viernes, 1 de agosto de 2014

Papa Clemente III

Reinó en 1187-1191
Clemente III, Papa (PAOLO SCOLARI), fecha de nacimiento desconocida; elegido el 19 de diciembre de 1187 y fallecido el 27 de marzo de 1191. Durante el breve tiempo (1181-1198) que separó los gloriosos pontificados de Alejandro III e Inocencio III no menos de cinco pontífices ocuparon la sede papal en rápida sucesión. Todos eran veteranos que se habían formado en la escuela de Alejandro y sólo necesitaban su vigor juvenil y larga duración de su reinado para ganar renombre duradero en una época de grandes acontecimientos. Gregorio VIII, murió el 17 de diciembre de 1187, tras un pontificado de dos meses, en Pisa, a donde había ido para preparar la reconquista de Jerusalén. Dos días más tarde le sucedió el cardenal-obispo de Palestina, Paolo Scolari, romano de nacimiento. La elección fue particularmente aceptable para los romanos, porque era el primer romano elegido papa desde los días de la rebelión de Arnaldo de Brescia y su conocida mansedumbre y amor de la paz prometían una reconciliación, que ellos necesitaban más que el papa.
Se hicieron intentos de concluir un tratado formal en el que se asegurara tanto la soberanía papal como las libertades municipales y el siguiente mes de febrero Clemente entró en la ciudad entre el entusiasmo sin límites de una población que nunca parecía haber aprendido el arte de vivir con el papa o sin el papa. Sentado en el Laterano, el papa dirigió su atención a la gigantesca tarea de reunir fuerzas de la Cristiandad contra los sarracenos. Fue le organizador de la Tercera Cruzada y aunque éste produjo resultado s insignificantes, la culpa no fue suya. Envío legados a las diferentes cortes que intentaron restablecer la armonía entre los príncipes monarcas beligerantes, tratando de encauzar sus energías hacia la conquista del Santo Sepulcro. Animados por el ejemplo del emperador Barbarroja y de los reyes de Francia un innumerable número de guerreros se dirigieron a Palestina y a su muerte. Al morir Clemente, poco antes de la captura de Acre, el panorama parecía brillante, a pesar de que Barbarroja se había ahogado y Felipe Augusto volvió a Francia.
La muerte del principal vasallo del papa, Guillermo II de Sicilia precipitó otra refriega desafortunada entre el papa y los Hohenstaufen. Enrique IV hijo y sucesor de Barbarroja reclamó el reino por el derecho de su mujer Constanza, la única superviviente legítima de la casa de Roger. El papa que veía peligrar su independencia si el imperio y las Dos Sicilias caían en manos del mismo monarca, así como también los italiano s que se oponían al gobierno de extranjeros, se decidieron a resistir y cuando los sicilianos nombraron rey a Tancredo de Lecce, un valiente pero ilegítimo descendiente de la familia de Roger, el papa le concedió la investidura. Enrique se dirigió a Italia con un fuerte ejército para imponer su reclamación. Pero Clemente murió y el asunto pasó a manos de su sucesor, Celestino III.
Con sabia moderación logró aquietar las alteraciones causadas por unas discutidas elecciones en las diócesis de Trveris, en Alemania y St. Andews, en Escocia. Liberó a la iglesia escocesa de la jurisdicción del metropolitano de York y las puso directamente bajo la Santa Sede. Clemente canonizó a Otto de Bamberg, apóstol de Pomerania (m. en 1124) y a Esteban de Thiers en Auvernia, fundador de los ermitaños de Grammont (m. 1124).

JAMES F. LOUGHLIN
Traducido por Pedro Royo


  • Published by Encyclopedia Press, 1913.

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