sábado, 22 de marzo de 2014

EL EVANGELIO DE AMMONIO II


2ª Parte
(Armonía de los evangelios canónicos)
 
Jesús en Jerusalén y en Bethania. Profecías hechas a los discípulos sobre su suerte futura
 XI 1. Y a fines de año se celebraba la fiesta de la Dedicación.
2. Y Jesús andaba por el portal de Salomón, en el templo.
3. Y lo rodearon los judíos y exigían que les dijese si era el Cristo.
4. Y respondió Jesús: Ya os lo he dicho, y mis obras lo atestiguan.
5. Porque el Padre y yo somos una misma cosa.
6. Y agarraron piedras para lapidarlo, mas él huyó, y se fue.
7. Y estaba tras el Jordán, cuando vinieron a avisarle que Lázaro había muerto.
8. Y dijo a sus discípulos que Lázaro dormía, significándoles así su defunción.
9. Y, viniendo a Bethania, halló que Lázaro llevaba sepultado hacía cuatro días.
10. Y a los que estaban dijo: Yo soy la resurrección y la vida.
11. Porque el muerto vivirá, si cree en mí, y quien crea en mí no morirá eternamente.
12. E hizo salir a Lázaro del sepulcro en que llevaba cuatro días.
13. Y muchos judíos entonces creyeron en él.
14. Y los fariseos juntaron consejo, porque veían que Jesús hacía muchos signos.
15. Y Caifás, el pontífice, lo sentenció, y todos buscaban cómo prenderlo.
16. Y por esto el Señor fuese a Efraim, junto al desierto, y se estaba allí, con sus discípulos.
17. Y, yendo después a Jerusalén, pasaba por Galilea y por Samaria.
18. Y vio venir de lejos a diez leprosos, y los curé, y los envió a los sacerdotes.
19. Mas, no habiendo sido admitidos en una ciudad Samaritana, Juan y Jacobo le pidieron que se vengase, haciendo bajar sobre ella fuego del cielo, como Elías.
20. Y él les advirtió: No tenéis el espíritu del cielo, que es benignidad, y mansedumbre, y paciencia.
21. Y les dijo en secreto: He aquí que subimos a Jerusalén.
22. Para que el Hijo del hombre sea entregado a los príncipes de los sacerdotes y a los escribas, y para que sea condenado y azotado y llevado a la cruz.
23. Y al tercer día resucitará de entre los muertos.
24. Y la madre de los hijos de Zebedeo vino a pedirle que ellos tuvieran un primer lugar en el reino del cielo.
25. Y Jesús les habló entonces del cáliz que había de beber, y de la pena de cruz.
26. Y los aconsejó según su ejemplo, que ponía su vida por los demás.
 
