sábado, 3 de mayo de 2014

MONASTERIO DE SANTA MARÍA DE HUERTA.

http://www.monasteriohuerta.org/

Entrada al Monasterio de Santa María de Huerta
El Monasterio de Santa María de Huerta es un monasterio cisterciense que se encuentra en la localidad de Santa María de Huerta, provincia de Soria (España). Son tierras de la antigua frontera castellana entre el reino de Castilla y el de Aragón. El monasterio actual fue construido en el siglo XVI sobre la antigua construcción del siglo XII.
Fue declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento el 25 de agosto de 1882.1

Historia

Su fundación se debe al rey Alfonso VII, en cumplimiento de una promesa que hizo en el cerco de Coria. Para este proyecto, el rey trajo en el año 1142, desde la abadía de Berdoues en Gascuña (Francia), una comunidad de monjes cistercienses, con su abad Rodulfo, que se alojó en un edificio muy pobre construido en un paraje llamado Cántabos, situado en el municipio de Fuentelmonge. El lugar elegido tenía escasez de agua y se decidió un traslado a las tierras cercanas al río Jalón, que se llevó a cabo en 1162.
San Martín de Hinojosa fue el cuarto abad del cenobio. Fue nombrado obispo de Sigüenza pero renunció y regresó al monasterio, donde hizo grandes obras y transformaciones hasta convertir el primitivo edificio en otro de mayores dimensiones y de verdaderos rasgos cistercienses, que todavía perdura. Alfonso VIII de Castilla puso la primera piedra de esta nueva construcción el 20 de marzo de 1179. Se cree que las obras fueron realizadas bajo la dirección del maestro de la Catedral de Sigüenza. Avanzaron muy deprisa gracias a la protección real y a las abundantes donaciones.
Antiguo almacén o cilla del monasterio cisterciense de Santa María de Huerta.
Uno de los grandes patrocinadores de este monasterio fue el arzobispo de Toledo, Rodrigo Ximénez de Rada, sobrino de Martín de Hinojosa. En su testamento firmado en París en abril de 1201 dispuso que lo enterraran en dicho monasterio. A lo largo de los años este centro recibió muchas donaciones y limosnas, enriqueciendo constantemente su patrimonio. Muchos de los concilios de la Orden del Císter se celebraron en este lugar.
Patrocinadores importantes fueron los señores de Molina que eligieron el monasterio para su sepultura, incluyendo a primer titular del señorío, el conde Manrique Pérez de Lara así como su hijo Pedro, ambos enterrados, junto con otros miembros de su linaje, en el panteón de los condes de Molina ubicado en el claustro gótico. También fueron bienhechores del monasterio los reyes de Aragón Alfonso II y Pedro II.
En 1215, Martín Muñoz, mayordomo mayor de Enrique I, sobrino del abad Martín de Finojosa, costeó las obras del refectorio. En el siglo XVI obtuvo ayudas y beneficios de Carlos I y Felipe II. Se levantaron otras construcciones y se agrandó el complejo monástico.
En 1833, con arreglo a la Desamortización de Mendizábal, fueron expulsados los monjes y sólo quedó la iglesia como parroquia. Enrique de Aguilera y Gamboa, marqués Cerralbo, hizo un estudio exhaustivo de todo el monumento, haciéndose cargo de dar a conocer toda la historia y el inventario de las obras de arte. Gracias a su labor, este monasterio pudo salvarse de la ruina total. En 1882 fue declarado monumento nacional.

El recinto

Todas las dependencias del monasterio (iglesia, claustro, huerta, panera (silo), bodegas, almacenes, campos de labor, etc.) están rodeadas de un muro con ocho cubos almenados. En el siglo XVI se rehizo la entrada ennobleciendo la puerta en cuyo frontón puede verse una imagen de la Virgen. En 1771 la puerta fue agrandada con un cuerpo superior que presenta otro frontón adornado con la jarra de azucenas, símbolo de pureza relacionado siempre con la Virgen María. La puerta da acceso a un atrio o plaza donde se encuentra a la izquierda la casa curato que en origen fue celda abacial, portería general y mayordomía. En frente está la fachada de la iglesia con un gran rosetón cuyos radios son columnillas, y una puerta de arco apuntado con molduras lisas y molduras de dientes de sierra. Los edificios que fueron monasterio propiamente dicho fueron construidos en el siglo XVI y sólo se conserva de finales del XII la iglesia, con algunas modificaciones de otros siglos y reconstruida y recuperada recientemente.

