jueves, 26 de febrero de 2015

CRISTOMONISMO

Término bastante reciente en el terreno teológico, con el que se entienden diversas cosas. Etimológicamente se deriva de Christos (Cristo) y monos (solo, único).
En el plano histórico se da el " solus Christus» de M. Lutero y del luteranismo. Con él se quiso y se sigue queriendo significar la primacía y la unicidad de la mediación de Jesucristo para que el hombre obtenga y viva una relación de gracia con Dios. Esta misma posición puede asumirse también en la teología y en la espiritualidad católicas, si no se excluye la mediación sacramental de la salvación de Cristo por parte de la Iglesia y la libre entrega del hombre al Dios que se le revela y se ofrece como Padre y Señor de su vida en Cristo. Sin embargo, con el término cristomonismo se entienden formalmente algunas posiciones o tendencias teológicas bien determinadas.
 
1. La teológica católica, según dicen algunos teólogos ortodoxos de nuestro siglo (V. Losky y N. Nissiotis), tiende a conectar la realidad de la Iglesia unilateralmente con Jesucristo como su fundador y principio de vida, sin valorar suficientemente la misión y la función originales del Espíritu Santo para su animación carismática. Se trata de un cristomonismo eclesiológico en que se da una Iglesia ligada fundamentalmente sólo a Cristo y no se le reconoce al Espíritu Santo una función constitutiva. Esta posición eclesiológica tendría sus raíces en la posición católica sobre la procesión del Espíritu Santo a partir del Padre y del Hijo, como único principio de espiración en el seno de la divinidad (Filioque).
Varios teólogos católicos en los últimos decenios han reconocido la parte de verdad que hay en esta crítica y se han comprometido a valorar más adecuadamente en la eclesiologia la función esencial que corresponde al Espíritu Santo en la vida de la Iglesia. Hay numerosos pasajes en los documentos del Vaticano II que constituyen una superación de este cristomonismo.
 
2. La tendencia presente en la teologia de K. Barth a hacer que todo el discurso teológico sobre Dios y sobre el hombre se derive de la reflexión sobre Jesucristo, Verbo encarnado, como fundamento, centro y fin de la revelación, y a no atribuir ninguna validez en el terreno teológico a todo lo que por otros caminos se puede conocer sobre Dios y sobre el hombre (H. U. von Balthasar: " ceñidor cristológico » ) .
 
3. La tendencia que, según algunos teólogos de las religiones, absolutiza a Jesús hasta tal punto que lo transforma en una figura contrapuesta a otras figuras religiosas.
G. Iammarrone
 
Bibl.: H, U von Balthasar Karl Barth, Darstellung se~ner Theologie, Colonia 1951. Y Congar, El Espíritu Santo, Herder. Barcelona 1983; G. Colombo, Cristomonismo e pneumatologia o cristocentrismo e trinita, en Teologia 9 (1984) 189-193; Y Subilia, Solus Christus, Turín 1985,

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