miércoles, 7 de agosto de 2013

IDENTIDAD Y PERSECUCIÓN. PERSECUCIÓN Y SEGREGACIÓN.

A lo largo de la historia, el pueblo judío ha sufrido persecuciones en circunstancias muy diferentes. Esta situación se remonta al período bíblico de cautiverio en Egipto y se vuelve a vivir con la deportación a Babilonia.

 Escaparates de un comercio judío de Alemania señalados con la palabra «judío».
Escaparates de un comercio judío de Alemania señalados con la palabra "judío".

Los momentos de sometimiento constituyen hitos claves que configuran la identidad judía, aspectos negativos que se contraponen a las épocas de esplendor, cuyo mejor ejemplo son los reinos de David y Salomón.
Tras la destrucción definitiva del templo y con la gran dispersión por Europa y Asia, los rabinos ahondaron en las señas de identidad que les llevaban a seguir siendo judíos, a pesar de vivir en lugares muy distintos y bajo gobiernos muy diferentes.
Pero la identidad es también diferencia, y en muchos casos los judíos se organizaron en comunidades que se autoexcluían de la sociedad en la que vivían, en aspectos tanto rituales como alimentarios o matrimoniales.
También en muchas sociedades los judíos fueron obligados a vivir en lugares apartados y se les prohibió mezclarse con el resto de la población o hacer proselitismo. Fueron vistos como diferentes, lo que propició que algunas veces, especialmente en tiempos de crisis, fuesen objeto de acusaciones y de persecuciones.
Las excusas para este hostigamiento fueron muy diferentes. Por ejemplo, en la Europa medieval, se acusaba y castigaba a los judíos por ser los descendientes de los que habían matado a Jesucristo, olvidando que Jesús de Nazaret y sus primeros discípulos eran todos judíos. Se manipulaban las diferencias y se olvidaban las coincidencias históricas o culturales.
Las constituciones modernas establecen la libertad religiosa como un derecho fundamental, convirtiendo en ilegal cualquier persecución por razones de religión. Pero cuando parecía que las persecuciones a judíos estaban olvidadas, la Alemania nazi, bajo el liderazgo de Adolf Hitler, reavivó los fantasmas del pasado e inventó nuevos motivos para atacar a la comunidad judía europea. En aquella ocasión, basándose en aspectos raciales, se proclamaba que los judíos eran una raza inferior y debían ser exterminados. A este desgraciado y horrible episodio de la historia se le conoce con el nombre de «holocausto». Los judíos lo denominan con el término hebreo shoá, que quiere decir «aniquilación».
Desde 1939 a 1945 fueron exterminados casi seis millones de judíos, más de un tercio de los judíos del mundo. Este hecho ha convertido al siglo XX en uno de los más violentos y destructivos de la historia. Familias enteras desaparecieron y la vida de los judíos, incluso la de los que no padecieron directamente la tragedia, se vio completamente transformada ante las consecuencias de actos tan terribles.


Liberación de los prisioneros del campo de concentración de Dachau, Alemania.

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