Nuevos viajes a Jerusalén
 
XII 1. Camino de Jerusalén, pasaba Jesús por Jericó.
2. Y el publicano Zaqueo le ofreció devolver cuanto debiese, cuadruplicado, y dar la mitad de sus bienes a los pobres, y Jesús paró en su casa.
3. Porque decía: En verdad que él también es hijo de Abraham.
4. Y llegándose ciegos a él, a grandes voces pedían que los sanase y los curó.
5. Y parando en Bethania en casa de Simón el leproso, vino Marta a servir.
6. Y su hermana María quebró un vaso de alabastro lleno de ungüento precioso sobre la cabeza del Señor, para ungirlo.
7. Y los discípulos murmuraban de aquel dispendio, que podía haberse dado a los pobres.
8. Y dijo Jesús: Siempre tendréis pobres entre vosotros, mas a mí no siempre me tendréis.
9. Dejad a esta mujer, que ha guardado esto para mi sepultura.
10. Y llegando a Bethfagé, mandó Jesús tomar un pollino para entrar sobre él en Jerusalén.
11. Y muchos niños y gentes lo recibían con aclamaciones, y lo saludaban con ramas de árbol.
12. Diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito sea el que viene en nombre del Señor, rey de Israel!
13. Y llegando a la ciudad, lloró sobre ella.
14. Porque sabía que sería destruida por los romanos Vespasiano y Tito.
15. Y entrando en Jerusalén, decían: ¿Quién es éste que llega así?
16. Y, yendo al templo, echó fuera a los que negociaban allí.
17. Y devolvió la vista a muchos ciegos y curó a muchos cojos.
18. Y dijo a los judíos que él derribaría y restauraría en tres días el templo.
19. Y viendo Jesús a una viuda pobre echar dos monedas pequeñas en el gazofilacio, dijo que aquella ofrenda era la mayor.
20. Entonces contó a la gente la parábola del publicano humilde y del fariseo jactancioso ante Dios.
21. Y dijo que el publicano sería justificado antes que el fariseo.
22. Y como era tarde, fuese a Bethania.
23. Y Nicodemo fue a verlo de noche, y hablaron de los secretos celestiales.
24. Y dijo Jesús que quien creyera que él era el Cristo no perecería, sino que tendría vida eterna.
25. Y volviendo a Jerusalén, tuvo hambre.
26. Y llegándose a una higuera, y hallando que no tenía frutos, la maldijo.
27. Y la higuera se secó.
28. Y estando en el templo, trajeron los escribas fariseos una mujer tomada en adulterio,
29. Y Jesús, absolviéndola, dijo que él no había venido a abrogar la ley de Moisés.
30. Mas que, siendo todos pecadores, no había de aplicarse la ley a una sola infeliz.
31. Y, llegando unos gentiles, pidieron a Andrés y a Felipe que les enseñase a Jesús.
32. Y dijo Jesús: He aquí que llega la hora en que será glorificado el Hijo del hombre.
33. Y se volvió a Bethania.
34. Y, viendo los discípulos la higuera seca, sintieron gran admiración.
35. Mas el Señor les dijo que conseguirían todo lo que pidiesen con fe y con perseverancia.
36. Y a este propósito les contó la parábola del juez injusto.
37. Que no temía a Dios ni a los hombres, mas siendo muy insistido por una viuda, le hizo justicia, por librarse de ella.
38. Y, viniendo al templo, le dijeron los sacerdotes: ¿Con qué autoridad enseñas?
39. Y Jesús les contestó preguntándoles: El bautismo de Juan ¿era del cielo o de los hombres?
40. Y, al referirles que los publicanos y las meretrices serían preferidos a los incrédulos, les relató la parábola del padre que mandó a sus dos hijos a trabajar en la viña.
41. Y uno dijo: No quiero y fue. Y otro dijo: Iré y no fue.
42. Después contó la parábola del hombre que envió a cobrar a los colonos los frutos de su viña.
43. Y, habiendo matado a los que envió, fue y condenó a los colonos.
44. Porque la piedra que rechazaron los que edificaban quedó por cabeza de esquina.
45. Y quien sobre ella cayere será quebrantado.
46. Y también les contó la parábola del rey que celebró las bodas de su hijo.
47. Y querían los judíos ver de encontrarlo en algún error.
48. Y, sobornando los fariseos a unos discípulos, fueron con unos herodianos, para preguntarle si había de darse tributo al César.
49. Y él, viendo la inscripción de la moneda que le presentaban, dijo que la pagasen al César, pues suya era, y a Dios lo que se le ha de pagar.
50. Vinieron después unos saduceos, que no creen en la resurrección, y le presentaron argumentos.
51. Y dijo: El Dios de Abraham, e Isaac, y Jacob no es Dios de muertos, mas de vivos.
52. Y los doctores de la Ley le preguntaron cuál era el mandamiento primero, y dijo que amar al prójimo, después de Dios.
53. Y contó la parábola del hombre herido de ladrones, que abandonaron un levita y un sacerdote, mas del que tuvo caridad un samaritano.
54. Y, habiendo mandado los judíos prenderlo, no lo hicieron los ministriles, porque nunca habían a hombre alguno oído hablar como a él.
55. Y decía Jesús: Me buscaréis, y no me encontraréis.
56. Y muchos de la multitud creyeron en que Jesús era profeta y el Cristo.
57. Mas otros decían: ¿Ha de venir el Cristo de Galilea? ¿No ha de venir de la casa de David, de la aldea de Bethlehem?
58. Mas Jesús preguntó a los fariseos: ¿De quién es hijo el Cristo?
59. Y le dijeron: De David.
60. Y él les hizo ver que entonces era absurdo que David, en los salmos, llamase Señor a su hijo.
61. Y entonces dijo Jesús a las gentes que, sobre la ley que Dios dio a Moisés, se habían sentado los escribas y los fariseos.
62. Porque cargaban a los hombres con pesos que ellos no llevaban.
63. Y amaban ser llamados maestros, no habiendo más maestro que el Padre que está en los cielos.
64. Y dijo: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, que cerráis el reino de los cielos ante los hombres!
65. Porque andáis mar y tierra para hacer un prosélito, y meterlo en vuestras supersticiones.
66. He aquí a los ciegos que quieren ser guías de los ciegos.
67. Porque vertisteis la sangre de los profetas y los apóstoles.
 
