jueves, 14 de enero de 2016

NUESTRO PAN DEL MAÑANA DÁNOSLO HOY.


En la siguiente petición se decía antiguamente. El pan nuestro de cada día dánoslo hoy. Ahora creo que han modificado un poco. ¿Quiere decir realmente esto? Es raro, porque un poco después, en el evangelio, el Señor nos dirá que no nos preocupemos por el mañana, que no nos preocupemos por lo que tenemos que comer, por lo que tenemos que vestir. Y es muy raro que en la oración central, él ponga la petición por el pan. Por eso nos preguntamos: ¿está bien traducido esto? La cosa es ardua, porque Jerónimo, que tradujo al latín los evangelios, encuentra la misma palabra griega “epiousion”, nuestro pan, en el Padre nuestro de Mateo y Lucas. Encuentra esa palabra y se hace un lío, porque en Mateo él traduce “nuestro pan supersustancial” y en Lucas, la misma palabra, la traduce por “nuestro pan cotidiano”. Y uno se pregunta: ¿por qué dudaba tanto Jerónimo? ¿Tan difícil era esta palabra? Ciertamente.

Porque, fijaos, el Padre nuestro que rezamos nosotros está tomado del evangelio de Mateo, excepto esta palabra, porque por no decir “danos hoy nuestro pan supersustancial”, cogieron de Lucas “nuestro pan cotidiano”. El mismo Jerónimo, que conocía un evangelio que el llama el evangelio de los Hebreos, escrito seguramente en arameo, que se ha perdido por completo, dice: yo he leído en ese evangelio que la palabra correspondiente al griego “epiousion” era la palabra “maha”, que en arameo significa mañana, al día siguiente.
Este es un dato importante, que se confirma con las traducciones que se hicieron en el norte de África. En la Iglesia copta, egipcia, se tradujo el evangelio en varios dialectos. Un día, en el Instituto Oriental de Roma, donde yo enseño, estaba estudiando el Padre nuestro, y comenté ante algunos compañeros: dice Jerónimo que esa frase significaría el pan de mañana. Y me dice un jesuita egipcio: pues eso es lo que decimos nosotros, en copto y en árabe. Y yo le dije: pues no sabes que alegría me das. Y además descubrimos que también en otra lengua, copta, en otro dialecto, estaba traducido también “pan del mañana”. De manera que eso coincide con el dato de Jerónimo.
¿Dónde está la dificultad? Orígenes tiene su tratado de la oración donde trata del Padre nuestro. Y él dice que esta palabra fue inventada por los evangelistas. Lo cual es muy probable, porque era griego y sabía griego. Pero “inventada” no quiere decir que fuera ininteligible. Porque yo puede coger una palabra española y de ella derivar una palabra que no existe, pero que todo el mundo entiende. Supongamos que de mañana yo pudiera derivar mañanero, que ya existe, pero, aunque no existiera, todo el mundo entendería que pertenece a la mañana. La palabra fue inventada por los evangelistas, pero estaba clarísimo para cualquier griego. Se trata del pan del mañana. Además muchos padres griegos interpretan también como “el pan del mañana”.
De modo que la frase sería: “nuestro pan del mañana dánoslo hoy”. Primera petición por la comunidad cristiana. El pan es el símbolo de la comida, del banquete. Comer pan con alguien es comer con alguien. De manera que “nuestro pan del mañana” alude al banquete de la vida futura, que se describe como el banquete, como la fiesta de bodas. De manera que lo que se pide aquí es que ese pan, es decir, ese banquete de la vida futura, que es la expresión simbólica de la amistad, de la comunión, del amor mutuo, de la alegría, que eso sea realidad aquí y ahora. Que la comunidad cristiana viva esa alegría y esa comunión, esa unión y esa amistad que se esperaba para el banquete del otro mundo, de la vida futura.

Notemos que estamos en aquello que decíamos en el nº 8 de las bienaventuranzas. El 8 es el número de la vida futura, sin embargo se aplica a la vida presente, porque el reino de Dios está aquí, el reinado de Dios, que es el don del Espíritu, es una realidad de la vida divina que entra en la historia humana. Y el Reino de Dios es el fruto de la realidad divina comunicada, que está presente en la historia humana. Por eso lo que pedimos aquí, esa realidad divina, que es la futura, de alegría, de unión, de amor, eso sea realidad hoy en nuestra comunidad. Con lo cual se caracteriza la comunidad cristiana. La comunidad cristiana es una comunidad de unión, de amor, de amistad, de alegría.

Y, evidentemente, hay una alusión a la Eucaristía. Nuestro pan del mañana, la realidad divina que se inserta en la historia humana, ese pan es también la Eucaristía, que es el banquete aquí, que representa y que realiza esa realidad futura.



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