lunes, 4 de agosto de 2014

Jesucristo en la mitología comparada

El estudio de Jesucristo en la mitología comparada es el examen de las narraciones de la vida de Jesús en los evangelios canónicos, la teología y las tradiciones cristianas en relación con la mitología cristiana y otras religiones.
Durante más de un siglo, distintos autores han señalado numerosos paralelismos entre los puntos de vista cristianos sobre Jesús y otros principios religiosos o míticos. Entre ellos, los misterios grecorromanos, la mitología del antiguo Egipto y otras analogías generales en las que se encuentran patrones culturales compartidos de dioses que mueren y resucitan en el contexto del mito de Jesús1 .
Aunque algunos expertos siguen apoyando estas analogías, otros sostienen que las similitudes que se perciben no suelen tener bases históricas, que los judíos galileos monoteístas del siglo I no estaban abiertos a mitos paganos, y que las analogías están basadas normalmente en la paralelomanía, que exagera la importancia de parecidos poco significativos2 3 4 5

Mitología comparativa

Introducción

Se han señalado numerosos paralelismos entre los puntos de vista cristianos sobre Jesús y otros principios religiosos o míticos5 3 . No obstante, Eddy y Boyd afirman que no existe evidencia de una influencia histórica de los mitos paganos, como los dioses que mueren y resucitan en los autores del Nuevo Testamento, y muchos académicos admiten que este tipo de influencia histórica es totalmente inverosímil, dado que los judíos galileos monoteístas del siglo I no estaban abiertos a mitos paganos5 4 . Paula Fredriksen afirma que ningún trabajo de investigación serio sitúa a Jesucristo fuera del entorno del judaísmo palestino del siglo I6
Los expertos debaten un buen número de temas generales relacionados con los paralelismos entre Jesús y otros mitos. Por ejemplo, la simple existencia de la categoría «Deidad de vida, muerte y resurrección» se ha debatido lo largo del siglo XX, y muchos estudiosos modernos cuestionan la validez de la categoría5 7 . A finales del siglo XX, entre los estudiosos había un consenso general contra la fiabilidad de los razonamientos utilizados para sugerir esta categoría7 . Tryggve Mettinger (que la apoya) afirma que los expertos están de acuerdo en que la categoría es inadecuada desde una perspectiva histórica8 . Estudiosos como Kurt Rudolph sostienen que el razonamiento utilizado para la construcción de la categoría ha estado plagado de defectos7 .
Otros expertos, como Samuel Sandmel, profesor de Biblia y Literatura Helenística en el Hebrew Union College, consideran que las conclusiones que se extraen simplemente de similitudes observadas son totalmente inválidas3 . Sandmel dio al hecho de ir a la caza de similitudes el nombre de paralelomanía, un fenómeno por el que los estudiosos notan primero una supuesta similitud y después «proceden a describir fuente y derivación como si implicaran una conexión literaria que surge en una dirección predeterminada e inevitable», y por tanto exageran la importancia de parecidos insignificantes3 4 .

Misterios grecorromanos

Representación de Baco (adaptación romana de Dioniso) en un lienzo de Caravaggio de 1595
Se han encontrado paralelismos entre la mitología griega y la vida de Jesús. Un ejemplo que se remonta a principios del siglo XIX es el de Friedrich Hölderlin, quien en su libro Brot und Wein (1800–1801) sugirió parecidos entre Cristo y el dios griego Dioniso9
Eruditos modernos como Martin Hengel, Barry Powell y Peter Wick argumentan que el culto a Dioniso y el cristianismo muestran notables semejanzas10 11 . Señalan el simbolismo del vino y la importancia que ha tenido en la mitología que rodea tanto a Dioniso como a Jesucristo, aunque Wick arguye que el simbolismo del vino en el evangelio de San Juan, como la historia de la bodas de Caná, en la que Jesús convierte el agua en vino, se concibió para que Jesús pareciera superior a Dioniso12 .
Además, algunos expertos en mitología comparada afirman que tanto Dioniso como Jesús representan el arquetipo de dios que muere y resucita13 . Se han sugerido también otras semejanzas, como la celebración por medio de una comida ritual de pan y vino, y concretamente Powell afirma que en el culto a Dioniso se aprecian precursores de la noción cristiana de la transubstanciación14 . Otra afinidad se percibe en las bacantes, cuando Dioniso comparece ante el rey Penteo acusado de arrogarse la divinidad, que se compara con el relato del interrogatorio de Poncio Pilato a Jesús en el Nuevo Testamento11 12 14 .
E. Kessler argumenta que el culto a Dioniso se convirtió en un estricto monoteísmo hacia el siglo IV de la era cristiana, y al igual que el mitraísmo y otras sectas, el culto constituyó una instancia del «monoteísmo pagano», en competencia directa con el cristianismo primitivo durante la antigüedad tardía15 .

