miércoles, 24 de diciembre de 2014

ENANOS Y BAILARINAS.

 
(Mt 14,1-12; Mc 6,17-29)
Mateo y Marcos, los dos evangelistas que narran la ejecución de Juan el Bautista (Mt 14,1-12; Mc 6,17-29), omiten deliberadamente en su versión de los hechos dar el nombre del principal protagonista del relato, presentada solamente como "hija de Herodías".

En una narración en la que todos los personajes llevan nombre (el festejado es Herodes, el muerto es Juan, la que pide el asesinato, Herodías) llama la atención la omisión del nombre de la hija de Herodías, Salomé, de "Shalom", "paz" (Ant. 18,136.137).

Habitualmente los evangelistas presentan un personaje anónimo cuando, más allá de su real dimensión histórica, lo creen representativo de cuantos se pueden reconocer en sus rasgos: es raro que de una persona, de la que se sepa cómo se llama, se evite el nombre.

En el episodio la omisión del nombre se explica porque Salomé es presentada como persona sin cáracter ni voluntad propia, sólo como peón de una intriga macabra en la que los evangelistas prefiguran el complot que llevará al asesinato de Jesús.

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