Anuncio del juicio final
 
XIII 1. Saliendo Jesús del templo, mostrábanselo sus discípulos con admiración.
2. Y él exclamó: En verdad os digo que piedra sobre piedra no ha de quedar.
3. Y congregando a sus discípulos en el monte de los Olivos, les anunció el Anticristo.
4. Que vendría con guerras, y pestes, y hambres, y terremotos, según el vaticinio de David.
5. Mas que ni un cabello de sus cabezas perecería.
6. Y que habría portentos en el cielo, y en el mar, y en la luna, y en el sol, y en las estrellas.
7. Y que huyeran de la crápula, y del desorden, y de la ebriedad, para que el día no los sorprendiera desprevenidos, como el Diluvio halló a los hombres comiendo y bebiendo, mientras Noé se refugiaba en el arca.
8. Porque no se sabía cuándo vendría él con los ángeles en la luz del cielo.
9. Y les puso el ejemplo de los dos siervos, que uno veló y otro se descuidó mientras estaba fuera el amo de la casa.
10. Y añadió la parábola de las vírgenes, que unas tenían aceite en las lámparas, y otras no, para esperar al esposo.
11. También les habló del siervo inútil, que guardó lo que le dio su señor, sin ponerlo a producir.
12. Y de cómo serían separados los malos de los justos, como el pastor separa las ovejas de los carneros, para que fuesen los malos llevados al fuego y los justos llamados al reino celeste.
                                             
La última cena. Detención y condena de Jesús
 
XIV 1. Y los sacerdotes reunieron consejo para condenarlo y ofrecieron dinero a Judas para que se lo entregara.
2. Y el primer día de la fiesta, fue Jesús a comer en la ciudad la Pascua con los discípulos.
3. Y les lavó los pies, para darles ejemplo de modestia.
4. Y, tomando el pan, dijo: Comed, éste es mi cuerpo.
5. Y, dándoles vino, dijo: Bebed, ésta es mi sangre.
6. Y como les anunciase que sería entregado y muerto, dijo Pedro que lo seguiría a la cárcel y a la muerte.
7. Mas Jesús le predijo que lo negaría tres veces.
8. Y mandó que se amaran mutuamente, según él los había amado.
9. Y dijo: No os turbéis.
10. Porque yo voy a preparar lugar en que recibiros.
11. El que guarde mis mandamientos tendrá vida eterna y Dios os enviará el Espíritu consolador.
12. Mas el que en mí sea estéril será como pámpano sin fruto, que se echa a las llamas.
13. No he sido elegido de vosotros, sino yo os elegí.
14. Y el mundo os aborrecerá, para que se cumpla la profecía: Sin causa me aborrecieron.
15. Si a mí me persiguieron, a vosotros os perseguirán, porque no es el discípulo más que su maestro.
16. Mas cuando venga el Espíritu de consuelo acusará al mundo.
17. Y si antes tuvisteis tristeza, entonces tendréis gozo.
18. Y dio paz Jesús a sus discípulos y les prometió que, siguiendo su ejemplo, vencerían al mundo.
19. Y alzando los ojos al Padre, pidió que lo glorificase, y que hiciese a los discípulos unos con él, como él era uno con el Padre.
20. Y tras de haber entonado el himno, fueron a Getsemaní, tras el arroyo de los Cedros. Y Judas sabía el lugar.
21. Y tomó a Pedro y a los hijos de Zebedeo y empezó a angustiarse.
22. Y su alma estaba triste hasta la muerte, y se alejó y oró.
23. Y pidió a su Padre que apartase aquel cáliz, si era posible; mas si no, que se hiciese su voluntad.
24. Y yendo a sus discípulos, los halló dormidos, y les recomendó velar y orar, para no caer en la tentación.
25. Porque el espíritu estaba presto, mas la carne era frágil.
26. Y en su angustia, sudaba como sangre.
27. Mas una voz del cielo lo confortó.
28. Y sobrevino Judas con una tropa de ministriles de los pontífices y los fariseos.
29. Y dijo Jesús a los discípulos: Dormid ya y descansad.
30. Y preguntando a quién buscaban, y diciendo que a Jesús Nazareno, repuso: Yo soy.
31. Y cayeron por tierra. Mas, acercándose ludas, lo llamó maestro y lo besó.
32. Y éste era el signo convenido con los judíos.
33. Y entonces, lo apresaron y ataron.
34. Y Pedro, que tenía espada, hirió a Malco, criado del Pontífice, y le cortó la oreja derecha.
35. Mas Jesús se la sanó, y dijo a Pedro que quien a hierro mata a hierro ha de morir.
36. Y preguntó a los que lo prendieron que por qué iban a él armados, como si fuese ladrón, a pesar de que siempre estaba en el templo enseñando públicamente.
37. Mas que aquella era su hora y la de las potencias de las tinieblas.
38. Y los discípulos se salvaron huyendo, y los esbirros llevaron a Jesús ante Anás, suegro del Sumo Pontífice Caifás.
39. Y entonces le preguntaron de sus discípulos y de su doctrina, mas él dijo: Preguntad a los que la oyen.
40. Y un criado del Pontífice le dijo que cómo contestaba así y lo abofeteó.
41. Empero replicó Jesús: Si he hablado mal, testimóniamelo. Y si bien, ¿por qué me hieres?
42. Y lo llevaron ante Caifás, y presentaban falsos testigos, mas no se concertaban sus testimonios.
43. Y dijo el Pontífice: ¿Eres el Cristo?
44. Contestó Jesús: Tú lo has dicho.
45. Y aun os digo que veréis al Hijo del hombre viniendo en las nubes del cielo.
46. Entonces el Pontífice rasgó sus vestiduras y Jesús fue condenado a muerte.
47. Y le taparon la cabeza, y lo escupían, y le pegaban, diciéndole: Profetiza quién te dio.
48. Y, estando Pedro en el patio de Anás, le preguntaron si era de sus discípulos y lo negó.
49. Y dos veces volvió a negarlo en el patio de Caifás.
50. Y cantó entonces el gallo y Pedro recordó las palabras de Jesús.
51. Y salió afuera y lloraba.
                                             
