sábado, 17 de agosto de 2013

UN GRAN SABIO MEDIEVAL: SANTO TOMÁS DE AQUINO.

San Pedro y san Juan sanando a un cojo, obra de Nicolás Poussin, 1655. Nueva York, Museo Metropolitano.San Pedro y San Juan sanando a un cojo, obra de Nicolás Pussin, 1655. Nueva York, Museo Metropolitano.

Santo Tomás de Aquino (1225-1274) ha sido uno de los sabios cristianos más influyentes. Para estudiar la religión utilizó argumentos tomados del razonamiento lógico, incluso para explicar asuntos que podían parecer carentes de toda lógica. En el siguiente texto, tomado de la Suma contra los gentiles, expone los diferentes tipos de milagros que, según su opinión, pueden producirse:
«Hay diversos grados y tipos de milagros. Ocupan el grado máximo entre los milagros aquellas cosas en que Dios realiza lo que jamás puede hacer la naturaleza, como que dos cuerpos estén simultáneamente en un solo lugar, que el sol retroceda o se pare, o que el mar se divida ofreciendo camino a los transeúntes. Y entre estas cosas se da también un orden. Cuanto mayores son las cosas realizadas por Dios y más alejadas están del poder de la naturaleza, tanto mayor es el milagro, como mayor milagro es el retroceso del sol que la división del mar. Ocupa el segundo grado entre los milagros las cosas en que Dios realiza algo que incluso puede realizar la naturaleza, pero no siguiendo el mismo orden. Ya que es obra de la naturaleza que determinado ser viva, vea y camine, pero que tras la muerte viva, tras la ceguera vea y tras la cojera camine, tales cosas no las puede hacer ya la naturaleza, sino que lo realiza Dios alguna vez milagrosamente.»
Santo Tomás de Aquino (1440-1442), pintura mural de Fra Angelico. Florencia, monasterio de San Marco.
 
Suma contra los gentiles, Santo Tomás de Aquino
Los milagros a los que se refiere santo Tomás pueden ser los siguientes. Cuando dice «dos cuerpos estén simultáneamente en un solo lugar», se refiere al don de la omnipresencia, es decir, a la facultad de estar en dos lugares al mismo tiempo, tal y como se narra en Lucas 23, 13-33 y en Marcos 16, 12-13. En ellos se cuenta cómo los discípulos de Jesús dicen encontrarse con él en el camino de Emaús, tres días después de su crucifixión, al mismo tiempo que se le aparecía a Simón en Jerusalén. Cuando se refiere a «que el mar se divida ofreciendo camino a los transeúntes», hace alusión al relato del Éxodo en el que Moisés abre, según la tradición gracias a los dones que Dios le ha conferido, el mar Rojo en dos. De esta forma los hebreos, perseguidos por los egipcios, lograron cruzar el mar, mientras que sus perseguidores perecieron ahogados al intentar seguirles. Las órdenes de vida o sanación quedan ejemplificadas en las frases «tras la muerte viva», «tras la ceguera vea» y «tras la cojera camine». En el primer caso se puede seleccionar el relato de Lázaro en Juan 11 y 12 o el de Lucas 8, 49-56, donde una niña es también resucitada. Ejemplos de sanación de la ceguera, es decir, «tras la ceguera vea», se encuentran en Marcos 10, 46-52 o Mateo 20, 29-34. También en Lucas 18, 35-43 se narra cómo un ciego vuelve a ver gracias a la intervención de Jesús. Mientras ejemplos de que «tras la cojera camine» se encuentran en Marcos 2, 1-12, Mateo 9, 1-8 y en Lucas 5, 17-26.


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