sábado, 14 de marzo de 2015

Catalina de Alejandría.

Catalina de Alejandría
Michelangelo Caravaggio 060.jpg
Por Caravaggio, (1598)
Santa, virgen y mártir
Nacimiento ca. 287
Alejandría, Egipto
Fallecimiento ca. 305
Alejandría, Egipto
Venerada en Iglesia copta, Iglesia católica, Iglesia ortodoxa, Comunión anglicana
Principal Santuario Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí
Festividad
Atributos la palma, la espada y la rueda arpada, todas indicativas del martirio; la corona, por alusión a la realeza; el libro, como símbolo de sabiduría
Patronazgo Filósofos, estudiantes, oficios relacionados con las ruedas; la ciudad de Jaén; la villa de Berlanga de Duero en Soria; Majadahonda en Madrid; Usulután (El Salvador).Catalina de Alejandría, mártir cristiana del siglo IV. Su fiesta se celebra el 25 de noviembre, (24 de noviembre en la Iglesia ortodoxa). Su culto tuvo difusión por toda Europa a partir del siglo VI, con énfasis entre los siglos X y XII. Está incluida en el grupo de los santos auxiliadores y es invocada contra la muerte súbita.

Índice

Hagiografía

Las noticias sobre la vida de Catalina de Alejandría las proporcionan documentación muy tardía.1 El documento más antiguo es la Passio, redactada inicialmente en griego entre los siglos VI y VIII, muy conocida a partir del siglo IX a través de la versión latina. Existen además otros textos hagiográficos, entre los que se destaca la Conversio, quizá influida por la mística femenina benedictina. El contenido del conjunto de textos se sintetiza a continuación.
Catalina nació hacia el 290 en el seno de una familia noble de Alejandría en Egipto. Dotada de una gran inteligencia, destacó muy pronto por sus extensos estudios que la situaron al mismo nivel que grandes poetas y filósofos de la época. Una noche se le apareció Cristo y decidió, en ese momento, consagrarle su vida, considerándose, desde entonces, su prometida. El tema del matrimonio místico es común en el Este Mediterráneo y en la espiritualidad católica.
Martirio de Santa Catalina, cuadro de Masolino da Panicale.
El emperador Majencio (306-312) acudió a Alejandría para presidir una fiesta pagana y ordenó a todos los súbditos hacer sacrificios a los dioses. Catalina entró en el templo pero, en lugar de sacrificar, hizo la señal de la cruz. Y dirigiéndose al emperador lo reprendió exhortándolo a conocer al verdadero Dios. Conducida a palacio, ella reiteró su negativa a hacer sacrificios pero invitó al emperador a un debate.
En la prueba del debate filosófico, los sabios resultaron convertidos al cristianismo por Catalina, lo que provocó la ira del emperador, quien hizo ejecutar a los sabios, no sin proponerle antes a Catalina que se casara con uno de ellos, a lo que ella se negó rotundamente. Majencio trató de convencerla con promesas, pero al no lograrlo mandó flagelarla y encerrarla en prisión. Allí fue visitada por la propia emperatriz y un oficial, Porfirio, que terminó por convertirse junto con otros doscientos soldados, según señala la Passio.
El emperador ordenó entonces que torturaran a Catalina utilizando para ello una máquina conformada por unas ruedas guarnecidas con cuchillas afiladas. Según la Passio, las ruedas se rompieron al tocar el cuerpo de Catalina, quien salió ilesa. La emperatriz trató de interceder a favor de Catalina, pero fue decapitada, al igual que Porfirio y sus doscientos soldados. Obstinado, Majencio ordenó la ejecución de Catalina, quien murió decapitada.
Su tumba se había encontrado al pie del Monte Sinaí, en el monasterio que lleva su nombre, lo que dio motivo a peregrinaciones de todo el mundo, especialmente apreciada por los peregrinos de Tierra Santa. La leyenda narra que los monjes del monasterio construido a los pies del Monte Sinaí descubrieron en una gruta de la montaña el cuerpo intacto de una joven a la que reconocieron como a Catalina de Alejandría. Según la Passio, el cuerpo había sido depositado allí por los ángeles. Así, la Passio se presenta adornada con un conjunto de lugares comunes hagiográficos, no históricos. 
Santa Catalina de Alejandría, representada con una rueda, uno de los símbolos de su martirio. Ícono del monasterio homónimo situado en el monte Sinaí. El primer vestigio de su culto se encontró en una pintura del siglo VIII hallada en Roma. Su veneración se expandió desde la segunda mitad del siglo X, y fue una de las más difundidas por toda Europa, particularmente en Francia, en el siglo XII, de la mano de los cruzados. La Iglesia ortodoxa la celebró. Santa Catalina y Santa Dorotea fueron representadas con gran frecuencia en altares medievales húngaros a lo largo de los siglos XIV y XVI, convirtiéndose en figuras muy populares junto a Santa Isabel de Hungría y a Santa Margarita de Hungría. En toda Europa se extendió el culto a Santa Catalina: muchas iglesias tienen imágenes o cuadros de la santa.
La difusión de la devoción inspiró a los artistas, quienes representan a la santa con una aureola tricolor: blanca, simbolizando su virginidad; verde por su sabiduría y roja por su martirio. La rueda que se utilizó para su suplicio está, casi siempre, representada detrás de ella.


