lunes, 5 de agosto de 2013

ALFARABÍ.


Es el segundo gran nombre de la filosofía árabe, nació en el segundo tercio del siglo IX. Estudió y enseñó en Bagdad y, posteriormente, marchó a Damasco, donde murió en el año 950. Tradujo y comentó al neoplatónico Porfirio y el Organon de Aristóteles, escribió tratados sobre La inteligencia y lo inteligible, sobre El alma, etcétera. Una de sus obras más significativas es Concordia entre el divino Platón y el sabio Aristóteles, pues pensaba que el pensamiento aristotélico estaba de acuerdo con el de Platón.
Alfarabí creó la distinción entre esencia y existencia que marcó una etapa en la historia de la metafísica. Para realizar esta distinción se basó en una observación lógica de Aristóteles: la noción de lo que una cosa es (su esencia) no incluye el hecho de que esa cosa exista (su existencia). Si esto fuera así, bastaría conocer lo que es el hombre para saber que el hombre existe, y esto no es así. No tenemos ninguna prueba de la existencia de las cosas hasta que no obtenemos una percepción por los sentidos. Por lo tanto, la existencia es un accidente de la esencia. Posteriormente, Tomás de Aquino incluirá la esencia bajo la existencia llevando a cabo una reforma de la metafísica.
Una característica fundamental de la filosofía de Alfarabí es su carácter político. Con una clara influencia platónica buscaba cimentar un estado sobre bases filosóficas. La filosofía es el camino para poder alcanzar una sociedad perfecta; identificó la figura del filósofo gobernante platónico con el profeta guía musulmán. La ciudad perfecta sería una organización única que se ramificaría a toda la humanidad y donde se alcanzaría la realización plena y racional del hombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.