lunes, 1 de junio de 2015

La religión del imperio inca

La saga de los hijos del Sol

De entre todas las culturas sudamericanas, sólo la inca puede compararse por su grado de desarrollo con la azteca y la maya. Tauantisuyu fue el imperio más extenso y avanzado socioeconómicamente de la América precolombina, unificado en lo lingüístico por el quechua, que aún hoy es hablado en muchas zonas andinas y del Altiplano por los descendientes de los que se autodenominaron hijos del Sol.
Por supuesto, hubo algunas civilizaciones menos famosas que precedieron a los incas en el territorio que más tarde ocuparían. Los habitantes -probablemente fruto de migraciones desde la Polinesia y el sur de México- de esta extensión que ocupaba los actuales estados de Perú, Bolivia, Ecuador, sur de Colombia y norte de Argentina y Chile pertenecían básicamente a dos culturas: la chimú (en el norte), de lengua quechua, y la chincha (en el sur), de lengua mochica. Sus dioses, que no exigían sacrificios humanos, estaban muy ligados a la naturaleza: el dios chincha de la tierra y el dios chimú del mar eran las divinidades primordiales.
Posteriormente tenemos noticias de Chavín de Huántar, denominado dios de los báculos: fue una deidad unificadora que durante siglos (400-1400 a.C.) fue adorada en el Altiplano peruano.

De Tiahuanaco al nacimiento del imperio inca

Tras un largo período poco conocido en el que las variedades en cuanto a los enterramientos sugieren una estructura religioso-social más compleja, llegamos a la civilización de Tiahuanaco (600-900 d.C.), cuya deidad principal era el "dios-puerta", llamado así porque su representación más famosa está en una puerta de piedra en las ruinas de la orilla boliviana del lago Titicaca. En el lado peruano floreció un pequeño imperio en torno a la región de Huari, cuya deidad principal era probablemente el mismo dios-puerta, lo cual sugiere con firmeza que la religión contribuía al impulso de las conquistas militares.
Durante un tiempo, el peso de la civilización preínca se trasladó a la costa, y cerca de la actual Lima se hallaba Pachacamac, centro de un famoso oráculo y de peregrinaciones rituales. Tras esto, una última etapa de predominio chimú fue truncada por la conquista inca.
Los incas llegaron al valle de Cuzco en el siglo XV y sometieron a los demás pueblos. Se consideraban hijos del Sol y, por tanto, de origen divino; su organización político-religiosa era perfecta, superior, pese a que desconocían la escritura, en muchos aspectos a las demás culturas mesoamericanas. Los 4 200 km de longitud del vastísimo imperio que conservaron tan sólo una centuria (1438-1532) eran llamados Tauantisuyu, que significa "país de las cuatro zonas".
Alrededor de la capital imperial, Cuzco, se estructuraban estas cuatro áreas (Collasuyu, Chinchasuyu, Antisuyu y Cuntisuyu), que adoptaban el sistema de archipiélago vertical por el cual el Estado imperialista controlaba y distribuía la riqueza.