Mitra

La adoración de Mitra se practicó en buena parte del Imperio Romano a partir de mediados del siglo II d.C.16 17 . Este culto era un sincretismo de distintos ritos religiosos, centrados en el dios Mitra, que emerge de una roca. Su más estrecha analogía con el cristianismo es el sacrificio del toro: Mitra captura y sacrifica un toro clavándole un cuchillo, y del toro muerto surgen granos y plantas que simbolizan la vida. Mitra era un dios solar, estrechamente asociado al Sol Invictus romano18 .
Stanley Porter señala que el mitraísmo se consolidó en el Imperio Romano tras su expansión, y llegó a Anatolia a finales del siglo I gracias a los soldados romanos, en una época en la que los elementos básicos de los evangelios ya existían, y por tanto no pudo tener influencia sobre dichos elementos19 .
Los primeros autores cristianos señalaron semejanzas entre las prácticas mitraicas y los rituales cristianos, pero adoptaron un punto de vista extremadamente negativo del mitraísmo: interpretaron los rituales mitraicos como copias malignas de los rituales cristianos20 21 . En el siglo II, Justino mártir contrastó la comunión de iniciación mitraica con la eucaristía22 :
Por lo cual, también los malvados demonios de imitación han legado que lo mismo se haga en los misterios de Mitra. Por eso, en esos misterios se coloca pan y una taza de agua ante el iniciado con ciertas palabras que se pueden conocer o aprender.23
Tertuliano escribió después que como preludio a la ceremonia de iniciación se le daba al iniciado un baño ritual, y al final, se le aplicaba una marca en la frente. Tertuliano describió estos ritos como una falsificación diabólica del bautismo y de la unción de los cristianos24

Antiguo Egipto

Gerald Massey, alrededor de 1856
A principios del siglo XX, Gerald Massey alegaba que hay similitudes entre el dios egipcio Horus y Jesús25 . En la misma línea de ideas, en la década de 1940, Alvin Boyd Kuhn sugirió que no solo la cristiandad, sino también el judaísmo se basaban en conceptos egipcios, y más recientemente, Tom Harpur ha expresado opiniones similares en su libro El Cristo pagano (Tom Harpur es un antiguo pastor anglicano que admite en su libro que creía en un Cristo espiritual, pero dudaba de que hubiera existido un Jesús histórico)26 27 . Harpur reconoce a Massey y Khun como predecesores intelectuales de sus ideas, y el teólogo Stanley E. Porter afirma que buena parte del trabajo de Harpur se basa directamente en citas de Massey y Khun26 27 .
Porter señala que las analogías de Massey y Kuhn incluyen numerosos errores. Por ejemplo, Massey afirma que el 25 de diciembre se eligió como fecha del nacimiento de Jesús basándose en el nacimiento de Horus, pero el Nuevo Testamento no incluye ninguna referencia a la fecha o época del año en que nació Jesús28 29 30 . La primera fuente conocida que habla del 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Jesús es Hipólito de Roma, escrito hacia principios del siglo III, que se basa en la presunción de que la concepción de Jesús tuvo lugar en el equinoccio de primavera. Hipólito situó el equinoccio en el 25 de marzo, y luego añadió nueve meses, hasta el 25 de diciembre, estableciendo de esta forma la fecha de la fiesta31 . La cronografia romana de 354 incluye una referencia a la celebración de la Navidad en diciembre a partir del siglo IV32
Porter afirma que los graves errores históricos de Massey hacen que en ocasiones su trabajo no tenga sentido. Por ejemplo, Massey sostiene que las referencias bíblicas al rey Herodes el Grande se basan en el mito de Herrut, la malvada serpiente hidra, mientras que la existencia de dicho rey puede establecerse perfectamente sin recurrir a fuentes cristianas28 .
Según Harpur, Kuhn esperaba que sus ideas tuvieran un impacto darwiniano en los estudios religiosos, pero este impacto no se produjo, y los conceptos de Kuhn suelen ignorarse o rechazarse26 . Porter critica el trabajo de Kuhn a causa de varios errores, como el de confundir en sus conclusiones las fechas de la composición de la Mishná y del Talmud babilonio33 . Porter también critica las opiniones de Harpur, a menudo basadas en Kuhn, por su falta de rigor y coherencia28 .