Historicidad

Aunque su existencia histórica fue puesta en duda por un sector de la Iglesia católica a partir de 1961, considerándola, según algunos historiadores, una creación literaria como contrapunto cristiano a la filosofía pagana de Hipatia de Alejandría que no admite mujeres como ella: vírgenes y sabias; sin embargo, liberada de las narraciones legendarias, permanece inscrita en el Martirologio romano.
No obstante, varios autores han puesto en duda la historicidad de esta figura. Donald Attwater caracteriza la "leyenda" de Santa Catalina como "la más absurda de su clase", citando la falta de pruebas positivas que nunca han existo, salvo en la imaginación de un escritor griego que simplemente la compuso con la mera intención de ser un romance edificante.2 También Harold T. Davis confirma que "la investigación asidua no ha logrado identificar a Catalina con ningún personaje histórico" y ha teorizado que Catalina fue un invento inspirado como contrapartida a la historia de la filósofa pagana Hipatia.3 4
El relato más antiguo que consta de la vida de Santa Catalina se sitúa a más de 500 años después de la supuesta fecha de su martirio, atribuido al emperador Basilio I en el año 866, aunque el redescubrimiento de sus reliquias en el monasterio del Monte Sinaí se data en el 800,5 y presumiblemente implica un culto existente en esa fecha. El monasterio fue construido por orden del emperador Justiniano I, adjuntando la Capilla de la Zarza Ardiente construida por Helena, madre de Constantino I, en el lugar donde supuestamente Moisés visó la zarza ardiente.

Patronazgo

Catalina de Alejandría es la patrona de los escolares y estudiantes, filósofos, prisioneros, jóvenes casaderas, y de cuantos se relacionan por su oficio con las ruedas: carreteros, molineros, traperos, hilanderas, etc. También del día de las Catalinadas. La Universidad de París y la de Padua eligieron a Catalina como patrona.
Así también es considerada patrona de apologistas; artesanos que usan ruedas en su trabajo (alfareros, hilanderos, etc.); archivistas; abogados; juristas; bibliotecarios; personas en trance de muerte; educadores; jovencitas; solteras; estudiantes; maestros; afiladores de cuchillos; mecánicos; torneros; enfermeros; filósofos; predicadores; teólogos; secretarias; taquígrafos.

 
Imagen de la santa en la parroquia de Gerona de Tarlac.
  • El día de su festividad se prepara un dulce con una base de melaza llamado "Las ruedas de Santa Catalina".
  • Antaño, las imágenes de Catalina, colocadas en las iglesias, eran adornadas con una cofia que se cambiaba cada año. Este rito era un privilegio de las jóvenes, mayores de veinticinco años que estaban solteras. De modo que la expresión "Ella va a coronar a Santa Catalina", significaba que la joven en cuestión todavía no había encontrado marido, al ponerle la cofia podía suplicar la intervención de la santa con la siguiente oración:
Santa Catalina, ayúdame. No me dejes morir soltera. Un marido, Santa Catalina, un buen marido, Santa Catalina, antes de que sea tarde.
Actualmente, en algunas regiones, aún se pueden ver, el 25 de noviembre, algunas jóvenes con un abigarrado sombrero multicolor (en los que predominan el verde y el amarillo) hechos, a propósito, para la fiesta, son las llamadas catalineras que festejan alegremente el día.
En Jaén, el 25 de noviembre hay una romería al Castillo de Santa Catalina (Jaén), dedicada a Catalina de Alejandría, además es la santa protectora de la Ciudad.
En Ibi, provincia de Alicante, se sigue celebrando la festividad de Santa Catalina en las escuelas. Las niñas, a las que llaman "catalinetes", se colocan en la cabeza un gran lazo de papel de color llamativo. De tanto en tanto se canta una cancioncita en valenciano que dice: "Les catalinetes mengen culleretes, els catalinots mengen cullerots, passen pel molí, una coca en oli i un barral de vi, vi, vi, vi, Catalí!".
Es patrona de Riolobos (Provincia de Caceres) Villacorta (León), Monóvar (Medio Vinalopó, País Valenciano), Vinyols i els Arcs (el Baix Camp, Cataluña), Torroella de Montgri (el Bajo Ampurdán, Cataluña) y Usulután en El Salvador. También es patrona de la Universidad de Oviedo [1]; y del municipio de Turbaco, ubicado en el departamento de Bolívar (en la costa caribeña colombiana), en su honor se celebran las fiestas patronales que tienen ocasión del 27 de diciembre al 1 de enero de cada año, las cuales giran al rededor de la realización de corralejas. Igualmente, santa Catalina de Alejandría es la patrona del municipio de Chibolo ubicado en el departamento del Magdalena en la costa norte de Colombia, sus festividades inician el 25 de noviembre hasta el 28 del mismo mes, predominan la fiestas de corraleja y bailes populares iniciando estas festividades el día 25 con la misa solemne a la patrona de los chiboleros. En la población de La Peña del municipio de Ovejas, en el departamento de Sucre, se celebra por más de 200 años las fiestas patronales en honor a santa Catalina de Alejandría, donde es reconocida no solo en la región sino que llegan gentes de todas partes del país y de Venezuela.

Refranes

  • "Para Santa Catalina toda madera arraiga" (refiriéndose a que, noviembre, es un mes adecuado para plantar árboles).
  • "Por Santa Catalina, nieve en la cocina" (refiriéndose al frío invierno que se avecina).
  • "Por Santa Catalina, prevente de leña y harina" (para pasar el invierno).
                  

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