miércoles, 3 de diciembre de 2014

Carismáticos.

La Renovación Carismática es un reavivamiento de la experiencia de Pentecostés, con el ejercicio de los distintos carismas y la vivencia de los frutos del Espíritu.

Nació bíblicamente, en cierta forma, de las tres listas de carismas y ministerios que da San Pablo en 1 Cor. 12. Fue iniciada, en nuestro siglo, por un grupo de “Pentecostales”, y es de un dinamismo explosivo, que ha invadido prácticamente todas la denominaciones cristianas, incluída la Iglesia Católica... es la “explosión del Espíritu” de los últimos tiempos del Joel y Pedro (Hechos 2:17-21, Joel 2:28-32).

En retiros carismáticos y en seminarios del Espíritu, se trata de revivir la experiencia de Pentecostés... ¡y se revive! Seglares o religiosos comienzan a hablar en lenguas y a profetizar y hay sanaciones de enfermedades y liberaciones del alcohol, de las drogas, de los celos... y el ama de casa, que antes sólo se ocupaba de sus novelas, ahora quiere ir de retiro en retiro para sentir de nuevo el “descanso en el Espíritu” y dar testimonio del Señor... y el joven que antes andaba sin rumbo, entre gangas y drogas, ahora se dedica a llevar la palabra de Dios a donde pude y donde puede y a tratar de ser una persona útil a la sociedad, formándose en la escuela para una profesión o trabajo... y el mecánico se da cuenta que también es Iglesia, con el don de sanaciones o profecía, y ahora se dedica a imponer las manos sobre los enfermos ¡que se curan!, o a ser testigo de las maravillas del Señor de retiro en retiro... y entran muchas ganas de comprender, y vivir, la Biblia... y en la Renovación Carismática Católica, se comienza a asistir con más devoción y amor a la Santa Misa, y a rezar el rosario con más sentido, y a confesarse con frecuencia...y no sólo se practican los carismas de 1 Cor. 12, de sanaciones, milagros, lenguas... sino que se vive con conciencia los frutos del Espíritu de Gal. 5:22, y por supuesto, donde hay amor y gozo y paz y bondad y benignidad y paciencia, ahí pasan cosas grandiosas y maravillosas... hay cambios de vida, y arrepentimientos, y los tibios se ponen a servir, y los calientes se incendian de amor y servicio...

La Virgen María es la “Primera Carismática”del Nuevo Testamento, porque fue la primera sobre la que descendió el Espíritu, en Mt. 1 y Lc. 1, y se llenó de Jesús, ¡y ésta es la esencia de la renovación carismática!... y llena de Jesús hizo dos cosas: La primera se fue aprisa a servir”, a ayudar a su prima Isabel; y la segunda, cantó las glorias de Dios en el Magnificat (en Lc. 1: 46-56)... ¡y estas son las dos características del carismático: Servicio y alabanza al Señor.

Toda esta potencialidad grandiosa, tiene también sus problemas de posibles desviaciones y hasta herejías... y el problema más grande en la Iglesia Católica es que algunos sacerdotes se desentienden de los carismáticos, o hasta los rechazan... Por eso, en sus varios discursos a la Renovación, el Papa Juan Pablo II en lo primero que ha insistido, ha sido en que los sacerdotes tienen la obligación de atender a los carismáticos en sus parroquias: 

“Podéis decir”, dijo el Santo Padre, que el Papa lo hace también”. En su último discurso a la Renovación Carismática Católica, enfatizó el hecho que tiene que ser una, como la Iglesia misma, Jerárquica, Carismática, Sacramental, Mariana, y de Servicio”... y puso la Renovación bajo la protección de la Virgen María, a quien nombró su “Patrona”.

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