Analogías de la resurrección

Los egipcios tenían rituales específicos de la cosecha que relacionaban la crecida y retirada de las aguas del río Nilo y el ciclo agrícola con la muerte y resurrección de Osiris34 . La siega de la cebada y el trigo estaba relacionada con la muerte de Osiris, mientras que el nacimiento de los brotes tenía su origen en el poder de Osiris para resucitar la tierra de labor34 35
Lecho de Osiris, en el que ayuda a la germinación de los granos y renueva el ciclo de la cosecha
Los lechos de Osiris, habituales en el antiguo Egipto, eran recipientes huecos con el aspecto de sarcófago del dios, rellenos de tierra y semillas que al crecer salían por los orificios de la tapa, representando su poder de controlar la naturaleza incluso después de muerto34 35 .
George Albert Wells, ideólogo del mito de Jesús, sigue viendo una analogía entre Osiris y la resurrección de Jesús según las epístolas paulinas, ya que Osiris muere y es enterrado el primer día y su resurrección se celebra el tercer día con el grito jubiloso de «Osiris ha sido encontrado»36 . No obstante, al cambiar su posición sobre Jesús en la historia, Wells sostiene ahora que el personaje que se menciona en la fuente Q no es totalmente mítico, y «no debe identificarse con el Cristo que muere y resucita en las epístolas primitivas»37 .
Bruce M. Metzger, estudioso de la Biblia, no ve una analogía directa, y señala que en un relato del ciclo de Osirirs, este muerte el 17 del mes de Hator (28 de octubre – 27 de noviembre) y revive el 19, y lo compara con el retorno a la vida de Cristo «el tercer día», pero considera que «resurrección» es una descripción cuestionable38 . A. J. M. Wedderburn declara que la resurrección en el antiguo Egipto difiere de la que aparece en la tradición judeocristiana, ya que los antiguos egipcios concebían la vida después de la muerte como una entrada en el reino de Osiris39 . Marvin Mayer apunta que algunos expertos consideran que la idea de la muerte y resurrección de los dioses en las religiones mistéricas pertenece a la fantasía, pero sugiere que esta opinión estaría motivada por inquietudes apologéticas, en un intento de mantener la resurrección de Cristo como un hecho único40

