sábado, 3 de mayo de 2014

MONASTERIO DE SANTO TOMÁS.

http://www.monasteriosantotomas.com/


Ciudad vieja de Ávila e iglesias extramuros
UNESCO logo.svg Welterbe.svg
Nombre descrito en la Lista del Patrimonio de la Humanidad.
Palacio Real de Santo Tomás.jpg
Real Monasterio de Santo Tomás.
Ávila
Ávila

Coordenadas 40°39′23.22″N 4°42′0.432″O
País Flag of Spain.svg España
Tipo Cultural
Criterios iii, iv
N.° identificación 348bis
Región Europa y
América del Norte
Año de inscripción 1985 (IX sesión)
Año de extensión 2007
El Real Monasterio de Santo Tomás de estilo gótico se encuentra en la ciudad de Ávila. Su fundación, en 1480, se debió al tesorero de los Reyes Católicos, Hernán Núñez de Arnalte, quien otorgó poder a favor de su esposa, María Dávila, y de fray Tomás de Torquemada para que actuasen en su nombre para la fundación de un convento de dominicos en Ávila en honor de Santo Tomás de Aquino.

Historia

En 1482, bajo la dirección de Martín de Solórzano comenzaron las obras, que duraron hasta 1493, con donativos dispuestos por Don Hernán, y otros otorgados por los Reyes Católicos, quienes eligieron el nuevo convento para residencia de verano y enterramiento del heredero de la corona, el príncipe Don Juan, en el sepulcro realizado años después (1510) por Domenico Fancelli, por encargo de Fernando el Católico.
El epitafio del sepulcro dice lo siguiente:
Juan, Príncipe de las Españas, de virtudes y ciencia lleno, verdadero cristiano, muy amado de sus padres y de su patria, en pocos años realizó muchas obras buenas con prudencia y virtud. Descansa en este túmulo mandado hacer por su óptimo y piadoso padre Fernando, rey invicto y defensor de la Iglesia. Su madre, la Reina Isabel, purísima y depósito de todas las virtudes, mandó por testamento se hiciese tal. Vivió diez y nueve años y murió en 1497.
Fue empleado como tribunal de la Inquisición. Sus estancias albergaron los últimos años de fray Tomás de Torquemada hasta su fallecimiento ocurrido el 16 de septiembre de 1498. También fue casa de estudio y posteriormente universidad.

Partes

Fachada principal del monasterio.
De estilo Reyes Católicos, el Monasterio de Santo Tomás es una de las joyas de Ávila. Es un monasterio de gran tamaño, llegando a tener hasta tres claustros diferentes.

Exterior

La fachada de la iglesia se distingue por su inmensa portada dibujada por un gran arco escarzano y dos machones. Estos forman una "H", letra inicial de Hispanidad. Las bolas que corren a lo largo de los machones abundan en todo el edificio. Además, podemos ver diez estatuas del arte burgalés de Gil de Siloé y Diego de la Cruz, bajo doseles y pináculos. Las más cercanas a la puerta representan la Anunciación. En la mitad de la fachada se sitúa un gran rosetón que da luz al coro y la iglesia y un poco más arriba, el escudo de los Reyes Católicos sostenido por un águila.

Interior

Iglesia del Monasterio vista desde el Coro.
San Agustín, detalle del retablo del Altar Mayor.
La nave principal tiene unas medidas de 53 metros de largo por 10,50 de ancho y el crucero mide 28,80 metros de largo por 10,30 de ancho. Es pues una joya de la arquitectura flamígera. El crucero, delimitado por cuatro columnas, semejando ramas de palmera, forma un joyero para el sepulcro del Infante Don Juan.
En las ocho capillas podemos encontrar esculturas como el sepulcro de los Dávila, ayos del Príncipe Don Juan, o el grupo que representa Domingo de Guzmán y Francisco de Asís, obra de Luis Salvador Carmona (1709-1767). Destaca también la Capilla del Cristo de las Angustias o de la Agonía, donde se encuentra el confesionario de Santa Teresa, y donde ella tuvo una visión el 15 de agosto de 1561.
Pero el retablo mayor, realizado por Pedro Berruguete (1440-1504), es la obra más importante de la iglesia junto con el sepulcro del Infante Don Juan. Es una de las joyas de Pedro Berruguete, que realizó también una parte del retablo mayor de la Catedral de Ávila. Fue empezado en 1494, un año después del final de la construcción del monasterio.
Diecinueve pinturas están colocadas en esta magnífica obra de estilo gótico de 21 metros de alto. El retablo está estructurado en tres partes, que contienen cinco grandes tablas relativas a diversos episodios de la vida de Santo Tomás de Aquino.
En la predela podemos ver de izquierda a derecha: San Esteban, San Agustín, San Juan evangelista, San Mateo, San Jerónimo y San Sebastián

