PAN.

(Grecia)

Divinidad originaria probablemente de Arcadia. Es el protector de los rebaños, calificativo que emana claramente de su propio aspecto: Cabeza con una sonrisa burlona animalesca, dotada de cuernos, cuerpo cubierto de pelo y patas de macho cabrío, con pezuñas bífidas. Su comportamiento también atestigua su parentesco con los rebaños en general, y con los carneros en particular. Es velocísimo, incluso en los terrenos más escarpados y siempre anda en busca de aventuras sexuales con jovencitas y jovencitos, sin mostrar preferencia alguna y a quienes seduce con su música.

(continúa tras el salto)

Pan es también famoso por su capacidad de provocar diversos sentimientos en quienes lo observan, incluyendo un miedo profundo y sobrenatural (de ahí la palabra “Pánico”). Es el inventor de la flauta que lleva su nombre, uno de sus atributos fijos.

Lo que es un verdadero lío es el origen de este dios. Hay muchas versiones. Unos dicen que es hijo de Hermes (o de Zeus) e Hybris. Otros mencionan que sus padres son Zeus y Callisto, o Eter y Oeone, o Cronos y Rea, o Urano y Gea. Hay versiones más prosaicas que dicen que es hijo de un pastor llamado Crathis y de una cabra.

Sin embargo, las leyendas más curiosas sobre su origen implican a Ulises y a la (supuestamente) fiel Penélope. Se cuenta que Penélope, durante la larga ausencia del esposo, no se limitó a efectuar labores de tejido, sino que habría cedido a los avances de uno de sus pretendientes, Antínoo. Ulises, cuando se enteró del hecho, expulsó a Penélope y esta se consoló con Hermes, dando a luz a Pan.

Pero la más licenciosa de las historias sobre el origen de Pan dice que Penélope, al no poder decidirse entre tantos pretendientes como tenía, durmió con cada uno de ellos y de esta mezcla de semen nació el monstruoso dios.