La >Didaché y la >Tradición apostólica de Pseudo-Hipólito son los
textos canónicos y litúrgicos mejor conocidos que llevan el calificativo de
«apostólico» o están adscritos a alguno de los apóstoles o a alguien como
Clemente, perteneciente al círculo apostólico. La pseudoepigrafía era
generalmente aceptada en la Antigüedad: era una manera de afirmar que la obra
pretendía ser fiel al pensamiento o la tradición de una persona o escuela; por
otro lado facilitaba la difusión del libro o la idea, prestándole a una obra
reciente el prestigio de un maestro antiguo. Las atribuciones a los apóstoles
crecen pues de valor histórico, pero tienen un significado importante: los
autores o compiladores desean revestir el documento de la autoridad apostólica.
Estas colecciones son una fuente de información de inestimable valor acerca de
la vida de la Iglesia en los primeros siglos, siempre que tengamos en cuenta la
advertencia de B. Botte: que pueden reflejar el ideal reformador de su
autor/compilador, que no tiene por qué coincidir con la realidad de su Iglesia
de origen y, por consiguiente, han de usarse sólo con la mayor atención crítica.
El género literario de estos documentos es variado: cartas de un «apóstol» o
«apóstoles», sermones, cánones o prescripciones relativas a la moral, la
liturgia o las instituciones eclesiásticas. Muchos presentan oraciones
litúrgicas, que podían ser de uso común o modelos de celebración.
Hay que distinguir entre obras o textos individuales y colecciones de textos.
Las colecciones más importantes son las siguientes:
1) El Octateuco clementino, una compilación
de fuentes más antiguas realizada en el siglo VII. Los dos primeros libros
contienen el Testamentum Domini, una obra de los siglos IV-V sobre el
orden en la Iglesia, la construcción de iglesias y una liturgia completa. El
tercer libro contiene La doctrina de los doce apóstoles, una compilación
anterior. En otros libros están el tratado sobre los carismas de las
Constituciones apostólicas, buena parte del material de textos litúrgicos de
la Tradición apostólica y varios cánones. Se le llama Octateuco
para distinguirlo de las Constituciones apostólicas, también en ocho
libros e igualmente atribuidas a Clemente. Hay traducciones antiguas que
difieren sustancialmente de este Octateuco siríaco.
2) El Sínodo alejandrino, que incluye la Tradición apostólica y la
Constitución eclesiástica de los após toles. Esta última obra es conocida
también como la Constitución apostólica y como Los cánones apostólicos
eclesiásticos, siendo su primer título Ordenanzas de los santos apóstoles
a través de Clemente. Es de comienzos del siglo IV y presenta a los
apóstoles reunidos para establecer normas relativas a la Iglesia: la doctrina de
los dos caminos en la sección moral (2-14), una sección disciplinar que contiene
normas para el orden en la Iglesia (15-28) y una conclusión (29-30). Hay una
traducción árabe que añade 56 cánones, de ahí que a veces se la conozca como
Los 127 cánones.
3) Las >Constituciones apostólicas es la más conocida de las colecciones.
Es una compilación siropalestinense de finales del siglo IV. Los libros I-VI
contienen un texto de la Didascalia apostolorum, un manual pastoral sirio
de comienzos del siglo III que trata de cuestiones litúrgicas, morales y
canónicas de modo un tanto caótico", pero notable especialmente por su postura
no rigorista en relación con la penitencia (Sacramento de la >Reconciliación).
El libro VII contiene la Didaché y varias oraciones. El libro VIII tiene
dos capítulos sobre los carismas, La tradición apostólica y 85 cánones
apostólicos. El sínodo / trullano condenó las Constituciones apostólicas,
a excepción de la última parte; pero esto no tuvo mayor repercusión en la
literatura canónica posterior.
4) Los fragmentos de Hauler de MS Verona LV (53). Entre las Sentencias de
Isidoro de Sevilla este texto de finales del siglo IV contiene partes de la
Didascalia apostolorum, La tradición apostólica y
la Constitución eclesiástica de los apóstoles
Un documento que tuvo existencia independiente de estas colecciones fueron los
Cánones de Hipólito, que constan de 38 cánones y un sermón; se trata de
una reelaboración de la Tradición apostólica. El original griego de
finales del siglo IV se ha perdido, pero tenemos traducciones probablemente del
siglo VI.
Los documentos clave contenidos pues en estas colecciones son los siguientes: la
Didaché, la Tradición apostólica, la Didascalia apostolorum y
La constitución eclesiástica de los apóstoles/Cánones apostólicos. Aunque
los documentos —a excepción de la Didaché— muestran grandes variaciones
según las distintas vías de transmisión, ya que son reflejo de las Iglesias en
que fueron transcritos, contienen no obstante temas básicos que pueden resumirse
en la siguiente enumeración: preceptos morales, presentados a veces como «los
dos caminos» (tema que aparece en varios documentos primitivos); cuestiones
sobre la ordenación y las instituciones de la Iglesia; puntos relativos a la
iniciación cristiana; instrucciones para los distintos grupos de personas dentro
de la Iglesia; textos litúrgicos, especialmente eucarísticos. Aunque no se puede
establecer una fuente común para todos estos documentos, puede decirse que
reflejan, de un modo no fácil de determinar, algunos elementos procedentes del
siglo II y, por tanto, de una época todavía apostólica.
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