"Sapa-Inca" o el emperador-dios

La unidad básica de organización social era el ayllu, grupo de parentesco endógamo que descendía por línea paterna de un antepasado común. El ayllu real era el del Sapa-inca ("inca único", en quechua), que era el emperador y descendía de Inti (dios del Sol): éste podía tener varias esposas, pero su consorte principal debía ser su hermana y su sucesor el hijo más competente que tuviera con ella, por lo cual el linaje divino se perpetuaba. Según Geoffrey W. Conrad, el ansia de conquista inca era espoleada por el propio emperador, que al no heredar las propiedades de su padre (le seguían perteneciendo tras su muerte), tenía que amasar su propia fortuna. El expansionismo militar era el único modo de hacerlo. La expansión religiosa era realizada, a su vez, al estilo de los romanos: se permitía a los indígenas de las zonas conquistadas que siguieran con sus propias religiones siempre que aceptaran la superioridad del culto a Inti.
En esencia, la religión inca era un culto a los antepasados, cuyos cuerpos y tumbas eran objetos sagrados a los que los diversos ayllus se encomendaban. Es decir, cada familia tenía sus propios muertos protectores. Las momias de los emperadores ocupaban un lugar de honor en los ritos y eran consultadas por los sacerdotes. Este culto a las generaciones precedentes se demuestra cuando observamos que Inti, el dios primordial, no es más que un antepasado de los emperadores.
Otros dioses destacados del panteón inca son Killa (la Luna, esposa de Inti), Viracocha (dios creador, al estilo del maya Itzam Na) y sobre todo, la Pachamama, que los actuales pobladores del Altiplano aún tienen muy presente en sus plegarias o cuando derraman la chicha (aguardiente) en el suelo para que les sea benigna.
Los rituales se regían por un calendario lunar. En ellos se sacrificaban llamas, se consumían chicha y coca (aún hoy, como sabemos, se trata de alimentos vitales para soportar el frío y el mal de altura en el Altiplano). Las Huacas eran lugares, personas u objetos sagrados que también recibían culto ceremonial.
Los incas dividían su cosmogonía en tres espacios: en primer lugar, el Janan Pacha (mundo de arriba), que era el lugar donde moraban los dioses, pero no era el cielo, sino que podía accederse a él por los sentidos. Luego estaba el Kay Pacha (mundo de aquí), claramente identificado con la Pachamama y las Huacas. Por último, el Uku Pacha (mundo de adentro) era la residencia donde moraban los muertos y donde se preparaban las semillas de nueva vida.
Los himnos que han legado los incas -traspasados a la lengua escrita por sus descendientes y algunos intelectuales hispanos- son una especie de poemas dedicados a dioses como la Pachamama, el Sol, la Luna o Viracocha. También existen textos teatrales (el más conocido es Ollantay, redactado un siglo después del fin de Tauantisuyu y transcrito por el sacerdote Antonio Valdés), en el que el protagonista es casi siempre el Inca o jefe supremo (en esta obra en concreto, Túpac Yupanki), quien, pese a su condición divina, tiene problemas que resolver y debe pedir ayuda a dioses más poderosos. Los textos en prosa también incluyen numerosas invocaciones a los antiguos dioses de Tauantisuyu.
Mención aparte merece el famoso Templo del Sol, que tiene este nombre pese a que se ha comprobado que no estaba dedicado exclusivamente a Inti, sino también a otros dioses. Conocido como Coricancha, este templo -el principal del imperio- estaba situado en Cuzco y lo regía un numeroso grupo de sacerdotes, entre los cuales el más poderoso era pariente cercano del emperador. Los sacerdotes eran ayudados por las mamaconas, bellas mujeres que ayudaban en los ritos y elaboraban la chicha, bebida sagrada que se utilizaba en ellos. También se encargaban de confeccionar los ricos trajes del emperador. Para hacernos una idea de la magnificencia del ritual, pensemos que el Inca único jamás se ponía dos veces el mismo vestido.

