La mayoría de las tradiciones religiosas han señalado la importancia de obtener conocimiento y abandonar la ignorancia. Sin embargo, existen varios niveles de conocimiento e ignorancia.
En un nivel, conocimiento es conocimento de los conceptos de la revelación. El cristianismo, con su énfasis en la teología, ha destacado este tipo de conocimiento, y ha definido la herejía en términos de creer o no creer en ciertos conceptos cristianos fundamentales centrados en la Trinidad de Dios.
Otras tradiciones religiosas han subrayado también la importancia de los conceptos, por ejemplo, las cuatro nobles verdades de Buda, pero más bien en un plano secundario.
Para el Islam y el judaísmo, la herejía ha sido básicamente práctica más que conceptual.
A otro nivel, el conocimiento se refiere a conocimiento filosófico aplicado a la fe para explicarla, justificarla o defenderla. Los grandes filósofos hindúes como Shankara y Ramanuja fueron también los "teólogos" que encontraban natural aplicar la filosofía a la religión; lo mismo se aplica a los grandes pensadores budistas.
Los cristianos incorporaron la filosofía griega a su teología y generalmente creían que la razón apoyaba la fe, pero a veces, en el pensamiento de Lutero o un Barth, han defendido que el razonamiento filosófico y la fe son autónomas, y que "Atenas no tiene nada que ver con Jerusalén". Este ha sido el principal punto de vista dentro del islam, cuyos grandes filósofos Avicena y Averroes, fueron fundamentalmente ignorados. En otro plano, se ha considerado que el conocimiento es más profundo que los conceptos o la filosofía.
En algunas tradiciones se ha considerado que es esotérico, como en el gnosticismo, que remontaba el origen del mundo a un acto de ignorancia, cuya eliminación, a través del conocimiento gnóstico, era la meta de la vida.
Finalmente, en la mayoría de las religiones, el conocimiento religioso se ha considerado que es más que intelectual, aunque podía ser eso también. Tiene que ver con la verificación experimental de la verdad, como han señalado las tradiciones orientales; tiene que ver con el compromiso de toda la vida de uno con la verdad, como afirma la palabra pistis del Nuevo Testamento, y tiene que ver con la sumisión y la fe, como generalmente han atestiguado las religiones devocionales.
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