Analogías artísticas

Cuando Gerald Massey propuso sus teorías, se encontraron analogías artísticas entre los mitos egipcios y el arte cristiano de la época primitiva28 . Por ejemplo, Massey afirmó que la existencia de representaciones de lázaro envuelto en lienzos como una momia prueba que la resurrección de Lázaro tiene origen egipcio28 . Porter señala que el arte cristiano realizado siglos después de la escritura del Nuevo Testamento no podría haberlo influenciado28 .
Ciertos expertos ven semejanzas entre las estatuas de Isis y Horus y las representaciones posteriores de la Virgen con el niño41 . No obstante, las ilustraciones posteriores del arte cristiano tienen muy poco que ver con el origen de los textos bíblicos42 . Stephen Benko sostiene que algunas imágenes de María y Jesús comparten semejanzas con representaciones existentes de Horus e Isis en el arte del Antiguo Egipto43 . El egiptólogo Erik Hornung escribió que «Había una evidente analogía entre los niños Horus y Jesús y el cuidado que recibieron de sus sagradas madres: mucho antes del cristianismo, Isis llevaba el título de "madre de dios"»44

Budismo e hinduísmo

La historia de que Jesús viajó de adulto a India y estudió con budistas e hindúes antes de comenzar su ministerio en Galilea apareció por primera vez en el libro La vida desconocida de Jesucristo de Nicolás Notovitch (1894), que fue muy difundido y se convirtió en la base de otras teorías45 46 . La teoría de Notovitch fue desde el principio controvertida y muy criticada47 48 . Cuando los historiadores examinaron a fondo su historia, Notovitch confesó haber inventado las pruebas48 49
La crucifixión (1622), de Simon Vouet. Iglesia de Jesús, Génova. La crucifixión de Jesús es el punto central de la teología cristiana50
  • Robert Van Voorst sostiene que los expertos modernos se muestran «casi unánimemente de acuerdo» en que las teorías de viajes de Jesús al Tibet, Cachemira o India no contienen «nada de valor»51 .
  • Marcus Borg afirma que cualquier sugerencia de que Jesús viajó de adulto a Egipto o India y entró en contacto con el budismo «no tiene fundamento histórico»52 .
  • John Dominic Crossan asegura que ninguna de las teorías presentadas sobre los viajes de Jesús para rellenar el hueco entre su niñez y el comienzo de su ministerio tienen apoyos de eruditos actuales53 .
A pesar del rechazo a los viajes de Jesús se han señalado algunas analogías, como es el caso de Jerry H. Bentley, que plantea la posibilidad de que «el budismo influenciara el primitivo desarrollo de la cristiandad» y sugiere prestar «atención a muchos paralelismos referentes a nacimientos, vidas, doctrinas y muertes de Buda y Jesús»54 . Z. P. Thundy ha hecho un seguimiento de las similitudes y diferencias entre el relato del parto de Maya, al dar a luz a Buda, y el de María al nacer Jesús, y señaló que aunque existen semejanzas, como el parto virginal, hay diferencias, como que María sobrevive a Jesús después de criarlo, pero Maya muere poco después del nacimiento de Buda, como todas las madres de Buda en la tradición budista55 . Thundy no asevera que haya ninguna evidencia histórica de que los relatos cristianos del nacimiento de Jesús derivasen de las tradiciones budistas, pero propone ese tema para investigaciones posteriores55 .
Otros expertos han rechazado estas analogías. Por ejemplo, Leslie Houlden afirma que aunque en épocas modernas se han detectado paralelismos entre las enseñanzas de Jesús y Buda, estas comparaciones emergieron después de que hubiera contacto con misioneros en el siglo XIX y no hay evidencias históricamente fiables de que existiera relación entre el budismo y Jesús56 .
Estudiosos como Paul Numrich afirman que a pesar de las analogías superficiales no académicas, budismo y cristianismo presentan diferencias inherentes e irreconciliables en lo más profundo57 . La iconografía de las dos tradiciones subraya la diferencia de perspectiva entre Buda y Jesús, contrastado la pacífica muerte de Buda Gautama a avanzada edad con la cruda imagen de la crucifixión de Jesús como sacrificio voluntario para la expiación de los pecados de la humanidad56 . Los eruditos del budismo, como Masao Abe y D. T. Suzuki, ven la trascendencia de la crucifixión en el cristianismo como una irreconciliable brecha entre las vidas de Buda y Jesús56 58 59
A pesar de todo, algunos hindúes ve a Jesús como un avatar shaktavesha o una encarnación fortalecida.60

