lunes, 28 de marzo de 2016

PASO DEL MAR ROJO Ex 14.

Paso del Mar Rojo (Sab 19,1-9; Sal 136,13-15)
141El Señor dijo a Moisés:
2-Di a los israelitas que se vuelvan y acampen en Fejirot, entre Migdal y el mar, frente a Baal Safón; poned los campamentos mirando al mar. 3El Faraón pensará que los israelitas están copados en el país y que el desierto les cierra el paso. 4Haré que el Faraón se empeñe en perseguiros, y me cubriré de gloria derrotando al Faraón y a su ejército, y sabrán los egipcios que soy el Señor.
Así lo hicieron los isralietas.
5Cuando comunicaron al rey de Egipto que el pueblo había escapado, el Faraón y su corte cambiaron de parecer sobre el pueblo, y se dijeron: "¿Qué hemos hecho? Hemos dejado marchar a nuestros esclavos israelitas". 6Hizo enganchar un carro y tomó consigo sus tropas: 7seiscientos carros escogidos y los demás carros de Egipto con sus correspondientes oficiales.
8El Señor hizo que el Faraón se empeñase en perseguir a los israelitas, mientras éstos salían ostentosamente.
9Los egipcios los persiguieron con caballos, carros y jinetes, y les dieron alcance mientras acampaban en Fejirot, frente a Baal Safón.
10El Faraón se acercaba, los israelitas alzaron la vista y vieron a los egipcios que avanzaban detrás de ellos, y muertos de miedo gritaron al Señor. 11Y dijeron a Moisés:
-¿No habrá sepulcros en Egipto? Nos han traído al desierto a morir. ¿Qué nos has hecho sacándonos de Egipto? 12¿No te decíamos ya en Egipto: "Déjanos en paz, y serviremos a los egipcios; más nos vale servir a los egipcios que morir en el desierto"?
13Moisés respondió al pueblo:
-No tengáis miedo; estad firmes y veréis la victoria que el Señor os va a conceder hoy; esos egipcios que estáis viendo hoy, no los volveréis a ver jamás. 14El Señor peleará por vosotros; vosotros esperad en silencio.
15El Señor dijo a Moisés:
16-¿Por qué me gritas? Di a los israelitas que avancen. Tú alza el bastón y extiende la mano sobre el mar, y se abrirá en dos, de modo que los israelitas puedan atravesarlo a pie enjuto. 17Yo haré que el Faraón se empeñe en entrar detrás de vosotros y mostraré mi gloria derrotando al Faraón con su ejército, sus carros y jinetes; 18para que sepa Egipto que yo soy el Señor, cuando muestre mi gloria derrotando al Faraón con sus carros y jinetes.
19El ángel de Dios, que caminaba delante del campamento israelita, se levantó y pasó a su retaguardia; la columna de nubes que estaba delante de ellos se puso detrás de ellos, 20metiéndose entre el campamento egipcio y el campamento israelita; la nube se oscureció y la noche quedó oscura, de modo que no pudieron acercarse unos a otros en toda la noche.
21Moisés extendió la mano sobre el mar, el Señor hizo retirarse al mar con un fuerte viento de levante que sopló toda la noche; el mar quedó seco y las aguas se dividieron en dos. 22Los israelitas entraron por el mar a pie enjuto, y las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda. 23Los egipcios, persiguiéndolos, entraron detrás de ellos por el mar, con los caballos del Faraón, sus carros y sus jinetes.
24De madrugada, miró el Señor desde la columna de fuego y de nubes y desbarató al ejército egipcio. 25Trabó las ruedas de los carros, haciéndolos avanzar pesadamente. Los egipcios dijeron:
-Huyamos de los israelitas, porque el Señor combate por ellos.
26Pero Dios dijo a Moisés:
-Tiende tu mano sobre el mar, y las aguas se volverán contra los egipcios, sus carros y sus jinetes.
27Moisés tendió su mano sobre el mar: al despuntar el día el mar recobró su estado ordinario, los egipcios en fuga dieron en él, y el Señor arrojó a los egipcios en medio del mar. 28Las aguas, al reunirse, cubrieron carros, jinetes y todo el ejército del Faraón que habían entrado en el mar en seguimiento de Israel, y no escapó uno solo. 29Pero los israelitas pasaron a pie enjuto por el mar, mientras las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda.
30Aquel día libró el Señor a los israelitas de los egipcios, y los israelitas vieron los cadáveres de los egipcios a la orilla del mar.
31Los israelitas vieron la mano de Dios magnífica y lo que hizo a los egipcios, temieron al Señor y se fiaron del Señor y de Moisés, su siervo.

Explicación.

14 El paso del Mar Rojo (en hebreo, del Cañaveral) rubrica topográficamente la salida del pueblo: es la última batalla, no combatida, la última frontera. Concentra todas las tensiones precedentes en una jornada definitiva y por eso su recuerdo es cifra abreviada. El Mar Rojo divide la geografía, divide la historia y se convierte en línea divisoria de la existencia. Para los israelitas y, como paradigma, para nosotros: pasar es salvarse.