La iglesia

Interior de la iglesia, con el retablo mayor al fondo.
Fue fundada y colocada la primera piedra por Alfonso VIII de Castilla, el 20 de marzo de 1179. A finales del siglo XVIII se hicieron obras y cambios clasicistas. Se empezó a construir por el ábside semicircular. Las obras no se alargaron demasiado en el tiempo, con excepción de los cuatro últimos tramos de las naves, que fueron terminados ya entrado el siglo XIII. Se construyeron bóvedas sencillas y techumbre de madera en la nave central; todo ello fue sustituido en 1632 por bóvedas de lunetos. También fue cambiada la nave central en el siglo XVIII con una cornisa añadida, corrida sobre capiteles y se añadió la reja (una obra de arte de rejería) para aislar la clausura de los tramos destinados a parroquia. No se hicieron cambios en el exterior, donde se puede ver una de las más austeras construcciones de la arquitectura del Císter, con grandes contrafuertes en el doble muro.
Tiene planta de tres naves y crucero con cinco capillas absidiales con arcos apuntados y bóvedas de sencilla crucería. De los cinco ábsides, el del centro es semicircular y los otros cuatro son de planta rectangular, un modelo cisterciense que se siguió también en el monasterio de Santa María de Matallana (Valladolid).

Interior

  • La capilla mayor se halla cubierta por un retablo barroco de Félix Malo (de Calatayud), realizado en 1766. A ambos lados del retablo están colocadas unas urnas de mármol de Calatorao, del siglo XVII, con los restos del obispo Jiménez de Rada y del abad Martín de Finojosa. A los lados de la capilla se encuentran los sepulcros de los duques de Medinaceli, de 1632. En los muros del presbiterio hay grandes frescos del siglo XVIII que representan escenas de la Batalla de las Navas de Tolosa.
  • En el brazo sur del crucero se pueden ver dos grandes óleos de Alfonso VII y Alfonso VIII, también del siglo XVIII. Hay también dos sepulcros románicos de la familia Finojosa. El crucero da acceso a la capilla ochavada de Nuestra Señora del Destierro, construida entre 1747 y 1750, destinada a relicario. Allí se guarda una imagen románica de la Virgen que según la tradición es la que llevaba en su silla de montar Jiménez de Rada en la batalla de las Navas de Tolosa. Es una obra tosca y desproporcionada, de principios del siglo XIII. También se guarda el báculo de cobre con cabujones que fue hallado en el sepulcro del abad Martín de Finojosa. Por el brazo norte se pasa a la torre, edificada en el siglo XII, que tiene un chapitel añadido en el XVII. Desde la torre se accede a una dependencia que en el siglo XIII fue sala capitular, con entrada desde el claustro y que en el XVI se transformó en sacristía. Más al norte está la capilla de Profundis a la que se llega desde el claustro. Allí se exponían y velaban los cadáveres de los monjes hasta el momento de ser enterrados. Anteriormente parece ser que era un lugar de trabajo o biblioteca. El coro alto tiene una buena sillería de nogal fabricada en la segunda mitad del siglo XVI.