Teoría del mito de Jesús

Jesús como mito

David Friedrich Strauss, primer escritor en argumentar sistemáticamente que muchos relatos de los Evangelios eran un mito61
La «teoría del mito de Cristo» enuncia que es muy improbable que Jesús de Nazaret existiera, o que si lo hizo, no tuvo virtualmente nada que ver con la fundación del cristianismo62 63 64 . La noción de que nunca existió un Jesús histórico tiene muy pocos apoyos entre los expertos61 65 66 67 . No obstante, ciertos expertos europeos y norteamericanos argumentan que se debe continuar investigando y debatiendo este tema68 69 .
Los orígenes de la teoría del mito de Cristo se remontan a la Francia de finales del siglo XVIII, al trabajo de Constantin-Volney y Charles Dupuis.70 . En 1835, los escritos más metódicos de David Friedrich Strauss provocaron un escándalo en Europa. Strauss no negaba la existencia de Jesús, pero creía que se conocían realmente muy pocos hechos sobre él, y calificó de «míticos» los relatos sobre milagros de los Evangelios71 72 73 . En la misma época, Bruno Bauer comenzó a proponer ideas similares70 74 .
A principios del siglo XX, Arthur Drews, William B. Smith y John M. Robertson se convirtieron en los proponentes más reconocidos de la teoría del mito de Cristo70 75 . En épocas más recientes, eruditos como el profesor de alemán George Albert Wells y el profesor sueco de inglés Alvar Ellegård publicaron numerosos argumentos en apoyo de la teoría75 .
El debate sobre la teoría del mito de Cristo ha conocido un «masivo resurgir» desde la aparición de Internet76 se han publicado numerosos libros y documentales sobre el tema. Entre los expertos en el Nuevo Testamento que actualmente apoyan la teoría está en antiguo pastor baptista Robert M. Price, el sacerdote anglicano Tom Harpur y el sacerdote católico Thomas L. Brodie.

Paralelismos y analogías

Algunos eruditos modernos sostienen que los detalles de la vida de Jesús presentan similitudes con mitos antiguos y podrían estar influenciados por ellos1 , y otros estudiosos sostienen que las analogías no tienen base histórica2 . También hay argumentos en sentido contrario, como que la historia de la vida de Jesús, tal y como la relataron los primitivos cristianos durante los siglos II y III dio origen a nuevos movimientos religiosos como el gnosticismo77 .
Volney y Dupuis fueron los primeros autores modernos en presentar, alrededor del siglo XVIII, una analogía entre Jesús y otras deidades solares anteriores78 . A principios del siglo XX, John M. Robertson y William Benjamin Smith siguieron el mismo patrón e hicieron comparaciones similares entre Jesús y otras deidades solares79 . No obstante, estos argumentos fueron criticados por otros estudiosos, como F. C. Coneybeare y H. G. Wood, con el argumento de que las analogías no tenían base histórica79 .
En su libro «The Hero with a Thousand Faces» (El héroe de las mil caras) de 1949, Joseph Campbell avanzó la teoría de que solo había un único mito tras las historias de Krishna, Buda, Apolonio de Tiana, Jesús y otros héroes80 . Posteriormente, en «The Masks of God: Occidental Mythology» (Las máscaras de Dios: Mitología occidental), Campbell afirma que «está claro que, sea exacta o no en los detalles biográficos, la conmovedora leyenda del Cristo crucificado y revivido estaba ideada para añadir nueva calidez, inmediatez y humanidad a los viejos relatos sobre los adorados Tammuz, Adonis y Osiris»1 .
Otros especialistas rechazan la teoría de que las tradiciones cristianas más primitivas relacionadas con Jesús tengan explicación en las semejanzas con fuentes no cristianas81 . Por ejemplo, Paula Fredriksen afirma que no hay trabajos serios que sitúen a Jesucristo fuera del ámbito del judaísmo palestino del siglo I2 . Los estudiosos de la Biblia también suelen rechazar el concepto de dioses de muerte y resurrección homogéneos, cuya validez a menudo presuponen algunos defensores de la teoría del mito de Cristo, como el experto en el Nuevo Testamento Robert Price. Tryggve Mettinger, antiguo profesor de biblia hebrea en la Universidad Lund, es uno de los académicos que apoya la conjetura de los «dioses que mueren y vuelven de la muerte», pero afirma que Jesús no encaja en el patrón más amplio82

