Lo peor que le puede ocurrir a un gallero que se precie a serlo, lo
más humillante y bochornoso no es que su gallo pierda la pelea y mucho
menos después de haberlo hecho dignamente. Lo que más desmoraliza es que
en el transcurso de la pelea y delante de los espectadores, su gallo
abandone acobardado. En ese mismo momento el gallero recibirá la burla
de sus compañeros, a parte del desprestigio que supone para el resto de
los gallos que vaya a presentar a pelear. El gallo demuestra su
cobardía, agachando las alas desmadejado, le vuelve la cola mansamente a
su contrincante y se repliega con un lastimoso cacareo. A este canto
del gallo en ese momento es al que se le dice que ha cantado la gallina.
A su vez este es un dicho popular "Canto la Gallina", que se
produce cuando alguien dice de hacer algo y después se echa para atrás y
no lo hace.
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