Coro

El coro.
El coro sorprende por su gran tamaño y su magnífica sillería. Ésta se compone de cuarenta y cinco sillas en la parte superior y treinta y cuatro en la parte inferior. Este conjunto de sillas en nogal es de estilo gótico flamígero.
Fue realizado por Martín Sánchez de Valladolid, quién realizó también la sillería de la Cartuja de Miraflores en Burgos.
Todos los tableros de los respaldos están cubiertos de trazados geométricos y de figuras de plantas o animales fantásticos, pero con tal variedad que no hay dos iguales. El símbolo de los Reyes Católicos, el yugo y las flechas, está también muy representado, además de la granada.

Sepulcro del Infante Don Juan

Sepulcro del Infante Don Juan.
El Infante Don Juan era el único hijo varón de los Reyes Católicos, pero murió prematuramente antes de llegar al trono. Su madre, Isabel, quiso dejar en su testamento un sarcófago de mármol para su hijo.
El sepulcro es obra de Doménico di Alessandro Fancelli. Fue esculpido en Génova en los años 1511-1512 y luego colocado en la iglesia del monasterio. Doménico Fancelli se inspiró en el sepulcro de los Reyes Católicos (capilla real de Granada) y en el arte italiano (bronce del Papa Sixto IV en el Vaticano, realizado por Pollaiuolo).
El príncipe, vestido de guerrero, reposa con actitud serena y muestra unos rasgos jóvenes y bellos. Los pliegues del manto son de una gran perfección. A los pies una inscripción recuerda las cualidades del príncipe y lamenta su muerte prematura. El sepulcro está adornado con virtudes, alegorías y santos. Varios de los magníficos relieves fueron mutilados durante la guerra de la independencia en 1809. Además hay unos guanteletes a los lados del infante, lo que indica que no murió en batalla. Además, desde hace años se sabe que el sepulcro está vacío. Los restos del príncipe desaparecieron en algún saqueo de guerra.

Claustro del Noviciado

Claustro del Noviciado.
Es el primero y más antiguo de los tres claustros del monasterio. Sus pequeñas dimensiones (12,70 x 14,40 metros) y su falta de ornamentación le da una gran sobriedad.
Este claustro es de estilo toscano. Tiene dos pisos desiguales, en granito, de 20 arcos y 20 columnas sin basamento y de sección octogonal, mientras que en el piso superior, los arcos son escarzanos y de amplias circunferencias.
El detalle más original de este claustro es el pozo, que en lugar de estar en el centro del patio, se encuentra en un lateral.

Claustro del Silencio

Claustro del Silencio.
Llamado también de los Difuntos porque los frailes eran antes enterrados aquí.
El claustro tiene unas medidas de 19,40 por 20,90 metros y tiene dos plantas. Consta de 18 arcos, con dos puertas de acceso en su parte interior, y de 38 arcos polilobulados en su parte superior.
Destaca abajo en primer lugar, la bóveda de crucería, claramente de estilo gótico. Los adornos que decoran la bóveda son casi en su totalidad de 1935. Los capiteles que ornamentan la parte inferior del claustro y que sostienen las pilastras son distintos. Los muros del interior permiten contemplar un total de siete puertas que comunican con distintas dependencias, todas ellas con arcos y estructuras diferentes. El claustro cuenta también con un rincón recoleto donde los religiosos de lavaban las manos antes de pasar al refectorio.
Arriba, en el exterior del claustro, los lienzos que se ven están ornamentados a base de yugos y flechas (símbolos de los Reyes Católicos), del escudo de los dominicos y de la flor de lis. Las ataduras de los yugos y las flechas, así como los ramilletes de flores, son todos distintos. Por un friso corren ramas de granadas semiabiertas.

Claustro de los Reyes

Claustro de los Reyes.
Se llama así porque era la zona destinada al Palacio de Verano de los Reyes Católicos.
El claustro es muy amplio y luminoso. Lo forman 40 arcos por su parte inferior y 56 en la superior. Al lado del Claustro del Silencio, carece casi de ornamentación, a no ser las bolas que rodean los arcos inferiores, algo propio, por otra parte, de monumentos abulenses. De ahí su nombre: Perlado abulense.
Según las últimas investigaciones, el tercer claustro no habría sido construido por los Reyes Católicos, sino por Carlos V.
En el ala sur de este claustro se hallan las aulas, ya remodeladas, de la desaparecida Universidad de Santo Tomás de Ávila, establecida aquí a mediados del siglo XVI y clausurada en el siglo XIX.