Películas y documentales

Numerosos documentales y películas de habla inglesa producidas entre 2005 y 2008 se centran en las similitudes entre Jesucristo y ciertas figuras mitológicas antiguas:

Véase también

Notas

  1. Campbell, Joseph (2003) The Masks of God: Occidental Mythology, Vol. 3, ISBN 978-0-14-019441-8, página 362
  2. Fredriksen, Paula. From Jesus to Christ. Yale University Press, 2000, p. XXVI
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  5. .The Jesus legend: a case for the historical reliability of the synoptic gospels por Paul R. Eddy, Gregory A. Boyd 2007 ISBN 0-8010-3114-1 páginas 53-54
  6. Fredriksen, Paula. From Jesus to Christ. Yale University Press, 2000, p. xxvi.
  7. Archetypes and Motifs in Folklore and Literature, de Jane Garry (1 de diciembre de 2004) ISBN 0765612607 páginas 19-20
  8. Mettinger, Tryggve N. D. (2001). The Riddle of Resurrection: Dying and Rising Gods in the Ancient Near East. Almqvist & Wiksell, páginas 7 y 221
  9. Problem of Christ in the Work of Fredrich Hoelderlin (Serie de textos y disertaciones) por Mark Ogden (31 de diciembre de 1991) ISBN 0947623361 página 151
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  21. Gordon, Richard. «FAQ». Consultado el 2011-03-22. «En general, al estudiar a Mitra y los otros cultos de misterios grecorientales, es aconsejable mantenerse alejado de cualquier información procedente de escritores cristianos: no son «fuentes», son apologistas violentos, y lo mejor es no creer ni una palabra de lo que dicen, por más tentador que resulte complementar nuestra ignorancia con ese material».
  22. Fritz Graf, «Baptism and Graeco-Roman Mystery Cults» en «Rituals of Purification, Rituals of Initiation» en Ablution, Initiation, and Baptism: Late Antiquity, Early Judaism, and Early Christianity (Walter de Gruyter, 2011), p. 105.
  23. Francis Legge (1950). Forerunners and rivals of Christianity: being studies in religious history from 330 B.C. to 330 A.D. Consultado el 12 de abril de 2011. «Por lo cual, también los malvados demonios de imitación han legado que lo mismo se haga en los misterios de Mitra. Por eso, en esos misterios se coloca pan y una taza de agua ante el iniciado con ciertas palabras que se pueden conocer o aprender.»
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  37. Can We Trust the New Testament? por George Albert Wells (Nov 26, 2003) ISBN 0812695674 páginas 49-50: «En mi primer libro sobre Jesús, afirmé que el Jesús del evangelio es una expansión totalmente mítica del Jesús de las primeras epístolas. El resumen de los argumentos del Jesús leyenda (1996) y del Jesús mito que se puede leer en esta sección del presente trabajo deja claro que ya no mantengo esa postura». En la página 50 Wells afirma que no está de acuerdo con Robert M. Price: «Mi opinión actual es esta: este complejo no es totalmente posterior a Pablo (la fuente Q, entera o en parte, puede datar incluso de año 50 d.C.), y si estoy en lo cierto, en contra de Doherty y Price, no todo es mítico»
  38. New Testament tools and studies", Bruce Manning Metzger, p. 19, Brill Archive, 1960
  39. "Baptism and resurrection: studies in Pauline theology against its Graeco-Roman background Volumen 44 de «Wissenschaftliche Untersuchungen zum Neuen Testament» Baptism and Resurrection: Studies in Pauline Theology Against Its Graeco-Roman Background", A. J. M. Wedderburn, p. 199, Mohr Siebeck, 1987, ISBN 978-3-16-145192-8