El refectorio

Vista del refectorio gótico.
En el muro norte se halla la fachada del refectorio, del siglo XII, que presenta un frontón con rosetón y una puerta con arquivolta muy parecida a la puerta principal de la iglesia. El refectorio es la obra maestra del monasterio. Se empezó a construir en 1215 a expensas de Martín Nuño de Finojosa, sobrino del abad Finojosa. Se trata de una gran nave con bóvedas sexpartitas y con bellos ventanales de arco apuntado que proporcionan mucha luz a la estancia. En uno de los muros se construyó la escalera embutida en la pared, cubierta por bóveda en rampa, que da acceso a la tribuna o púlpito desde el que un monje leía a sus compañeros algún libro piadoso mientras comían. El historiador español de arte Vicente Lampérez y Romea asegura que se trata del ejemplar más bello y amplio de todos los conocidos en España y que puede muy bien competir con los más hermosos de la Europa monástica. El historiador francés Elie Lambert hace unas declaraciones semejantes.
Este refectorio se comunica con una monumental cocina que tiene en el centro un inmenso hogar cuadrado, apoyado en cuatro arcos apuntados, interesantísimo ejemplar de tipo español.

Los claustros

Desde la nave izquierda de la iglesia se accede, por una puerta que se abrió en el siglo XII, al claustro llamado de los Caballeros; tomó este nombre porque fue lugar de enterramiento de familias de la nobleza y personas ilustres. Es un buen ejemplo de claustro gótico cisterciense.
Vista del claustro gótico/plateresco y de la torre.
Desde el claustro bajo de los Caballeros se asciende a la parte superior por una magnífica escalera de honor construida en 1600, que desemboca en el claustro alto, obra renacentista que se empezó a construir en 1533 y se terminó en 1547. Las galerías de este claustro presentan arcos muy rebajados y balaustres y una ornamentación de medallones que dan nombre a cada una de ellas:
  • Galería de Reyes (a partir de Enrique I)
  • Galería de Apóstoles
  • Galería de Adalides (caudillos militares)
  • Galería de Profetas
Por el interior de estas galerías pueden verse en determinados espacios los bustos de algunos monjes del monasterio que se destacaron por su virtud o por alguna otra cuestión.
Desde el claustro alto se accede a la biblioteca del siglo XII. Es un amplio salón decorado al gusto del siglo XVII. Se sabe que guardaba alrededor de 4.000 volúmenes, muchos de los cuales se conservan en la biblioteca pública de Soria.
Desde el claustro bajo se puede llegar al otro claustro llamado de la Hospedería, obra de estilo herreriano, construida aproximadamente hacia 1582. Uno de los laterales tenía las estancias destinadas a los peregrinos que iban camino de Santiago.
La sala capitular de este claustro es del siglo XII; se la conocía desde antiguo con el nombre de caballeriza de Alfonso VIII. Los historiadores consideran un error tal denominación a juzgar por su estructura y ornamentación, pero se desconoce su destino. En el ala occidental se encontraban el lagar y el granero.

Véase también

Notas

Bibliografía consultada

  • Catálogo Monumental de Castilla y León. Bienes inmuebles declarados, Volumen 2. Junta de Castilla y León. ISBN 84-7846-434-4
  • LAMPÉREZ ROMEA, Vicente (arquitecto). Historia de la arquitectura cristiana española en la Edad Media, tomo II. Madrid 1909
  • TARACENA, Blas y TUDELA, José. Guía de Soria y su provincia. Madrid 1973. ISBN 84-400-6197-8
  • ARADILLAS, Antonio e ÍÑIGO, José. Monasterios de España. PPC editores, S.A. ISBN 84-288-1381-7
  • Varios autores. Historia del Arte de Castilla y León, Tomo III. Arte gótico. Editorial Ámbito S.A. Valladolid 1995. ISBN 84-8183-003-8

