lunes, 25 de marzo de 2013

EL TEATRO GRIEGO. LA RELIGIÓN EN EL TEATRO.

El género dramático nació a finales del siglo VI a.C. y alcanzó su máximo esplendor durante la democracia ateniense. El teatro tenía una clara función social y cívica y las representaciones estaban vinculadas a festividades religiosas. Las obras conservadas atestiguan la profundidad del pensamiento griego sobre el ser humano.

LA RELIGIÓN EN EL TEATRO.
 
Teatro de Epidauro, en Grecia:
Teatro griego de Epidauro. Teatro de Epidauro, en Grecia: 1. Grada. 2. Orquesta. 3. Escena.

Las primeras representaciones teatrales fueron tragedias y en ellas se escenificaba el momento más dramático de la vida de un héroe. La comedia apareció posteriormente y sus argumentos manifestaban una dura crítica a la sociedad griega de esos momentos. La tragedia conducía al espectador a tomar conciencia de los grandes problemas de la existencia a través del miedo; la comedia lo hacía por medio de la risa.
Todo el mundo, excepto los esclavos, podía asistir a las representaciones teatrales y la entrada era gratuita para las personas sin recursos. Las representaciones tenían lugar en teatros de forma semicircular, en los que se distinguían tres partes principales: la grada, la escena y la orquesta. El público podía ver la escena y la orquesta desde cualquier emplazamiento y la sonoridad era excelente.
La civilización griega dio tal importancia al teatro que crearon edificios para su representación. Eran construcciones semicirculares con gradas para los espectadores en cuyo centro estaba la escena, en la que los actores representaban tragedias y comedias. El teatro actual no suele tener implicaciones religiosas notables, pero el teatro, es decir, las representaciones públicas de narraciones extensas, en otras sociedades sí tiene esos valores. Incluso las representaciones populares de pasiones y otros temas de raigambre medieval en nuestras sociedades cristianas tienen claramente esos valores religiosos.

El caso griego tiene el interés de que la palabra empleada para nombrarlo es la misma que la nuestra (teatro), las obras eran de escritores cuyos nombres conocemos, es decir, los autores están identificados, como en el teatro actual, y se desarrollaban en lugares especialmente acondicionados al efecto, lo que resulta diferente de las manifestaciones de teatro esporádico que se realizan en plazas públicas o lugares provisionales.

Parece que los orígenes del teatro y los valores religiosos del mismo en Grecia están relacionados con ritos de fertilidad o con el culto a los muertos.

LA TRAGEDIA.

Representación de la trilogía Orestíada, de Esquilo, dirigida por Mario Gas
Representación de la trilogía Orestíada, de Esquilo, dirigida por Mario Gas.

El teatro griego tenía como principal finalidad hacer reflexionar al espectador sobre los problemas que atañen al ser humano, de manera que la representación de la obra sirviese de enseñanza. El espectador, al ver los trágicos sucesos que acontecen a los protagonistas, experimenta un sentimiento llamado catarsis (término acuñado por Aristóteles), que le purifica, sosiega sus pasiones negativas y le hace ser mejor persona y mejor ciudadano. Con ello, el teatro en Grecia no es solo una diversión o entretenimiento, sino que cumple una función de educación social.
Los argumentos de la tragedia, extraídos siempre de leyendas mitológicas, tratan sobre temas serios. Se centran en las dramáticas consecuencias de la lucha del hombre contra su destino. La muerte y el dolor están muy presentes y suelen funcionar como consecuencia y castigo para quien intenta cambiar su destino. Los protagonistas de la tragedia son héroes o personajes de origen noble, por lo cual el lenguaje que emplean es elevado, solemne y grandilocuente, propio de la altura y categoría de los personajes.
La representación de tragedias tuvo su esplendor durante la democracia ateniense, en el siglo V a.C. Las obras se representaban en festivales dramáticos, costeados por la ciudad, en los que el público asistía a múltiples representaciones y un jurado popular concedía premios a las mejores tragedias.
La tragedia clásica estaba escrita en verso. Hay partes dialogadas y partes cantadas, y en ellas cumple una función esencial el coro, que comenta las peripecias de los protagonistas, les da la réplica, repite las ideas fundamentales y representa el sentir colectivo.
Los tres autores de tragedias más conocidos son:
  • Esquilo (525-456 a.C.). El primero de los tres grandes trágicos es quien dio grandeza y esplendor a este género teatral. Aumentó de uno a dos el número de actores, redujo la importancia del coro, y dio prioridad a los diálogos. De él se conservan siete obras: la trilogía Orestíada (compuesta por Agamenón, Coéforas y Euménides), Los persas, Los siete contra Tebas, Las suplicantes y Prometeo encadenado.
  • Sófocles (495-406 a.C.). Es el más clásico de los tres y el que eleva la tragedia a la perfección artística. También lleva a cabo cambios en el género, ya que aumenta de dos a tres el número de personajes, añade más acción a las tramas, y potencia la decoración y la indumentaria de los actores. Sus personajes, aun siendo idealizados, son algo más humanos que los de Esquilo. Se conservan siete obras completas de Sófocles: Áyax, Antígona, Edipo rey, Las traquinianas, Electra, Filoctetes y Edipo en Colona.
  • Eurípides (480-406 a.C.). Aunque en vida fue menos valorado que Esquilo y Sófocles, fue el trágico más popular en época helenística. No tiene la grandiosidad de Sófocles, pero sus personajes son mucho más humanos; introdujo -sin apartar del todo la mitología- nuevos temas más modernos (la mujer, la psicología, la crítica a los dioses), y desarrolla al máximo las pasiones más oscuras y truculentas, especialmente en personajes femeninos. Se conservan diecisiete tragedias suyas, entre ellas Alcestes, Medea, Andrómaca, Las troyanas, Ifigenia en Táuride, Electra, Orestes y Las bacantes. También se conserva un drama satírico, El cíclope.
 LA COMEDIA.
Máscara cómica griega del siglo II a.C.


La comedia difiere bastante de la tragedia. Sus temas no son elevados, sus personajes no son héroes, reyes ni dioses, y su intención es divertir y criticar ciertos aspectos de su sociedad contemporánea, en muchos casos de cierta importancia: los militares, los políticos, la justicia...
La comedia no suele tomar un episodio mítico, sino una aventura fantástica protagonizada por un héroe ingenioso.
Solo conservamos comedias de época clásica de un autor: Aristófanes (445-386 a.C.). En sus once comedias lo que domina es la fantasía carnavalesca, el humor disparatado, la parodia, la bufonada. En sus obras hay fantasía, bullicio, sátira, chistes, cánticos y mucha burla.
En algunas de sus comedias el coro no se compone de seres humanos y sale a escena convenientemente disfrazado; este es el caso de Las avispas, Las aves, Las nubes, o Las ranas. Otras comedias importantes de Aristófanes son Lisístrata, La asamblea de mujeres, o La paz.
Al estadio de comedia que representa Aristófanes se le denomina Comedia antigua. Más tarde surge una nueva modalidad, la Comedia nueva, que presenta obras de tipo costumbrista: obras de enredo en ambientes familiares, en un marco ciudadano casi burgués, con tramas amorosas y personajes estereotipados (el soldado fanfarrón, los jóvenes enamorados, el viejo, el avaro, el esclavo gracioso...), y presenta un humor menos disparatado que el de Aristófanes. Este tipo de comedias, representado por el autor Menandro (342-292 a.C.), tuvo gran éxito en su tiempo y fue muy imitado por los comediógrafos romanos.

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