viernes, 16 de agosto de 2013

LA DIVISIÓN DE IDEAS.

El concilio de Nicea lo convocó y presidió el emperador Constantino y acudieron más de trescientos obispos. Se trató sobre la organización de la iglesia y se estableció la fórmula que resume la fe cristiana y que conocemos con el nombre de credo. Se llegó al acuerdo de que las sedes de Roma, Antioquía, Alejandría y Jerusalén tendrían mayor importancia que las demás. En el concilio de Constantinopla también se incluyó a esta ciudad entre las privilegiadas.
El concilio de Éfeso estuvo motivado por la fuerte disputa que existía entre los que planteaban que María era sólo la «madre de Cristo», y los que decían que era la «madre de Dios». El problema quedó zanjado cuando el emperador Teodosio II eligió la segunda opción.
En el concilio que se celebró en la ciudad de Calcedonia se decidió que Jesucristo tenía dos naturalezas, una divina y otra humana. Muchos de los que pensaban que solo tenía naturaleza divina se separaron, por ejemplo los coptos, cristianos egipcios que perduran en la actualidad.
En estos concilios, a la vez que se establecieron las creencias que se consideraban únicas y verdaderas, el cristianismo también fue dividiéndose y transformándose en una religión muy variada y abierta a diferentes sensibilidades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.