miércoles, 27 de enero de 2016

Rituales funerarios en la religión cristiana



Rituales funerarios en la religión cristiana
El entierro cristiano es un ritual religioso.


Los seres humanos han enterrado a sus muertos de manera ritual tanto como como 350.000 años, y a medida que la religión ha evolucionado, los ritos de entierro se han desarrollado en cada fé y secta. Los rituales funerarios en la religión cristiana abarcan un amplio campo de la tradición y la costumbre, pero simple o lujoso, estos marcan la finalización de la temporal, la transición a la eterna, la para el presente y la esperanza para el futuro.

La muerte es siempre dolorosa, pero para el cristiano no es el fin sino el paso a la vida eterna. El lugar del entierro debe ser un cementerio, preferentemente católico, ya que estos han sido consagrados como lugar santo de reposo y manifiestan el respeto que los católicos le tienen a la vida y a la muerte de Cristo.
La vigilia, la liturgia funeral, el rito de despedida y el entierro son los ritos católicos que reciben los fieles una vez fallecidos. Con ellos se expresa la fe y se encomienda el difunto a la misericordia de Dios.
El día de la muerte inaugura para el cristiano, al término de su vida sacramental, la plenitud de su nuevo nacimiento comenzado en el Bautismo, la "semejanza" definitiva a "imagen del Hijo", conferida por la Unción del Espíritu Santo y la participación en el Banquete del Reino, anticipado en la Eucaristía.
El Ritual de los Funerales de la liturgia romana propone tres tipos de celebración de las exequias, correspondientes a tres lugares (la casa, la iglesia, el cementerio). El desarrollo es común a todas las tradiciones litúrgicas y comprende 4 momentos principales:
  • La acogida de la comunidad . El saludo de fe abre la celebración. Los familiares del difunto son acogidos con una palabra de "consolación.
  • La Liturgia de la Palabra. La celebración de la Liturgia de la Palabra. La homilía "evita" el género literario de elogio fúnebre e ilumina el misterio de la muerte cristiana a la luz de Cristo resucitado.
  • Sacrificio Eucarístico. Cuando la celebración tiene lugar en la Iglesia, la Eucaristía es el corazón de la realidad pascual de la muerte cristiana. La Iglesia expresa entonces su comunión eficaz con el difunto: ofreciendo al Padre, en el Espíritu Santo, el sacrificio y resurrección de Cristo, pide que su hijo sea purificado de sus pecados y de sus consecuencias y que sea admitido a la plenitud pascual de la mesa del Reino. 
  • El adiós al difunto. La comunidad cristiana despide a uno de sus miembros antes que su cuerpo sea llevado a su sepulcro".

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