Enlaces externos

 
Introducción al Monasterio
El Real Monasterio de Santo Tomás de Ávila es uno de los más insignes monumentos de la ciudad de Ávila.
Mientras que catedral, murallas y el conjunto de iglesias románicas centran el principal interés de los turistas, con la ayuda de la cercanía en que todos ellos se hallan, el monasterio de Santo Tomás se encuentra bastante alejado del centro del casco histórico.
Monasterio de Santo Tomás de Ávila
Por ello es difícil visitarlo si no es acudiendo ex profeso para ello.
El Real Monasterio de Santo Tomás es un emblemático convento dominico de finales del siglo XV, ligado a los Reyes Católicos y la figura de Torquemada y la Inquisición.
Desde el punto de vista artístico y arquitectónico, se trata de un monumental conjunto formado principalmente por una iglesia de planta de cruz latina, de una sola y amplia nave tardogótica y tres claustros (Claustro del Silencio, Noviciado y de Los Reyes).
Imagen del magnífico piso superior del Claustro de los difuntos, con arcos mixtilíneos, y decoración variada donde no faltan el yugo y las flechas
La iglesia del Monasterio de Santo Tomás
La iglesia del Monasterio de Santo Tomás presenta planta de cruz latina, con una sola nave principal flanqueada por cuatro pares de capillas. Las bóvedas son de crucería compleja como se corresponde a las fechas finales de la Edad Media en que se erige.
Interior de la iglesia del Monasterio de Santo Tomás, desde el coro
La fachada occidental es muy monumental y a pesar de la grandilocuencia del edificio, muestra una severidad y contención que la hacen muy agradable de contemplar, especialmente en las tardes soleadas.
La puerta se cobija bajo un estrecho pórtico o nártex y tiene el hueco de entrada rematado en arco carpanel. Trasdosando el tímpano aparecen varias arquivoltas conopiales. Flanqueando esta entrada se encastraron grandes estatuas.
Sillería del coro gótico del Monasterio
Encima hay un óculo y el escudo de los reyes muy erosionado.
La iglesia cuenta con un soberbio coro sobreelevado con una sillería formada por más de setenta sillas, que es una verdadera exquisitez tallada en madera de nogal, además de un retablo de Pedro Berruguete y el magnífico sepulcro renacentista del infante Don Juan -hijo de los Reyes Católicos- realizado por Domenico Fancelli.
Sepulcro de Don Juan realizado por Domenico Fancelli, situado en el interior de la iglesia del monasterio
Los tres claustros
Como se ha indicado el Real Monasterio de Santo Tomás de Ávila cuenta, nada menos, que con tres claustros
Claustro del Noviciado
De los tres claustros, el del Noviciado es el más pequeño y sencillo. El piso bajo tiene arcos semicirculares sobre columnas ochavadas y el superior escarzanos de perfil muy plano.
Claustro del Noviciado
Claustro del Silencio o de los difuntos
El corazón del monasterio es el Claustro del Silencio, también llamado de los Difuntos, de dos pisos. El inferior está abovedado con crucería compleja y se abre al patio mediante arcos semicirculares y el superior con mixtilíneos.
Claustro del Silencio del Monasterio de Santo Tomás
Todo está aquí ricamente decorado a base de las típicas bolas del estilo isabelino y una fina ornamentación geométrica, vegetal y heráldica que asombra por haberse trabajado con minuciosidad en el duro granito. Abundan los motivos del yugo y flechas de los monarcas.
Claustro de Los Reyes
El denominado Claustro de los Reyes es el más grande de los tres que posee el Real Monasterio de Santo Tomás.
Realmente, se trata del patio del palacio que aquí tenían los Reyes Católicos.
Las galerías bajas se abren al espacioso patio central mediante arcos de medio punto con arquivoltas de bolas sobre pilares también decorados con bolas en los chaflanes de sus esquinas. El piso superior recuerda a su homónimo del patio del silencio.
Acoge un curioso e impactante Museo de Arte Oriental.
Una curiosidad del monasterio: despliegue de arcos de distinto tipo
Conviene fijarse en el trazado de los diversos arcos que encontramos en estos tres claustros y resto de dependencias del monasterio porque su variedad es verdaderamente asombrosa. Los hay para todos los gustos: ojivales, escarzanos, carpaneles, conopiales, de medio punto y mixtilíneos.
Distintos arcos existentes en el Monasterio de Santo Tomás
Y es que el final de la Edad Media, como sucede en todos los finales de época o estilo artístico, se producen los ensayos más descabellados y artificiosos, bajo el impulso por abandonar los cánones clásicos, generando salidas tangenciales y experimentos preciosistas antes de que los nuevos tiempos (en este caso, el Renacimiento) impongan una renovación de preceptos artísticos.
Sólo así se entiende tan fantasiosa amalgama de arcos diferentes que conviven en este monumental monasterio de Santo Tomás de Ávila.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.