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  41. «Mary A central figure», Six Academic Experts, BBC Religion & Ethics, 2 de octubre de 2002, consultado el 5 de septiembre de 2009.BBC – Religions – Christianity: Mary
  42. Unmasking the Pagan Christ por Stanley E. Porter y Stephen J. Bedard 2006 ISBN 1894667719 página 28
  43. Benko, Stephen (1993). Virgin Goddess: Studies in the Pagan and Christian Roots of Mariology. Brill Academic Publishers. ISBN 978-90-04-13639-7.
  44. Hornung, Erik; David Lorton (2001). The Secret Lore of Egypt: Its Impact on the West. Ithaca, Nueva York: Cornell University Press. p. 60. ISBN 978-0-8014-3847-9.
  45. The Unknown Life Of Jesus Christ: By The Discoverer Of The Manuscript por Nicolas Notovitch (15 de octubre de 2007) ISBN 1434812839
  46. Forged: Writing in the Name of God--Why the Bible's Authors Are Not Who We Think They Are por Bart D. Ehrman (6 de marzo de 2012) ISBN 0062012622, página 252 «una de las falsificaciones más ampliamente difundidas se llama La vida desconocida de Jesucristo»
  47. Simon J. Joseph, «Jesus in India?» Journal of the American Academy of Religion Volumen 80, n° 1 pp. 161-199 «Max Müller sugirió que o los monjes Hemis habían engañado a Notovitch o el propio Notovitch era el autor de esos pasajes»
  48. New Testament Apocrypha, Vol. 1: Gospels and Related Writings por Wilhelm Schneemelcher y R. Mcl. Wilson (1 de diciembre de 1990) ISBN 066422721X, página 84 «un libro concreto de Nicolas Notovich (Di Lucke im Leben Jesus, 1894) ... poco después de la publicación del libro, ya se había descubierto que los informes de experiencias de viajes eran mentira. Las fantasías sobre Jesús en India también se reconocieron rápidamente como invención... Hasta hoy, nadie ha podido ver los manuscritos con las supuestas narraciones sobre Jesús»
  49. Indology, Indomania, and Orientalism por Douglas T. McGetchin (1 de enero de 2010), Fairleigh Dickinson University Press, ISBN 083864208X, página 133 «Enfrentado a este examen cruzado, Notovitch confesó haber inventado la evidencia»
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  57. The Boundaries of Knowledge in Buddhism, Christianity, and Science por Paul D Numrich (31 de diciembre de 2008), ISBN 3525569874, página 10
  58. Buddhism and Interfaith Dialogue, por Masao Abe y Steven Heine (1 de junio de 1995), páginas 99-100
  59. Mysticism, Christian and Buddhist, por Daisetz Teitaro Suzuki ((4 de agosto de 2002)) ISBN 1605061328, página 113
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  61. The Cambridge companion to Jesus, por Markus N. A. Bockmuehl, 2001, Cambridge Univ Press, ISBN 978-0-521-79678-1, páginas 214–215
  62. Bart Ehrman, Did Jesus Exist? Harper Collins, 2012, p. 12, citando como texto acreditado la definición completa de Earl Doherty en Jesus: Neither God Nor Man, Age of Reason, 2009), pp. VII-VIII: es «la teoría de que no existió un Jesús histórico merecedor de ese nombre, que el cristianismo comenzó con la creencia en una figura espiritual y mítica, que los Evangelios son esencialmente alegoría y ficción, y que no hay ni una sola persona identificable en la raíz de la tradición de la predicación galilea»
  63. A theory of primitive Christian religion, por Gerd Theissen, 2003, ISBN 0-334-02913-9, páginas 23–27
