jueves, 17 de octubre de 2013

Arcilla.

(heb. generalmente jômer; también ma{abeh, tît, melet; aram. jasaf; gr. plós).
Material maleable del suelo que se usa para hacer ladrillos y vasijas diversas.  En 
Egipto, la Arcilla aluvial que traía el Nilo, mezclada con arena  y paja, se usaba para 
hacer ladrillos y como cemento (Ex. 1:14).  Las diversas clases de arcillas que se 
usaban en diferentes lugares dependía de los restos de sustancias orgánicas e 
inorgánicas mezcladas con el mineral básico: silicato de aluminio.  Una de las 
cualidades básicas de la Arcilla es su capacidad de hacerse cada vez más modelable al 
añadirse agua, y más sólida al secarse.
Evidentemente se usaron moldes de Arcilla para fundir los materiales de bronce para 
el templo de Salomón (1 R. 7:46).  La palabra aramea traducida "barro cocido" en 
Dn. 2 se debe interpretar como "material de que están hechas las vasijas de arcilla".  
Debemos recordar que Adán fue formado de Arcilla (Job 10:9, LPD), y que en manos 
de Dios somos de ese material (ls. 64:7, BJ).  Jesús, al preparar un poco de barro, 
formó una cataplasma que usó para sanar al ciego (Jn. 9).

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