Enlaces externos

Introducción
El Monasterio de Santa María de Huerta es uno de los más importantes monumentos de toda la provincia de Soria.
Fachada oeste de la iglesia del Monasterio de Huerta. Soria
A pesar de que su carácter románico es muy tardío evolucionando hacia el pleno gótico, la buena conservación de varias de las dependencias del Monasterio de Huerta permiten al visitante, como en pocos lugares, hacerse una idea de lo que supuso un complejo monástico cisterciense de finales del siglo XII y el XIII.
Se trata de un monasterio fundado en 1162, cuya edificación se inició en las últimas décadas del siglo XII, pero a sus dependencias fueron añadiéndose otras más modernas de transición o ya plenamente góticas.
Un poco de Historia
Arcosolio de Don Pedro de ManriqueA mitad del siglo XII, una primitiva comunidad de monjes cistercienses se instaló en Cántavos, a 15 kilómetros del actual monasterio. En Huerta tenían una granja a la que se trasladaron en 1162. A partir de estas fechas debió iniciarse el conjunto constructivo.
Si bien la colocación de la primera piedra por Alfonso VIII fuera dos décadas después, podría ser más un acto protocolario que efectivo.
Hay varios personajes destacados ligados especialmente a las primeras décadas de vida de este monasterio, como son el rey Alfonso VIII de Castilla, el abad San Martín de Hinojosa y el arzobispo Rodrigo Ximénez de Rada.
Alfonso VIII, rey de Castilla es uno de los grandes impulsores de la orden del Císter en su reino y hace importantes donaciones a Huerta.
Refectorio de los Monjes. Huerta
Martín de Finojosa impulsó la construcción medieval de Huerta en el siglo XII y llegó a ser obispo de Sigüenza.
Por su parte, Rodrigo Ximénez de Rada, una de las figuras políticas y religiosas del siglo XIII en la España cristiana (fue arzobispo de Toledo) hizo donaciones al monasterio y eligió ser enterrado aquí.
Huerta, posiblemente por la incidencia de estos personajes que también estuvieron relacionados con la construcción de la catedrales de Sigüenza y Cuenca y la introducción del primer gótico del norte de Francia, muestran algunas relaciones estilísticas puntuales, especialmente con la seo conquense y que iremos citando cuando surjan.
Acceso al recinto
Antes de ocuparnos de la iglesia del Monasterio de Santa María de Huerta haremos una muy breve referencia al recinto del monasterio. Todo cenobio medieval se encontraba rodeado de una cerca o muralla que lo aislaba del mundo y lo defendía de ataques. Éste es el caso también del monasterio que nos ocupa y todavía se pueden ver gran parte de los muros e incluso cubos cilíndricos de su vieja muralla medieval.
La puerta monumental del recinto monacal se encuentra alineada con la del templo, en el costado occidental y es un ejemplar renacentista del siglo XVI de estructura similar a un arco de triunfo romano, con arco de medio punto flanqueado por estructura de columnas toscanas y hornacinas. Por encima, hay un frontón triangular con la imagen de La Virgen y dos columnas jónicas en los extremos.
Interior de la iglesia
Una vez en la iglesia, apreciamos que se trata de un espacioso templo de planta de cruz latina con tres naves de cinco tramos, transepto resaltado en planta y alzado, y cabecera formada por ábside principal semicircular y dos capillas rectangulares a ambos lados a las que se unen otras dos iguales ya abiertas en los costados orientales del transepto.
Nave central de la iglesia del Monasterio de Santa María de Huerta, Soria
El interior muestra la clásica estructura de pilares que soportan los arcos formeros y las bóvedas de crucería del edificio. La particularidad está en la ausencia de columnas de apoyo en los pilares. Menos en la cebecera y transepto, todo está resuelto mediante pilastras y mensulones de rollos adosados a los pilares, lo que aumenta la sensación de austeridad por un lado y ese carácter anguloso cisterciense que se aleja de las redondeces románicas puras.
