Uno de los episodios sobre «caza de brujas» más llamativos en España fue el de Zugarramurdi, un pueblo de Navarra en el que, en 1609, una mujer llamada María de Ximildegui acusó a varias mujeres del pueblo, y a ella misma, de practicar la brujería. Pronto la Inquisición se interesó por el caso y se presentó en el pueblo para llevar a los doce acusados, nueve mujeres y tres hombres, a Logroño. En agosto del mismo año, llegó un inquisidor apellidado Valle al pueblo y ordenó llevar a quince personas más. Esta situación provocó el pánico en toda la zona, y en las villas de Aranaz, Echalar, Lesaca, Vera y Yanci, lugares donde hasta entonces no se había oído hablar de brujería, comenzó una gran caza de las brujas que, según decían, llegaban huyendo de las persecuciones que se estaban produciendo en Francia.
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