domingo, 20 de abril de 2014

Kenosis.

En la teología cristiana, la kénosis (del griego κένωσις: «vaciamiento»)1 es el vaciamiento de la propia voluntad para llegar a ser completamente receptivo a la voluntad de Dios.
La palabra ἐκένωσεν (ekénōsen) es usada en La Biblia en Filipenses 2:6-7,2 “Quien siendo en forma de Dios, no consideró ello como algo a que aferrarse; sino que vaciándose (ekénosen) a sí mismo, tomó forma de siervo, siendo hecho en semejanza de hombre y hallado como uno de ellos...”, usando el verbo κενόω (kenóō) "vaciar".

Uso en el Nuevo Testamento

El Nuevo Testamento no hace uso de la actual palabra kénōsis, pero el verbo kenóō se encuentra cinco veces (Ro.4:14, 1Co.1:17, 9:15, 2Co.9:3, Flp.2:7).3 De estas cinco veces es en Filipenses 2:7 en el cual Jesús dice "vaciarse a si mismo", lo cual es el punto de inicio de las ideas Cristianas de kénosis.
Juan el Bautista muestra esta postura cuando dice sobre Jesús, "es necesario que Él crezca y yo disminuya." (Jn 3:30).

Kénosis en la Cristología

San Juan de la Cruz

El concepto de la kénosis es usado tanto como explicación de la Encarnación y como indicación de la natural actividad y voluntad de Dios. La obra de San Juan de la Cruz Noche oscura del alma es una explicación particularmente lúcida del proceso de transformación del creyente hacia la figura o "semejanza de Cristo".
Un dilema aparente surge cuando la teología Cristiana postula a Dios fuera del tiempo y el espacio, quien entra en el tiempo y el espacio para convertirse en humano. La doctrina de la kénosis apunta a explicar que el Hijo de Dios escogió renunciar en términos de sus atributos divinos, en orden a asumir naturaleza humana. Desde la encarnación Jesús es simultáneamente verdadero hombre y verdadero Dios. La kénosis sostiene que estos cambios fueron temporalmente asumidos por Dios en su encaranción y que cuando Jesús asciende a los cielos después de la resurreción Él reasume completamente todos sus atributos divinos.
Específicamente se refiere a los atributos de Dios que son pensados como incompatibles con una naturaleza humana. Por ejemplo la omnipotencia, omnipresencia, omnisciencia, tanto como su aseidad, eternidad, infinitud, impasibilidad, e inmutabilidad. Los teólogos que comparten este doctrina a menudo apelan a la lectura de Flp 2:5-8. Críticos de la teología de la kénosis argumentan que el contexto de Flp 2:5-8 se refiere a Jesús tomando la forma de un sirviente para ocultar su divina gloriosa transfiguración o abandonando su lugar y posición en el Cielo para vivir entre los hombres, en oposición a abandonar sus atributos o naturaleza.
La cristología kenótica se enfoca en ciertos pasajes de los evangelios en los que Jesús no fue omnisciente acerca de la fecha de la Segunda Venida y pone su atención en el hecho que Él no era omnipresente durante la encarnación. Llegó a ser un tema central en los debates protestantes de el siglo dieciseis que fue reavivado en el siglo diecinueve para reinterpretar la doctrina clásica de la encarnación.

Referencias

  1. «Artículo sobre la palabra». Consultado el 19 de marzo de 2012.
  2. Enciclopedia Cristiana. «Artículo sobre la palabra». Consultado el 19 de marzo de 2012.
  3. G. Iammarrone. «Artículo sobre la palabra». Consultado el 19 de marzo de 2012.

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