viernes, 18 de abril de 2014

Bolsa.

La bolsa, destinada a guardar el dinero, estaba hecha generalmente de cuero, y se colgaba o del cinturón o del cuello. Jesucristo ordenó a sus discípulos que, en el apostolado, no llevaran bolsa. Su vocación y las gracias especiales que la misma comporta, todo lo habían recibido gratis, y gratis debían administrarlo (Lc 10,4). Las bolsas deberían ser de las que atesoran bienes imperecederos (Lc 12,33). En la última hora les recuerda que cuando los envió a predicar la buena nueva sin bolsa, no les faltó nada, pero ahora debían proveerse de bolsa, ante los acontecimientos que se avecinan (Lc 22,35-36). San Juan nos recuerda que los apóstoles tenían una bolsa común, cuyo depositario era Judas (Jn 12,6; 13,29).

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