El recuero de este paso asoma muchas veces en el AT. Tenemos en este libro una versión poética, el canto heróico del cap. 15; tenemos una versión más realista y psicológica, atribuida al Yavista, y otra más doctrinal y abstracta, atribuida al autor Sacerdotal. Con estas dos y un toque del Elohísta -dice la teoría documentaria- el narrador último ha compuesto el presente capítulo. Ello explica repeticiones temáticas y cambios de tonalidad. El reparto comúnmente aceptado es así, con algunas dudas:

J 5b.6.9aa.10ba.11-14.19b.21ab.24.25b.27abb.30-31

E 5a.7.19a.25a

P 1-4.8.9abb.15-18.21aab.22-23.26.27a.28-29.

Según el Yavista, el Faraón toma la iniciativa, el pueblo discute con Moisés, entran en juego los elementos, la derrota egipcia es salvación de los israelitas. Según el Sacerdotal, Dios tiene la iniciativa, y la narración se transforma en tres mandatos y anuncios, con la consiguiente ejecución y cumplimiento. A pesar de estas divergencias, el texto actual tiene la suficiente coherencia para permitir una lectura seguida y unitaria, como la quiso el narrador.

Guiados por introducciones y conclusiones, dividimos el relato en tres escenas que iremos comentando: ante el mar domina la persecución (1-14); entrada en el mar (5-25); muerte en el mar y salida salvadora (26-31).

14,1-14 Al lenguaje bélico se sobrepone la visión de un gran juicio histórico, de castigo y liberación, en el que Dios juzga como soberano. De hecho no se combate, el pueblo asiste.

14,1-4 El relato comienza con un discurso del Señor, que contiene un mandato concreto y un anuncio narrativo. El procedimiento proyecta los sucesos a su lugar de arranque, Dios, transformándolos en palabra cierta y eficaz. En la derrota próxima, el Señor revelará su gloria y lo reconocerán, a pesar suyo, los derrotados.

15,5-9 El cumplimiento del anuncio viene en dos versiones ensambladas. En la primera (5-7) es una reflexión humana del Faraón sobre la imprudencia cometida. La segunda (8-9) toma la perspectiva teológica y, empalmando con 2, coloca a los enemigos en posición cercana.

14,5 Jr 34,11.

14,10-14 La vista inesperada del perseguidor introduce la primera crisis grave después de la huida, preludio de otras semejantes que se sucederán. El grito de auxilio al Señor es todavía oración, eco de los gritos de auxilio en Egipto. Enseguida el miedo provoca la protesta contra Moisés. La libertad es riesgo, se gana y se defiende entre peligros; los israelitas se sienten divididos entre el ansia de libertad y el deseo de seguridad de la esclavitud. La queja es amarga y niega el sentido de la liberación: "salir para morir".

Moisés responde con la fórmula clásica de un oráculo de salvación. Según un esquema clásico, el pueblo debe mantener la calma y esperar en silencio la intervención de Dios (Is 30,15; Lam 3,26).

14,11 Nm 11,4-6.

14,12 Nm 14,1-4.

14,15-18 La pregunta de Dios supone una pieza que falta: una oración de Moisés como en 5,22-23. Se repite el esquema de mandato y anuncio. La acción avanzará para afrontar el límite extremo del peligro. Allí se mostrará la gloria del Señor.

14,16 Sal 106,9; Is 11,15s.

14,19-20 Estos dos versos interrumpen el curso narrativo normal, que sería ejecución del mandato y cumplimiento del anuncio. La función narrativa es diferir la solución y hacer sitio para una descripción de gran densidad simbólica. La nube conductora desempeña una función nueva: adensar la oscuridad e inmovilizar a los actores hasta el momento oportuno.

14,20 Sal 34,8.

14,21-22 En la oscuridad y silencio de la noche pelean dos elementos cósmicos: el mar hostil, devorador y el viento al servicio de Dios (Sal 104,4). Como en un nuevo Génesis, como al final del diluvio, el agua se retira y la tierra aparece en medio de ella. El agua hostil se transforma en muralla protectora, en pasillo seguro hacia la luz de la mañana. Derecha e izquierda significan también sur y norte, y se prestan a una reflexión simbólica.

14,23 Sab 10,18s.

14,24 Se menciona un elemento que faltaba, el fuego. El momento es la tercera vela en que se divide de ordinario la noche. La salvación llega por la mañana (Sal 17,15; 57).

14,26 Nuevo mandato, sin anuncio, y ejecución inmediata. Como las aguas, el desenlace se precipita.

14,30-31 Muerte y vida con libertad es el final del juicio y separación. Los israelitas son testigos y por ello cambian de actitud interna. El miedo de antes se transforma en "respeto" reverencial (la misma palabra hebrea) y la desconfianza se cambia en fe. Es casi un nacimiento del pueblo.

14,30 Is 37,36.

LIBRO DEL ÉXODO:

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