domingo, 28 de diciembre de 2014

LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE JUSTICIA

DICHOSOS LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE JUSTICIA PORQUE ESOS VAN A SER SACIADOS
 La última de este grupo de tres bienaventuranzas resume a las otras dos. Y la metáfora es fortísima: "hambre y sed". Quiere decir que, sin justicia, el hombre no puede vivir. La vida en la injusticia es de muertos en vida. Lo mismo que el que no tiene que comer y no tiene que beber se muere, el que no tiene justicia es un muerto en vida. Esa es una vida que no es digna de vivirse. Y esta situación de injusticia resume las dos anteriores, y otros muchos aspectos de la injusticia que se pueden presentar en el mundo. Y "justicia" es aquí, naturalmente, la justicia entre el hombre y hombre. Justicia supone igualdad, supone dignidad, ser tratado como persona, supone libertad, autonomía, derecho a decidir por uno mismo, en fin, todo lo que constituye una persona humana.
 Pues todo eso, todo el deseo de justicia, el deseo ardiente, vehemente, necesario, irreprimible, que siente la humanidad, queda satisfecho en esta nueva utopía, esta nueva sociedad que debe empezar ahora. Esto es lo importante: que debe empezar i hoy. Esto está muy claro, pero ahora necesitamos la cabeza para decir: "Y ¿cómo se empieza esto ahora?, en una sociedad tan diferente de la de Jesús". El no lo aplica a su sociedad, como vemos, sino que pone una visión general, universal, que sirve para toda época. Pero ahora, ¿cómo podemos nosotros empezar algo así`?; algo que responda plenísimamente a la situación de la sociedad en que vivimos. Ahí es donde hay que ir. ¿Cómo se puede organizar esa comunidad?. ¿Cómo podemos entender esa renuncia al dinero en esta sociedad de hoy, en la concreta en que vivimos nosotros?. ¿Cómo podemos entender esa solidaridad de unos con otros?. ¿,Cuales son los canales?. Esto hay que pensarlo, porque de las mismas bienaventuranzas no se pueden sacar unas normas claras, ya que las circunstancias varían. Suponiendo el Espíritu, que es el deseo de hacerlo, el deseo de entrega, vamos a ver, con el talento que Dios nos ha dado, cómo lo llevamos a la práctica. Y luego, ya formada la comunidad, cómo esa comunidad puede incidir de alguna manera para que sea real esta liberación de la injusticia que el Señor propone, y que el Señor dice que tiene que ser efecto de esta comunidad, cuáles son los aspectos de esta injusticia que nos tocan o que podemos remediar, o dónde podemos incidir de alguna manera. Esto hay que pensarlo. Y hay que pensarlo dialogando, y hay que pensarlo imaginando, proponiendo, y hay que pensarlo experimentando. Y, si una cosa no resulta, probaremos de otra manera. Y esto no es una ley, sino un espíritu. Si tomamos esto como una ley, nos destrozamos, pues entonces decimos: "ninguno de los que estamos aquí somos cristianos, porque ninguno hemos hecho una opción de esta categoría. Si tomamos las cosas como una ley, no se entiende nada del asunto. Es un espíritu enormemente lanzado y exigente, es nuestro espíritu, que Jesús nos ha dado, que nos lanza y nos empuja, pero ahora viene la cabeza: ¿cómo podemos hacerlo?. Una cosa concreta, una cosa práctica, porque el Señor es enormemente práctico, una cosa desde hoy. Y, si no podemos hoy, ¿cómo podemos ir creciendo en el sentido de aborrecer esta injusticia enorme que hay en el mundo? Porque la hay en infinitos niveles, no sólo en el sentido de que la gente coma o no coma, sino en otras infinitas cosas. Esta injusticia que tenemos en nuestro ambiente y que existe en el mundo en magnitudes horrorosas. ¿Cómo podemos nosotros hacer algo concreto?. Pensar, discutir, reunir se, dialogar, aprender, ver iniciativas... Porque, desde luego, estas bienaventuranzas no las podemos echar en saco roto. No se puede. Entonces, si pasamos de ellas, es cuando ya renunciamos a ser cristianos. Pero ¿cómo vamos a ponerlo en práctica?.
Ya vimos lo que hacen estas comunidades de Murcia (ver "preguntas"). Esta es una manera, pero tampoco es el modelo, pues habrá otras mil. Supongamos una, por ejemplo: somos un grupo de gente normal, que no pasa necesidad, ¿por qué no abrimos una cuenta comente y todos los meses cada uno mete ahí lo que puede o lo que tenga gana? Una vez serán 500 y otra serán 5.000, y, si a uno le toca la lotería, puede que sean 50.000. Y luego, ese dinero, al cabo de un tiempo, si no podemos organizar nada, aunque sea lo damos a Cáritas o a "Manos Unidas". Esto, para empezar a ser un poco solidarios. Esto es elemental, por supuesto, y tampoco arregla nada, pero por lo menos manifiesta una solidaridad. Esto es casi nada, pero por algún lado hay que empezar.
 Las otras tres bienaventuranzas son las que expresan una situación positiva. Se refieren a la comunidad en su vida interior, su disposición interior. Las tres anteriores, las de las situaciones negativas, son el efecto que va a producir la existencia de la comunidad a plazo más o menos largo, y en una extensión más o menos grande, según los grupos cristianos que haya. Pero ahora, ¿cuáles son las disposiciones que tiene la comunidad para efectuar esa obra?.
(Juan J. Mateos)

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