"Canon"
es la lista establecida por la autoridad de la Iglesia, de los Libros
Sagrados considerados como Revelación Divina. Estos libros en su
conjunto se llaman Las Sagradas Escrituras o La Biblia. Ver lista completa
El Canon garantiza cuales son los Libros Sagrados y cuales son los apócrifos o dudosos.
Sólo la autoridad pública, infalible y universal de la Iglesia pudo inscribir los libros en el canon (que
ya está cerrado). Es la Iglesia (no los libros) quién da la regla para
saber cuales son incluidos. La Iglesia es por tanto la autoridad que
nos da la Biblia y la discierne por la gracia a ella otorgada por el
Espíritu Santo.
El nombre de "canon" fue utilizado para las Sagradas Escrituras por primera vez por San Atanasio en sus Decretos del Sínodo de Nicea (350a.).
Los
judíos no empleaban la palabra canon pero si catalogaron los Libros
Santos. La primera lista completa de libros bíblicos con sus autores,
compuesta durante el Antiguo Testamento, aparece en el Talmud
Babilónico.
La Septuagésima es
la traducción griega de Libros Sagrados del A.T. Esta lista contenía
libros adicionales (libros mas recientes y originalmente escritos en
griego llamados por algunos deuterocanónicos) y los organizó en forma
diferente. Esta traducción comenzó con el Pentateuco en el siglo III
a.C.
En los primeros años del cristianismo no existía un canon fijo. Las polémicas con los herejes, particularmente con Marción,
que rechazaban libros generalmente reconocidos por los Padres, hizo que
la Iglesia definiera con autoridad la lista de los libros sagrados (el
Canon). La controversia sobre que libros son canónicos fue larga,
extendiéndose hasta el siglo IV y aun mas tarde.
La Iglesia reconoció como canónicos todos los libros del Antiguo Testamento
según la tradición de la traducción griega de la Septuagésima. Estos
libros eran generalmente reconocidos como Sagrados por los judíos y por
los cristianos del primer siglo. Esta es la traducción a que hacen referencia los autores del Nuevo Testamento.
El canon del Nuevo Testamento
se definió en el siglo IV tras un largo proceso de discernimiento. El
mismo nombre de "Nuevo Testamento" no se usó hasta el siglo II. Uno de
los criterios para aceptar o no los libros fue que tuviese como autor a
un apóstol; su uso, especialmente en la liturgia en las Iglesias
Apostólicas y la conformidad con la fe de la Iglesia. Fue bajo estos
criterios que algunos evangelios atribuidos a los Apóstoles (ej. Ev de
Tomás, Ev. de Pedro) fueron rechazados. El evangelio de San Juan y el
Apocalipsis se consideraron por largo tiempo como dudosos por el
atractivo que tenían con grupos sectarios y milenaristas.
A
la Biblia Protestante le faltan siete libros del Antiguo Testamento
porque Lutero los quitó en el siglo XVI a pesar de que toda la
cristiandad desde el tiempo de Jesús hasta el los reconocían como parte
de las Sagradas Escrituras. Ahora algunos Protestantes le llaman a esos
libros "Deuterocanónicos" >>>
La
Iglesia católica, en el Concilio de Trento (1545-63), confirmó el canon
de siempre, con 46 escritos en el Antiguo Testamento y 27 en el Nuevo
Testamento.
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