ellos dijeron: No.
7. Y les dijo: Echad la red a la derecha y pescaréis.
8. Y echándola, no la podían sacar, por los muchos peces.
9. Y el discípulo a quien amaba Jesús dijo a Pedro: Es el Señor.
10. Y Pedro, que estaba desnudo, creyendo que era el Señor, se ciñó la ropa y se echó al mar.
11. Y los demás vinieron con el barco, porque estaban a doscientos codos de tierra, y traían la red.
12. Y llegando a tierra, vieron ascuas. puestas y un pez encima y pan.
13. Y les dijo Jesús: Traed los peces que recogisteis.
14. Y Simón Pedro trajo la red a tierra, mas había ciento cincuenta y tres peces grandes, y la red se rompió.
15. Y dijo Jesús: Venid a comer.
16. Y ninguno se atrevía a preguntarle, porque sabían que era el Señor.
17. Y Jesús les dio del pan y del pez.
18. Y ésta fue la tercera vez que Jesús se manifestó a sus discípulos, después que resucitó de entre los muertos.
Jesús pregunta a Pedro si lo ama
CLXXX 1. Y cuando hubieron comido, dijo Jesús a Simón Pedro:
2. Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos?
3. Y él contestó: Señor, ya sabes que te amo. Y dijo Jesús: Apacienta mis corderos.
4. Y díjole segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Y él contestó: Sí, Señor. Ya sabes que te amo. Y le dijo Jesús: Apacienta mis ovejas.
5. Y preguntándole por vez tercera: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?, se entristeció Pedro, y dijo: Señor, tú sabes que te amo.
6. Porque tú lo sabes todo. Y dijo Jesús: Apacienta mis ovejas.
7. En verdad te digo que cuando eras joven te ceñías e ibas a todas partes.
8. Mas cuando seas viejo, extenderás la mano y te ceñirá otro, y te llevará adonde no quieras.
9. Y dijo esto para significar con qué muerte había de dar gloria a Dios. Y le dijo: Sígueme.
10. Y Pedro, volviéndose, vio al discípulo que amaba Jesús, que en la casa se había recostado sobre su pecho para preguntarle quién lo había de entregar.
11. Y dijo Pedro: ¿Y éste, Señor?
12. Y dijo Jesús: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué te importa? Sígueme tú.
13. Y entonces originóse dicho entre los hermanos de que aquél no moriría, mas Jesús no había dicho: No morirá, sino: Si yo quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué te importa?
14. Y este discípulo es quien escribió y atestigua estas cosas, y sabemos que su testimonio es verdadero.
15. Y aún hizo otras muchas cosas Jesús, que, de escribirlas, no cabrían en el mundo los libros que las contaran.
Jesús habla por última vez a sus discípulos y sube al cielo
CLXXXI 1. Y los once discípulos fueron a Galilea al monte que Jesús les había ordenado.
2. Y viéndolo, lo adoraron, mas algunos dudaban.
3. Y él censuró su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a quienes lo vieron resucitado.
4. Y les dijo: Toda potestad sobre el cielo y la tierra me ha sido otorgada.
5. Id por todo el orbe y predicad el Evangelio a todas las criaturas.
6. Enseñad a las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
7. Para que guarden cuanto os he mandado.
8. Y estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos.
9. Quien se bautice y crea se salvará. Mas aquel que no crea se condenara.
10. Y estas señales darán los que en mí crean:
11. Hablarán nuevas lenguas y echarán, demonios.
12. Quitarán serpientes y no serán dañados si beben veneno.
13. Y curarán a los enfermos poniendo sobre ellos sus manos.
14. Asentaos en la ciudad hasta que os sea dado poder de lo alto.
15. Y llevándolos a Bethania, extendió las manos y los bendijo.
16. Y bendiciéndolos, subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
17. Y ellos lo adoraron y fueron con gran gozo a Jerusalén. Y estaban siempre en el templo, orando y bendiciendo a Dios.
18.
Y con la ayuda de Dios predicaron por todas partes, confirmando sus palabras con los signos que hacían.

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