El mundo religioso inca

El sistema de creencias de los incas nos es conocido a través de sus tradiciones, recogidas por los cronistas hispánicos o indígenas en los años inmediatamente siguientes al descubrimiento y conquista de América. La religión de la casta imperial de los incas -una mezcla de creencias animistas, fetichismo, culto a la naturaleza y ceremonias quizá mágicas- manifiesta un complejo y refinado pensamiento metafísico. La religión se basaba en el culto al Sol (Inti); a él estaban dedicados los mayores y más ricos templos y se le dedicaban grandes ceremonias y sacrificios de llamas; eran innumerables los sacerdotes dedicados a su culto, así como las acllas, o "vírgenes del Sol".
Sin embargo, lejos de las complicaciones teológicas de los aledaños del emperador, la piedad del pueblo se dirigía únicamente a la veneración de un considerable número de fetiches llamados huacas: objetos que por cualquier motivo eran considerados sagrados; este carácter le provenía, al objeto, de haber estado en contacto con la divinidad o por tener alguna relación con los antepasados o con sus cadáveres momificados.
Acllawasi: Casa de las elegidas. Las acllas eran jóvenes buscadas por todo el imperio para ser recluidas de por vida en Cuzco como esposas de Inti.
Amaru: Dios serpiente que servía de vehículo de ascensión desde del Mundo de aquí al Mundo de arriba.
Arawiku: Poeta y declamador que recorría todo el imperio declamando, al estilo de los juglares y trovadores europeos.
Ayawaska: Potente alucinógeno procedente de la Amazonia, que se usaba con fines mágicos y medicinales.
Ayllu: Indio inca de la clase popular.
Capac inti raymi: Primer mes del año, en que se veneraba a Inti y señalaba el momento de iniciación de los incas jóvenes.
Chakra yapuy: Noveno mes del año, que se dedicaba a la primera siembra en tierra sagrada.
Hatun pukuy: Tercer mes del año, tiempo de grandes lluvias y ofrendas al Sol por el éxito de las cosechas.
Huaca: Fetiche de la clase humilde entre los incas.
Illapa: Rayo, dios celeste.
Inti: Dios del Sol, máxima deidad inca.
Kero: Vaso ceremonial de madera.
Kipu: Sistema mnemotécnico inca, consistente en cordeles con nudos de colores con significado numérico. Se ha descartado que fuera una forma de escritura.
Kuraka: Jefe o gobernante de un grupo familiar. Desde el Hunu Kuraka, que gobernaba diez mil familias, al Pachaka Kuraka, que dirigía cien, había diversos grados. Los que gobernaban menos de cincuenta se llamaban Kamayok.
Layqa: Hechicero, brujo.
Mamacocha: Madre de las aguas; su importancia era vital en una sociedad agraria como la incaica.
Mamapacha o pachamama: Madre Tierra. Se la tenía presente en todos los actos, pues regía la agricultura, la ganadería, el amor y la fecundidad, además de ser madre tutelar de todos los hombres.
Mama quilla: Madre Luna, esposa de Inti. Importante y venerada deidad que favorecía los matrimonios y las faenas agrícolas, por lo que se le solían sacrificar animales.
Ñusta: Princesa.
Pachacuti: Emperador inca al que se dirigieron los más hermosos poemas, himnos y oraciones incas que han llegado hasta la actualidad.
Pachapukuy: Cuarto mes del año, etapa en la que se produce la gran maduración de la tierra.
Paqarina: Lugar sagrado del que salió algún personaje mítico o el fundador de un ayllu.
Paqaritampu: Montaña tutelar de la que salieron Ayar Manco y sus tres hermanos y esposas para fundar el imperio inca.
Pukullo: Bóveda donde se depositaban las momias de los Sapa-Incas u otros personajes importantes.
Qorequenque: Ave sagrada de los incas.
Qoya raimy: Décimo mes del año, literalmente "Fiesta de la Reina", que estaba dedicado a Killa, la Luna, en cuyo honor se ofrecían purificaciones.
Runasimi: "Habla de la gente". Éste era el nombre que los incas daban a su lengua, aunque incorrectamente se ha conocido después como quechua.
Tauantisuyu: Literalmente, "Cuatro regiones", nombre del territorio inca. Se dividía en Antisuyu (Noroeste), Collasuyu (Sureste), Contisuyu (Suroeste) y Chinchasuyu (que comprendía la costa y la Sierra Norte).
Virakocha: Dios supremo, hacedor del mundo. Es además el dios civilizador que enseñó a los hombres el cultivo de la tierra, la alfarería, el tejido y las artes.
Titicaca: Lago del que, según la leyenda, salieron Manco Cápac y Mama Ocllo para fundar el Tauantisuyu.
Waka: En general, todo resto arqueológico relacionado con el pasado inca y preínca. Fueron perseguidas primero por los extirpadores de herejías y luego por los cazadores de fortunas.
Wanka: Nación andina ubicada en la sierra central de Perú, famosa por su espíritu independiente y guerrero. Su capital era Tunanmarka.

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