domingo, 28 de diciembre de 2014

Trabajar por la felicidad de todos

CON QUE NO ANDÉIS PREOCUPADOS PENSANDO QUÉ VAIS A COMER O QUÉ VAIS A BEBER O CON QUÉ OS VAIS A VESTIR. SON LOS PAGANOS QUIENES PONEN SU AFÁN EN ESAS COSAS.
 Los que no conocen a Dios, ésos tienen que estar siempre preocupados por el futuro; los que no conocen el amor de Dios, los que no tienen esa experiencia. La experiencia del amor de Dios es doble: una interior y otra exterior. Y la exterior da validez a la interior. Uno puede estar lleno de ese sentimiento del amor que Dios nos tiene, y es cosa buenísima, pero eso puede ser una ilusión que yo llevo dentro y que yo me crea. Hasta que yo no vea que eso es realidad fuera, que hay gente que verdaderamente quiere, que yo me dedico a querer así y que hay otros que se dedican a quererme a mí, no podré yo estar seguro de que no era una ilusión. Hasta que no se traduce en conducta, toda la experiencia interna puede ser ilusoria. Por eso, el único "test" es el cambio de conducta. Si una persona que dice que tiene mucho amor, que siente mucho el amor de Dios, no traduce eso en su conducta y, realmente, no se porta con amor con los demás, esa experiencia es ilusoria. Por eso, cuando se dice de una persona "es muy religiosa, es muy buena, es muy piadosa...", yo digo "pues, mire usted, es como si me dijera que es rubia o morena; eso no significa nada desde el punto de vista de la calidad de una persona; cuando usted me diga que se porta muy bien con todos, eso ya es otra cosa". Así ya se puede ser rubia, morena, religiosa, etc.: da igual; la praxis es lo que da validez a la experiencia interna. Aunque no es que la suplante, pues no podemos llegar a una praxis auténtica y profunda si no hay antes una experiencia. La experiencia es necesaria, absolutamente necesaria. Hay que tener la experiencia del amor de Dios, del amor del Padre, del amor del Señor, del Espíritu y, desde ahí -si eso es autentico-, tiene que traducirse en una práctica, ya que es un impulso del Espíritu, la comunicación de la fuerza, de la vida y del amor de Dios. Si no se traduce, es que la experiencia es falsa, es que es una ilusión y no sirve para nada. Cosa que ocurre a menudo. Por eso aquí se trata de ese amor del Padre, que se experimenta a través de todos. Que uno siente dentro, pero que, además ve que eso es verdad porque lo experimenta fuera, porque existe gente que -como uno mismo- está dispuesta a darse y a entregarse a los demás.
 
YA SABE VUESTRO PADRE DEL CIELO QUE TENÉIS NECESIDAD DE TODO ESO. BUSCAD PRIMERO QUE REINE SU JUSTICIA Y TODO ESO SE OS DARÁ POR AÑADIDURA.
 "Reine su justicia" es la labor, lo que ha dicho antes en las Bienaventuranzas: "trabajar por la paz", que es la justicia y la felicidad de los hombres. "Vosotros, trabajad, que es lo que va a demostrar vuestra experiencia de Dios. Cuando os dediquéis a hacer bien a los demás, a trabajar por la felicidad de todos, por el bien de todos, por suprimir la injusticia en el mundo, entonces vuestra experiencia es auténtica, entonces es real, que el Padre está con vosotros, y entonces no os tenéis que preocupar. Si el Padre está con vosotros, no os faltará nada".
 
(Juan J. Mateos)

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