jueves, 17 de abril de 2014

BETHENCOURT, PEDRO DE SAN JOSÉ DE


Bethencourt -o Betancur, como él escribe y firma en su testamento conservado en el Archivo Municipal de Guatemala- fue un emigrante canario que realizó en Santiago de Guatemala -La Antigua- una portentosa obra de beneficencia y promovió la Orden o Regular Instituto de Belén, actualmente extinguido, pero prolongado en su rama femenina, la Congregación de Religiosas Betlemitas.
      N. en Chasna y Vilaflor, isla de Tenerife, el 21 mar. 1626. En su niñez y mocedad fue pastor, hasta que el 18 sept. 1649, por consejos de una devota familia y sin saber a punto cierto para qué, embarcó rumbo a Guatemala, adonde llegó, después de meses de espera en La Habana, el 18 feb. 1651. En el mismo momento de llegar a la ciudad se sintieron tres fuertes terremotos que provocaron el hundimiento de gran parte de los edificios. De momento, se hospedó en el Hospital Real de Santiago, hasta que, por mediación del franciscano Fernando Espino, obtuvo trabajo, desde 1651 hasta 1653, en la fábrica de paños del alférez Pedro de Armengol. A poco, ya entrado en años, se matriculó en el Colegio de la Compañía de Jesús con ánimo de prepararse mejor al servicio de Dios en el sacerdocio o en la vida misionera. Cerrado y negado para las letras, muy a pesar de su laboriosa dedicación, pensó en evadirse y un día de 1654 salió de la Antigua sin rumbo fijo pensando en hacerse ermitaño, catequista de indios o ayudante de misioneros. Orando todavía indeciso ante la Virgen en la ermita dominicana de Petapa comprendió que debía regresar a La Antigua y esperar la hora de su definitiva vocación. El 14 en. 1655 recibió el hábito franciscano de la Orden tercera, de cuya ermita del Calvario fue voluntario albañil y posteriormente custodio. Fracasado en los estudios, pasaba las horas visitando para su oración las numerosas iglesias de La Antigua y practicando ocultas obras de caridad. La intervención providencial de un negro, de un tullido y de una anciana moribunda, María de Esquivel orientaron a B. hacia la práctica de la caridad a domicilio y algo más tarde en local construido a propósito. Con dinero prestado, B. compró la choza y el solar que pertenecieran a María de Esquivel y «puso escuela de niños que fuesen enseñados e industriados en la doctrina cristiana» y posteriormente una hospedería gratuita y una enfermería para convalecientes, a quien se arrojaba demasiado pronto de los demás hospitales. «Se han admitido y servido dice en su testamento muchas personas pobres, así españoles como mestizos, indios, mulatos y negros... alimentados y socorridos con todo regalo». Fue también hospedaje gratuito de sacerdotes ancianos, tan enfermos o transeúntes. Para erigir este «Hospital de convalecientes con título de Belén» hubo de solicitar permiso de Felipe II. En diciembre de 1663 comenzó a planear la construcción y a pedir limosnas para realizarla. Poco a poco, para ayudarle en sus tareas de caridad, se le fueron agregando algunos hermanos de la Orden tercera a quienes Pedro de San José - como entonces empezó a firmarse- impuso un horario y régimen de vida que más parecía de religiosos observantes que de seglares. Entre los franciscanos, la naciente fundación de B. tuvo impulsores y contradictores, hasta el punto de que por consejo del obispo Payo de Rivera hubo de adoptar un hábito distinto.
      La vida de B. anduvo ligada a toda espiritual manifestación en La Antigua: hermandades, conversiones, fiestas religiosas, procesiones de Corpus, Semana Santa, Navidad. Fue hombre de oración altísima y de mortificaciones asombrosas. Sus relaciones con la fauna tienen la ternura de las leyendas franciscanas. M. el 25 abr. 1667. Clemente XIV lo declaró Venerable el 25 jul. 1771. Su nombre ha pasado a las leyendas populares y su tumba es visitada por peregrinos de toda Centroamérica.
     
BIBL. : D. VELA, El Hermano Pedro en la vida y en las letras, Guatemala 1935: C. E. MESA, Pedro de Betancur, el hombre que fue caridad, Madrid 1964; I. GARCÍA DE LA CONCEPCIÓN, Historia Betlemítica, 2 ed. Guatemala 1956; F. VAZQUEZ DE HERRERA, Vida y virtudes del V. Hermano Pedro de San José de Betancur, Guatemala 1962.


CARLOS E. MESA.

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