domingo, 21 de julio de 2013

LA TEOLOGÍA SINTOÍSTA: LOS KAMI.

Los Kami son seres sobrenaturales con un poder y una capacidad superiores a los del hombre, que residen o se materializan en objetos y seres. Su número es muy elevado y son difíciles de plasmar iconográficamente.
Se pueden condensar en tres grandes grupos, los Kami de la naturaleza y sus fuerzas, los Kami de los uji (linajes) y los Kami de individuos y de los antepasados.

Los Kami de la naturaleza son los más antiguos. Entre ellos están los árboles, especialmente los pinos y los grandes ejemplares. Del mismo modo, las montañas, las piedras (en especial las de formas extrañas), los lagos, los ríos eran también Kami. Los animales, muy especialmente los grandes ejemplares, eran vistos como manifestaciones de Kami o como Kami ellos mismos (lobos, ciervos). En muchos casos eran ideados como seres favorables al hombre y se les invocaba para conseguir una mejor cosecha. El trueno, los astros o el viento eran también Kami venerados, resultando la naturaleza un ámbito poblado de seres sobrenaturales y generalmente benéficos. Se tendió también a identificar territorialmente a estas divinidades surgiendo Kami de campos de labor o de valles fértiles.

Los Kami de los linajes o uji surgieron de los Kami territoriales, que fueron modificando y ampliando su campo de acción hasta representar y proteger a los grupos allí asentados. El Japón primitivo se organizaba en linajes (uji); la pertenencia al uji se sustentaba en lazos de parentesco comunes, ya fueran biológicos o ficticios, en la aceptación de la jefatura del uji y en el culto de la divinidad protectora, el ujigami. Cuando la organización social se hizo más compleja, ciertos sublinajes se vieron privilegiados y aumentaron su importancia. Por otra parte, el linaje Yamato fue consolidando su superioridad frente al resto de los linajes del Japón.
Reconocidos sus jefes como reyes por los chinos tras aceptar pagar tributos, el linaje Yamato aumentó su poder a partir del siglo III, controlando territorios extensos y comenzando a consolidar una ideología que sustentase su preeminencia. Los soberanos Yamato decían originarse en Yimmu Tenno, el primer emperador del Japón, emparentado con los dioses, cuya vida es fechada en los relatos legendarios hacia el 660 a.e.c. A partir de la mitad del siglo VI comienzan a centralizarse los cultos, en especial los festivales de primavera, y a regularse los rituales. El reino Yamato intenta controlar y canalizar la religión de los uji, vasallos por medio de una administración política unida estrechamente a lo religioso.

 Se consideran Kami los árboles que desarrollan formas raras en las que se incluyen también las miniaturas.
Se consideran Kami los árboles que desarrollan formas raras en las que se incluyen también las miniaturas. Según los relatos mitológicos, en el pasado los árboles hablaban y transmitían su sabiduría a los hombres que eran capaces de escucharlos.

Los individuos excepcionales por su poder o sus capacidades son tenidos en vida por Kami, como, por ejemplo, el emperador. Tras la muerte también se convierten en Kami algunos personajes especialmente notorios, aunque no parece que existiese un culto de los antepasados tal y como se realizó en China; además, como consecuencia de que el mundo de la muerte y el culto funerario fueron facetas religiosas en las que se especializó el budismo a partir de su implantación, el conocimiento de los ritos fúnebres ancestrales se resiente.

También la fecundidad estaba presidida por Kami que se materializaban en piedras y objetos que presentaban formas alusivas a los órganos sexuales masculinos.

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