El mundo de las
cofradías es complejo y de plena actualidad. A la hora de analizarlo, desde un
punto de vista pastoral, distinguimos diversos niveles.
1. Identidad: ¿qué
es y para qué sirve una cofradía?
Dentro de la
Iglesia, una cofradía es una asociación de fieles o bautizados, unidos para
hacer el bien y ayudarse en su vida cristiana.
Según el CDC (cc.
298-329) las asociaciones de fieles buscan: - el fomento de una vida más
perfecta; - la promoción del culto público; - la promoción de la doctrina
cristiana; - las obras de apostolado y de caridad; - la transformación de la
sociedad.
Una asociación de
fieles trata de llevar a cabo la misión de la Iglesia: comunión, evangelización,
celebración y compromiso.
La tipología puede
ser: - Pía unión: para obras de caridad o piedad. - Hermandad: una pía unión
organizada como comunidad orgánica. - Cofradia: hermandad para el culto divino y
para obras de caridad.
En una cofradía, se
hace realidad que fe y obras van unidos ("a Dios rogando y con mazo dando");
Culto y compromiso unidos; y el claro protagonismo de los fieles laicos.
Titularía la misión
de una cofradía hoy: "Evangelizar desde la memoria para la esperanza".
Las cofradías,
tradicionalmente, se han centrado en estos campos: - misterios de misión y
muerte del Señor; - devociones sacramentales; - piedad mariana; -culto a los
difuntos.
2. ¿Qué se pide hoy
de una cofradía?
Analizemos tres
documentos:
a) El primero, de
los Obispos del Sur en su escrito sobre "Hermandades y cofradías"
(octubre 1988): Una cofradía es la religión, con sabor a pueblo. - Su fin: culto
y apostolado, unidos. -Su identidad: cristiana y eciesial. - Sirven: para ayudar
a vivir la fe (no puntualmente, sino permanentemente); son modelos de referencia
para la comunidad y, por lo mismo evangelizadoras; conservan tradiciones
abriéndolas al futuro. - Peligros que se pueden detectar: desentendimiento
general ("sólo compromete el pago de la cuota anual); mucho culto y poco
compromiso social o coherencia de vida; mucha veneración de las "imágenes
estáticas" y poco compromiso con las imágenes vivientes (hombres); mucha
importancia a la pasión-muerte del Señor y poco a la resurrección y al
sacramento vivo de la Eucaristía.
b) Segundo
documento, de Iglesia en Castilla (Marzo de 1997): Se pide a las
cofradías, fomentarlas, no quitarlas, pero desde un discernimiento, sin
confundir continente y contenido. - Formar a los cofrades. - Compromiso doble:
cultual y apostolado. - Potenciar una espiritualidad de solidaridad: Cristo
sufriente sigue vivo en los sufrientes de hoy. - No perder el sentido cristiano
de una cofradia, dejándose manipular por otros intereses (económicos,
floklóricos, turísticos, etc.). - Que tenga actividades y continuidad durante
todo el año.
c) Tercer
documento; está escrito por A. Amezcua (Cf. "Iglesia en Camino", 15-3-98,
pág. 5), quien aboga por una cofradía renovada. Diez formas de construir y
revitalizar una cofradía. Reproducimos casi literalmente lo expresado por este
autor:
1. Saber que una
cofradía tiene los mismos fines que la Iglesia: mostrar el amor de Dios a los
hombres, en Jesucristo, y lograr la santidad de todos sus miembros.
2. Las formas de
una cofradía deben ser sinceras, dignas y sencillas.
3. El amor al
prójimo debe ser concreto y real, y no fingido o superficial. Y con gestos
concretos, que partan de la misma Cofradía o que apoyen otras iniciativas.
4. La cofradía debe
ayudarnos, en resumen, a renovar nuestro compromiso como "sacerdotes, profetas y
reyes".
5. Establecer entre
todos, los medios adecuados para la formación de los miembros de la Hermandad.
6. Equilibrar los
aspectos interiores con los exteriores de la Hermandad, pues se dan casos, y no
pocos, en que todo lo aparente es muy bello, pero en el fondo está vacío. Hay
Cofradías con un gran escaparate de imágenes, tronos e insignias, pero su
corazón está vacío de verdadero amor a causa de divisiones, recelos y rencores.
7. Entrar en
comunión con las demás asociaciones e instituciones de la Parroquia y de la
Diócesis, pues de otro modo las Hennandades quedan aisladas del proceso de
crecimiento comunitario, convirtiéndose en una especie de rincón de las
tradiciones populares.
8. Cumplir con
fidelidad los estatutos, en cuanto a sus cargos, funciones y tareas, sabiendo
que las leyes marcan los minimos imprescindibles y el Evangelio los máximos
hacia los que se ha de tender: hemos de trabajar desde las nonmas hacia el
espiritu con ilusionado tesón.
9. Hacer que la
Cofradía sea un ámbito de participación creativa y comunitaria, sin
protagonismos individualistas, para la búsqueda de objetivos comunes que
ilusionen a todos, no sólo en el esplendor externo del "escaparate" sino, sobre
todo, en la fecunda organización de la "trastienda", que no se ve pero que es
mucho más importante.
10. Poner tanto
amor, tanta reciedumbre y tanto tesón que las dificultades no puedan ocultar la
luz del amor a Cristo y a María, en el servicio al prójimo más necesitado y en
los lazos de la amistad cofrade. Si el orgullo impide la amistad y los gastos
suntuarios la solidaridad, entonces no hay Hermandad posible por mucho que así
se las llame o tengan siglos de antigüedad.
Raúl Berzosa
Martínez
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