Jesús en el Pretorio
 
XV 1. Y llevaron los judíos a Jesús al Pretorio, mas no entraban, por no contaminarse antes de comer la Pascua.
2. Y viendo Judas que lo condenaban, arrojó en el templo los treinta dineros.
3. Y por ser precio de sangre, compróse con ello un campo para sepultar a los forasteros.
4. Y habiéndole llevado a Pilatos, acusaban los judíos a Jesús.
5. Y decían que subvertía al pueblo y que prohibía dar tributo al César.
6. Y oyendo Pilatos a Jesús en secreto, no halló culpa en él y quiso absolverlo.
7. Y, enterado de que Jesús predicaba en Galilea, lo envió a Herodes el tetrarca, que estaba en Jerusalén, por ser de su jurisdicción.
8. Y Herodes, con sus gentes, se burló de él y le mandó poner, por escarnio, una veste blanca y lo devolvió a Pilatos.
9. Y, por ser costumbre perdonar a un culpado en la Pascua, quiso Pilatos perdonar a Jesús.
10. Mas, habiendo indicado su Proyecto a los judíos, ellos le pidieron que librase a Barrabás, que era homicida.
11. Y decían que crucificase al Cristo.
12. Y los soldados de la guardia lo desnudaron, y lo azotaron, y lo golpearon, y lo hirieron y, por burla, lo llamaban rey de los judíos.
13. Y Pilatos salió a éstos, y les dijo que Jesús estaba ya muy castigado y que tuviesen piedad de él. Porque también su mujer había soñado con Jesús.
14. Mas los judíos pedían que lo crucificase, y que si no, era enemigo del César.
15. Y Pilatos se lavó las manos, para quedar limpio de aquella sangre.
16. Y lleváronse a Jesús para crucificarlo.
                                                 
Jesús en el Calvario
 
XVI 1. Y lo sentenciaron a ser ejecutado entre dos ladrones.
2. Y Simón Cirineo le llevaba la cruz.
3. Mas iba tras él mucha gente y mujeres que lloraban.
4. Y dijo Jesús que no llorasen sobre él.
5. Sino sobre Jerusalén, porque vendría hora en que fuesen felices las estériles.
6. Y lo crucificaron en el Calvario, entre los dos ladrones.
7. Y uno, acudiendo a Jesús, le pidió que se acordase de él cuando estuviese en su reino.
8. Y Jesús le prometió que estaría con él en el Paraíso.
9. Y Pilatos había mandado poner a Jesús un cartel que repugnaba a los judíos.
10. Porque decía en latín, y en griego, y en hebreo:
Jesús Nazareno, rey de los judíos.
11. Y los soldados repartieron sus vestiduras, según la profecía.
12. Y estaban junto a la cruz de Jesús su madre María y su discípulo Juan.
13. Y él dijo: Mujer, he ahí a tu hijo. Y a Juan: He ahí a tu madre.
14. Y luego clamó: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me abandonaste?
15. Y oyéndolo gritar, le ofrecieron una esponja con vinagre.
16. Y Jesús, inclinando la cabeza sobre el pecho, exclamó: En tus manos, Padre, encomiendo mi espíritu. Y expiró, dando una gran voz.
                                              
