viernes, 18 de abril de 2014

ARMIÑO Y CASTIDAD.

                La castidad fue una vez una cualidad tan apreciada en la Europa cristiana que fue personificada en el arte como una virtud. En las pinturas del Renacimiento y del Barroco, la castidad puede estar representada por un armiño, un mustélido cuyo blanquísimo pelaje invernal (a pesar del color negro de la punta de la cola) simboliza la virginidad.

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