Transepto de la iglesia de Santa María de Huerta
Junto a la verja está el magnífico sepulcro vacío de Rodrigo Ximénez de Rada con su escultura yacente vestido de arzobispo soportada por tres leones.
Exterior de la iglesia
De la cabecera sobresale especialmente el ábside principal con grandes arcuaciones semicirculares ciegas en cuyos paños rehundidos se abren ventanales. Los canecillos de la cabecera y transepto son todos de finos rollos en degradación. Este motivo de antiguo origen califal se va a dar en numerosas iglesias sorianas (por ejemplo Almazán) y alcarreñas.
Ábside central
La fachada occidental es de una extraordinaria hermosura y verdadero emblema, junto al refectorio gótico del que luego nos ocuparemos, del Monasterio de Santa María de Huerta.
Los dos elementos fundamentales de que consta son la hermosa portada que se abre en el muro correspondiente a la nave central y el inmenso rosetón de más de ocho metros de diámetro.
La puerta tiene seis amplias arquivoltas de perfil apuntado y de distinta decoración geométrica, la mayoría basada en finos boceles, aunque hay una con dientes de sierra y otra angrelada. El guardapolvos lleva puntas de diamante. El conjunto columnario tiene capiteles de hojarasca vegetal gótica.
El famoso rosetón de Huerta
Por su parte, el rosetón es fruto de una reconstrucción de 1965 pues se hallaba cegado y alterado, pero se respetó la estructura original.
Tiene una fisonomía muy frecuente basada en dos círculos concéntricos (el interior con forma de sol) unidos por columnas y en el intradós del círculo exterior se muestran arcos de medio punto que cobijan trilóbulos y rombos en las enjutas. De nuevo, se aprecian similitudes con el rosetón del hastial norte de la catedral de Cuenca.
Rosetón del Monasterio de Huerta. Soria
Según excavaciones recientes, se sabe que delante de esta fachada existió un nártex porticado, estructura que ha dejado algunas huellas en el muro del hastial, como un arco y una fila de sillares alterados entre la clave superior de la puerta y el rosetón. Estas estructuras debieron pertenecer al abovedamiento de crucería del citado nártex.
Puerta de acceso a la iglesia desde el claustroOcultando la parte norte de este muro occidental hay un edificio que data del siglo XVI y que fue promovido tras la entrada en la Congregación de Castilla. Se trata de antiguas dependencias nobles del Monasterio (incluyendo el palacio abacial) hoy convertida en Hospedería y cuenta con puerta y ventanales clasicistas.
Otra puerta tiene esta iglesia que la comunica con el claustro y da a su costado septentrional.
Se trata de una portada extremadamente apuntada con arquivoltas de finos boceles y escocias.
Claustro Herreriano
Una vez entramos al conjunto monástico por la puerta antes citada de la Hospedería, el primer espacio abierto que encontramos es el cuadrado perfecto del claustro herreriano, construido a partir de 1583.
De aspecto radicalmente austero, tiene dos pisos con arquerías de medio punto cuyos arcos están separados por pilastras toscanas. En medio aparecen dos estatuas de San Martín de Finojosa y Rodrigo Ximénez de Rada.
Principales dependencias medievales
Dentro del apartado de dependencias medievales nos ocuparemos de las correspondientes a los legos: cilla y refectorio de conversos, y la de los monjes: claustro, restos de la sala capitular, cocina y refectorio gótico.
Puerta de comunicación entre el claustro y el refectorio de los monjes
Cilla
Al este del claustro herreriano nos encontramos con la cilla o almacén del monasterio. Es una estancia rectangular románica que ha sido alterada en bastantes aspectos. Por ejemplo, el suelo está recrecido con respeto al original y el largo de la estancia fue reducido para comunicar mediante un pasillo los dos claustros.