  64. Van Voorst, Robert E (2000). Jesus Outside the New Testament: An Introduction to the Ancient Evidence. Eerdmans Publishing. ISBN 0-8028-4368-9, páginas 7–8
  65. En una revisión de 2011 sobre el estado de la erudición moderna, Bart Ehrman (que es agnóstico secular) escribió: «Ciertamente existió, como cualquier experto competente sobre la antigüedad, cristiano o no, acepta». B. Ehrman, 2011 Forged : writing in the name of God. ISBN 978-0-06-207863-6, página 285
  66. Robert M. Price (ateo que niega la existencia de dios) reconoce que esta perspectiva va en contra del puntols de vista mayoritario entre los eruditos: Robert M. Price, «Jesus at the Vanishing Point» en The Historical Jesus: Five Views, editado por James K. Beilby & Paul Rhodes Eddy, 2009 InterVarsity, ISBN 028106329X, página 61
  67. Robert E. Van Voorst sostiene que los estudiosos de la Biblia y de la historia clásica consideran que las teorías sobre la no existencia de Jesús están totalmente refutadas. Van Voorst, Robert E (2000). Jesus Outside the New Testament: An Introduction to the Ancient Evidence. Eerdmans Publishing. ISBN 0-8028-4368-9, página 16
  68. Is This Not the Carpenter?: The Question of the Historicity of the Figure of Jesus, editado por Thomas L. Thompson y Thomas S. Verenna, 2012
  69. Davies' artículo Does Jesus Exist? en bibleinterp.com
  70. The historical Jesus in the twentieth century, 1900–1950, por Walter P. Weaver ,1999, ISBN 1-56338-280-6, páginas 45-50
  71. The historical Jesus question, por Gregory W. Dawes, 2001, ISBN 0-664-22458-X, páginas 77–79
  72. The Life of Jesus, Critically Examined, por David Friedrich Strauss, 2010, ISBN 1-61640-309-8, páginas 39–43 y 87–91
  73. The making of the new spirituality, por James A. Herrick, 2003, ISBN 0-8308-2398-0, páginas 58–65
  74. The Blackwell Guide to Continental Philosophy, editado por Robert Solomon, David Sherman, 2008, ISBN 978-1-4051-4304-2, página 64
  75. Van Voorst, Robert E (2000). Jesus Outside the New Testament: An Introduction to the Ancient Evidence. Eerdmans Publishing. ISBN 0-8028-4368-9, páginas 11–15
  76. Maurice Casey, «Mythicism: A Story of Bias, Incompetence and Falsehood», New Oxonian, 22 de mayo de 2012
  77. Komoszewski, JE; Sawyer, MJ y Wallace, DB (2006). Reinventing Jesus. Kregel Publications. p. 237. ISBN 978-0-8254-2982-8.
  78. The Birth of Orientalism (Encounters with Asia), por Urs App, 2010, Univ Pen Press, ISBN 0812242610, páginas 457–459
  79. Van Voorst, Robert E. (2000). Jesus Outside the New Testament: An Introduction to the Ancient Evidence, ISBN 0-8028-4368-9, páginas 11–12
  80. Bennett, Clinton In search of Jesus: insider and outsider images, página 206
  81. Bromiley, Geoffrey W. (ed.) «Jesus Christ», The International Standard Bible Encyclopedia. Eerdmans, 1982, p. 1034;
    • Véase también Dunn, James D. G. «Myth» en Joel B. Green, Scot McKnight y I. Howard Marshall (ed.) Dictionary of Jesus and the Gospels. InterVarsity, 1992, p. 566.
  82. Smith, Mark S. The Ugaritic Baal Cycle (Brill, 1994, p. 70) y Mettinger, Tryggve N. D. The Riddle of Resurrection (Almqvist & Wiksell, 2001, pp. 7, 221). *Para el argumento de que la teoría del mito de Cristo se apoya en parte en esta idea, ver Price, Robert M. «Jesus at the Vanishing Point» en James K. Beilby & Paul Rhodes Eddy (eds.) The Historical Jesus: Five Views, InterVarsity, 2009, p. 75.

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