Arupa-loka,
(sánscrito y pali: "el mundo de forma inmaterial"), en el pensamiento
budista, la más alta de las tres esferas de la existencia en la que el
renacimiento tiene lugar. Los otros dos son rupa-loka , "el mundo de la forma", y kāma-loka , "el mundo de los sentimientos" (los tres están también referido como Arupa-dhātu, rupa-dhātu y kāma-dhātu, los "reinos" de lo informe, la forma y el sentimiento).
En Arupa-loka, la existencia depende de la etapa de concentración alcanzado, y hay cuatro niveles: la infinitud del espacio, el infinito del pensamiento, el infinito del no ser, y la infinidad de ninguna conciencia ni nonconsciousness. El rupa-loka, que está libre de deseo sensual, pero todavía está condicionado por la forma, está habitado por dioses. También se subdivide en las esferas habitadas por Brahmā, por las deidades luminosos, por los dioses bienaventurados, y por las deidades de grandes frutos. Kama-loka incluye los seis cielos de los dioses menores y los cinco mundos inferiores (los mundos de hombres, demonios, fantasmas, animales y el purgatorio).
Como superior como es el renacimiento en los mundos superiores, tal existencia es no obstante temporal, sujeta a cambios, y consiste en los conflictos fundamentales de la existencia dentro de los límites de la transmigración. Esto sólo puede romperse por una mayor comprensión espiritual, lo que resulta en el Nirvana y la liberación del ciclo de renacimientos.
En Arupa-loka, la existencia depende de la etapa de concentración alcanzado, y hay cuatro niveles: la infinitud del espacio, el infinito del pensamiento, el infinito del no ser, y la infinidad de ninguna conciencia ni nonconsciousness. El rupa-loka, que está libre de deseo sensual, pero todavía está condicionado por la forma, está habitado por dioses. También se subdivide en las esferas habitadas por Brahmā, por las deidades luminosos, por los dioses bienaventurados, y por las deidades de grandes frutos. Kama-loka incluye los seis cielos de los dioses menores y los cinco mundos inferiores (los mundos de hombres, demonios, fantasmas, animales y el purgatorio).
Como superior como es el renacimiento en los mundos superiores, tal existencia es no obstante temporal, sujeta a cambios, y consiste en los conflictos fundamentales de la existencia dentro de los límites de la transmigración. Esto sólo puede romperse por una mayor comprensión espiritual, lo que resulta en el Nirvana y la liberación del ciclo de renacimientos.
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