Está constituida por una serie de arcos diafragma de medio punto cuyos muros tienen ventanales de medio punto abocinados entre los mismos. Elemento de gran valor es la techumbre de madera que servía de techo de la cilla y suelo del dormitorio de los legos o conversos. Se considera original y está sostenido por ménsulas de rollos como los canecillos de la iglesia.
Refectorio de los Conversos
El Refectorio de Conversos es el lugar donde los hermanos legos comían y realizaban reuniones. Junto a la cilla es una de las partes más antiguas del monasterio, quizás del siglo XII o muy principios del XIII. Incluso hay quien piensa que estas dos dependencias son anteriores a la construcción del monasterio y serían parte de la Granja de Huerta anterior al traslado definitivo hasta aquí por los monjes de Cántavos.
Refectorio de los Conversos
Se trata de un magnífico espacio románico rectangular dividida en dos naves por una fila de grandes columnas exentas centrales del que parten los nervios de las bóvedas que también soportan mensulones de los muros. Los ventanales de este refectorio son sencillos y muy abocinados, con perfil de medio punto. Tanto las bóvedas como las propias de columnas dan a la sala una sensación de reciedumbre y hermosura difícil de explicar. Los capiteles de las columnas muestran decoración esculpido en bajo relieve, que aunque se insiste en asociarlo a lo mudéjar, más bien nos recuerda a motivos prerrománicos.
Claustro gótico
El claustro es obra del siglo XIII constituido pos galerías abiertas al patio central mediante grandes arcos ojivales sobre columnas. Lamentablemente, ha sufrido el parcial cegamiento de estos vanos, salvo algunos que han sido restaurados.
El abovedamiento de las pandas es de sobrias y perfectas bóvedas de crucería sencilla.
Arcosolio de los Condes de Molina
Hay que fijarse en varios arcosolios de sus muros correspondientes a antiguos enterramientos de personajes de la nobleza. Muy interesantes son los de los Condes de Molina y el de Don Pedro de Manrique. Es inevitable aquí hacer una referencia a la similitud de la arquería de este arcosolio con los del falso triforio de la catedral de Cuenca.
Claustro gótico y plateresco del Monasterio
Este claustro tiene un segundo piso superior de estilo plateresco construido en el siglo XVI y que está constituido por columnas que soportan arcos carpaneles, todo muy decorado como corresponde al estilo.
Sala Capitular
Ventanal cegado de la sala capitularLa Sala Capitular está muy alterada pero conserva la entrada y los ventanales laterales aunque ambos cegados. Toda esta estructura es de estilo románico y es obviamente anterior al claustro. Tal extremo se aprecia en la irregular situación en la que se encuentran las columnas truncadas que reciben los nervios de la bóveda de crucería del claustro y que se disponen asimétricamente en relación a los vanos de la sala.
A pesar de su sencillez, son destacables los arcos de medio punto que cobijan otros dos más pequeños con mainel central.
La antigua puerta de acceso está presidida por una imagen gótica de la Virgen y el Niño
Cocina
Las cocinas de los monasterios cistercienses no por su prosaica función son carentes de la monumentalidad propia de la orden. La de Huerta cumple con las características habituales de los monasterios cistercienses españoles. Tiene planta cuadrada, con ventanales en los muros y bóvedas de crucería. En medio está la chimenea, con forma de templete abierto a los cuatro lados mediante arcos ojivales.
Chimenea de la cocina
Refectorio de los monjes
El refectorio de los monjes es probablemente la estancia más célebre y valorada del monasterio de Santa María de Huerta. Este refectorio es uno de los primeros ejemplos y más perfectos del gótico primitivo que comienza a aparecer en España en Cuenca y Sigüenza procedente de Francia.
Monasterio de Huerta. Escalera del refectorio
Al refectorio se accede por una bonita puerta de arquivoltas apuntadas con zigzagueado desde la panda oeste del claustro. Encima de esta puerta y visible desde el interior del refectorio se abrió un hermoso rosetón circular con doce columnillas radiales cobijado en el seno de un arco de medio punto sobre columnillas.
Una vez ingresamos en este magnífico refectorio observamos que se trata de un amplio espacio rectangular de gran altura (comparable a la de la iglesia). La altura de este edificio se acrecienta mediante los ventanales rasgados de sus muros laterales. Por encima de este primer piso surgen columnas truncadas que soportan los nervios de las extraordinarias bóvedas sexpartitas que cubren el cielo de la construcción. Estas bóvedas, de nuevo vinculan directa o indirectamente Huerta con Cuenca y Sigüenza.
Arquitectura gótica primitiva: refectorio del Monasterio de Santa María de Huerta
También es magnífica la escalera que conduce al púlpito del lector y que está embebida en uno de los muros mediante arcos de cuarto de circunferencia sobre columnas exentas octogonales.
El hastial oeste del refectorio se abre al exterior mediante cuatro amplios y sencillos vanos apuntados en la parte inferior y dos preciosos ventanales superiores de arcos apuntados que cobijan dos menores del mismo perfil sobre el que hay sendos óculos hexalobulados.

VIDEO.
https://www.youtube.com/watch?v=ERA4BxNw7l4 

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