Prodigios que acompañaron la muerte del Crucificado. Su sepultura
 
XVII 1. Su muerte fue seguida de prodigios. Porque el sol se oscureció, las estrellas temblaron, y se rasgó el velo del templo.
2. Y se quebraron las piedras, y se abrieron los sepulcros, y hubo resurrecciones.
3. Y el centurión que había allí dijo: Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios.
4. Y los judíos rogaron a Pilatos que mandase sepultar a los condenados, porque sus cuerpos no estuviesen el sábado en la cruz.
5. Y quebraron las piernas a los ladrones. Mas, como Jesús se hallaba ya exánime, le dieron una lanzada, y salió sangre y agua.
6. Y el decurión José pidió a Pilatos el cuerpo de Jesús para darle sepultura.
7. Y él y Nicodemo lo ungieron y lo perfumaron con más de cien libras de mirra y de áloe.
 
Resurrección y ascensión de Jesús
 
XVIII 1. Vinieron los judíos a Pilatos, pidiéndole poner guardias en el sepulcro y tapar la puerta y sellarla.
2. Para que no vinieran los discípulos y robaran el cuerpo y dijeran que había resucitado.
3. Mas al tercer día hubo como un gran terremoto, y el Señor resucitó, y dos ángeles refulgentes apareciéronse ante los guardias, y los guardias cayeron a tierra como muertos.
4. Mas los judíos sobornaron a los soldados para que dijesen que el cuerpo de Jesús había sido robado por la noche.
5. Y María Magdalena y Salomé iban al sepulcro para ungir y aromar el cuerpo del Señor.
6. Y hallaron la piedra de la puerta movida, y que no estaba el cuerpo del Señor.
7. Y en esto se aparecieron dos ángeles, y les dijeron que el Señor había resucitado, y que fuesen a predicar a los discípulos a Galilea.
8. Porque el Señor había predicho su muerto y su resurrección.
9. Y ellas lo dijeron a los discípulos, que no les creyeron.
10. Mas yendo Pedro y Juan al sepulcro, vieron que las mujeres decían verdad.
11. Y estando María Magdalena cerca del sepulcro, aparecióse a ella el Señor, por primera vez.
12. Y yendo a Emmaús, se apareció a dos de sus discípulos.
13. Y les explicó desde Moisés todas las Escrituras.
14. Y después, estando una tarde reunidos los discípulos con las puertas cerradas, se apareció Jesús y les deseó paz.
15. Y, como ellos se maravillasen, les mostró los agujeros de sus manos y de sus pies.
16. Y, porque si fuera Espíritu no comería, comió con ellos miel y pescado.
17. Y les explicó el sentido de las Escrituras, y de la Ley, y de los salmos.
18. Y les explicó cómo profetizaban al Cristo, y su muerte, y resurrección al tercer día.
19. Y les envió a predicar el Evangelio a los gentiles y la remisión de los pecados.
20. Y los discípulos sintieron grande gozo.
21. Y otra vez les dio paz, y dijo que él los enviaba a ellos, como el Padre a él.
22. Y luego les insufló el Espíritu Santo.
23. Y ocho días más tarde, estando los discípulos con las puertas cerradas, se apareció y los deseó paz.
24. Y Tomás, que dudaba, porque antes estaba ausente, vio la herida del costado de Cristo, y sus manos y pies agujereados, y creyó.
25. Y otro día, pescando los discípulos en el Tiberíades, se manifestó.
26. E hizo a Pedro confesarle tres veces su amor, y le dio orden de que apacentase sus ovejas.
27. Y luego los discípulos fueron a Galilea, a un monte que les había indicado el Señor, y lo adoraron.
28. Y les dijo que toda potestad les era dada.
29. Y que fuesen y bautizasen a los gentiles, y que anunciasen el Evangelio y el perdón de los pecados.
30. Y que echasen demonios, y curasen enfermos, y en su nombre predicasen.
31. Y he aquí que, cuando el Señor los hubo adoctrinado, se iba al cielo.
32. Y fue en él recibido y se sentó a la diestra de Dios.
33. Y los discípulos fuéronse, y andaban predicando por todas partes.
34. Y el Señor obraba con ellos y hacían señales en su nombre.
35. Y confirmaban sus palabras con las obras que se seguían.

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